Los dichos del ex-timonel de la UDI, Ernesto Silva, aparecidos el 15 de febrero en Pulso, reafirman lo que han venido sosteniendo autores como el filósofo Hugo Herrera, en su libro La derecha en la crisis del Bicentenario, con respecto a la crisis intelectual que vive actualmente este sector político.[1] La tesis de Herrera, en efecto, sostiene que la derecha experimenta una crisis intelectual en la actualidad producto de la falta de un discurso renovado, generando superficialidad a la hora del debate político en una sociedad chilena cada vez más compleja. En ese sentido, el discurso de la derecha estaría anclado en la lógica de la Guerra Fría, con su correspondiente lectura en códigos binarios (los “buenos”/neoliberales, militares y empresarios versus los “malos”/ comunistas, anarquistas, demócratas, etcétera), en la cual se demonizan a los enemigos.
En relación a lo anterior, Silva sostuvo en la entrevista que “un puñado de comunistas está dirigiendo a un Gobierno de una Presidenta cada día más izquierdizada (…)” pretendiendo, a su juicio, “(…) acabar con el Estado subsidiario y nacionalizar recursos naturales“.[2]
Sin perjuicio de ello, los dichos de Silva representan un claro ideologismo conservador antidemocrático, -que no corresponderían a una perspectiva de centroderecha-, en cuya esencia se visualiza un alto grado de ambigüedad semántica en el sentido de que los “comunistas” pueden ser también otros actores democráticos que no necesariamente militan en el Partido Comunista. Es decir, todos aquellos actores sociales y políticos que cuestionan el modelo neoliberal. En ese sentido, Silva se convierte en un verdadero exégeta de este nuevo fundamentalismo –como lo es el neoliberalismo- defendiendo el libre mercado como algo inmutable y eterno.
Lo señalado, por cierto, está en plena correspondencia con la radicalidad del modelo neoliberal, impuesto violentamente por la dictadura cívico militar encabezada por el general Pinochet, en donde se ha considerado como mercancías a la salud, la educación, la cultura, el deporte, etcétera.
Agréguese –además- que propuestas como gratuidad en la educación o proponer el término de las AFP, serían “subversivas” o “terroristas”, a juicio de la derecha, cuando en realidad corresponderían a una defensa ante la gran cantidad de abusos cometidos por el propio sistema neoliberal. Sobre este último punto, es evidente que los neoliberales creen en un dogma de autorregulación del mercado que en Chile no existe y, peor aún, da lugar a una concentración económica brutal, donde sólo las grandes empresas suman grandes ganancias. Por lo mismo, personas como Silva y sectores políticos como la propia UDI, RN y parte de la DC, no necesitan formular un proyecto alternativo para el país, puesto que ellos se ven favorecidos. Y a pesar de este intento de “renovación” de la derecha, aglutinada en torno a Chile Vamos (que seguirá defendiendo la economía de mercado y la explotación cotidiana de la plutocracia), ¿para qué cambiar el modelo? O, siguiendo la línea de Herrera, ¿Para qué realizar un esfuerzo intelectivo si el sistema de libre mercado en la actualidad los beneficia? Para la derecha es mejor utilizar estos discursos dicotómicos -como los señalados arriba- para descalificar a los que se oponen al neoliberalismo, en vez de construir un marco teórico más sofisticado.
De este modo, una densidad intelectiva en la derecha implicaría cuestionar el neoliberalismo, del cual ellos son herederos y defensores. Por cierto, este es uno de los puntos que Hugo Herrera no da respuesta en su libro.
Cabe señalar, por último, que el sistema neoliberal se vale de todo -incluso de financiar a sus partidos portavoces como la UDI- para mantener el statu quo y seguir explotando a la mayoría de los chilenos.
*Instituto de Estudios Internacionales, Universidad Arturo Prat.
[1]Véase al respecto, Hugo Herrera, La derecha en la crisis del bicentenario, Editorial UDP, 2014.
[2]Léase la entrevista en la siguiente página web: http://www.pulso.cl/noticia/actualidad—politica/politica/2016/02/5-79481-9-ernesto-silva-un-punado-de-comunistas-esta-dirigiendo-la-agenda-de-una.shtml