El Papa Francisco seguirá desafiando las reticencias internas para reformar el Vaticano en 2016, cuarto año de su pontificado, marcado además por el jubileo, su viaje a México y las esperadas recomendaciones a la familia.
El Papa argentino, Jorge Mario Bergoglio, quien acaba de cumplir 79 años, cumplirá una agenda apretada si bien concluye el 2015 con un fuerte resfriado.
El pontífice proseguirá la reforma de la curia romana, el gobierno central de la Iglesia, un complejo proceso que encuentra fuertes resistencias y genera mucha preocupación.
“La reforma de la curia seguirá adelante con determinación”, advirtió el Papa durante el tradicional mensaje de navidad a los cardenales y obispos pronunciado el pasado 21 de diciembre y que cayó como una ducha fría entre los prelados que trabajan en el Vaticano.
El Papa deberá fusionar dicasterios (ministerios), reorganizar la burocracia, reducir personal así como modernizar el sistema de comunicaciones, después de haber comenzado a tocar el sistema económico y financiero, generando mucho malestar interno, al tocar privilegios.
El método de Francisco irrita a muchos sectores internos y no sólo a los conservadores, que lo acusan de autoritarismo, de irascible y sobre todo de impredecible, según fuentes religiosas.
El Papa argentino, que no tenía experiencia en el manejo de la curia, evita consultar a sus funcionarios, confía poco en ellos, por lo que goza de poca popularidad dentro del vaticano, mientras crece a nivel mundial, en particular entre laicos y defensores del medio ambiente por su encíclica “Laudato sii”, una petición a favor de los pobres y la naturaleza.
En el 2016, Francisco deberá divulgar la llamada “Exhortación Apostólica” sobre la familia con las recomendaciones de los obispos convocados para dos sínodos sobre el tema en octubre de 2014 y octubre de 2015.
Un documento complejo, que marcará el futuro del pontificado, pues quedó claro que la iglesia está dividida fuertemente por dos corrientes, conservadores y progresistas, en total desacuerdo sobre el acceso a la comunión para los divorciados que se vuelven a casar.
Para evitar el cisma, el Papa deberá mediar entre las dos visiones, sin cerrar la puerta de la iglesia a todos esos creyentes que han sido alejados tras el fracaso del primer matrimonio.
Durante el “jubileo de la misericordia”, el Papa celebrará además del Ángelus del domingo y la audiencia general del miércoles, una audiencia pública un sábado al mes y visitará enfermos, centros de asistencia a los adolescentes, cárceles, grupos de oración y santuarios.
El 4 de septiembre celebrará la canonización de Madre Teresa de Calcuta, la monja que dedicó su vida a los pobres y desheredados de India.
En el año que está por iniciar será pronunciado el veredicto sobre el controvertido escándalo “Vatileaks 2” por el que cinco personas, entre ellas dos periodistas italianos, han sido acusadas de divulgar documentos confidenciales del vaticano, un delito que es castigado por la justicia vaticana con hasta 8 años de cárcel. Una odisea legal, condimentada con sexo y mentiras, que afectó la buena imagen del pontificado, al ser acusado de aplicar “una nueva inquisición”.