México, tradicional refugio para perseguidos por las dictaduras, vuelve a ser visto como la “tierra prometida” para los migrantes centroamericanos que huyen del crimen y la violencia, por lo que aumentaron un 65% sus peticiones de asilo a este país en la primera mitad del 2015.
Desgraciadamente este país ya no acoge con la misma generosidad que en el pasado, como lo hizo con los refugiados españoles durante la guerra civil en la península ibérica o a los suramericanos en los agitados años 80 cuando imperaron las dictaduras militares.
México únicamente reconoció a 480 personas como refugiadas en los primeros seis meses del año, según datos de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR).
Por contraste, este país recibió entre 1940 y 1945 a entre 20.000 y 30.000 refugiados españoles, la mayor cantidad de republicanos que huían de la dictadura de Francisco Franco asilados que el resto de América Latina.
En los años 80, México dio cobijo a por lo menos 10.000 refugiados suramericanos, la mayoría argentinos y chilenos y en menor medida uruguayos.
Los especialistas creen que la generosidad del gobierno en aquel entonces obedecía a que la mayoría de los asilados eran personas educadas, sobre todo intelectuales y artistas, de origen urbano, que enriquecieron la vida cultural del país.
En cambio los centroamericanos suelen ser campesinos iletrados o con escasa instrucción.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha pedido a México que otorgue asilo por razones humanitarias a centroamericanos que son perseguidos, pero los expertos creen que la ley migratoria prevé “requisitos imposibles” para otorgar refugio a los extranjeros.
Según cifras de la COMAR, de 2009 a 2013 México recibió la solicitud de refugio de 4.589 personas de diferentes nacionalidades, pero de éstas sólo se aceptó al 24,7%.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) informó que en los primeros seis meses de este año, 12.664 centroamericanos solicitaron refugio en los países de la región, de los cuales, 9,8% lo hizo en México.
Mark Manly, representante del ACNUR en México, señaló que “el número de personas saliendo del Triángulo Norte de Centroamérica (Honduras, Guatemala y el Salvador) sigue en aumento” y “refleja también que cada vez más la gente ve a México como un país de asilo”.
“Aunque los números siguen siendo bajos tomando en cuenta la cantidad de personas que transitan por el país y el tamaño de la población y de su economía”, el flujo es creciente, indicó.
Según Manly, lo notable también es que los centroamericanos ya no miran sólo al norte, sino que las cifras de Nicaragua o de Costa Rica dejan ver que un gran número de esas personas están yendo hacia el sur.
Así, por primera vez en los últimos 20 años hay más salvadoreños que llegaron a Costa Rica que colombianos.
De acuerdo con ACNUR, durante el primer semestre del año, de los 12.664 solicitantes de asilo provenientes de El Salvador Guatemala y Honduras, 10.651 lo hicieron a Estados Unidos, 1.250 a México, 333 a Costa Rica, 247 a Nicaragua, 136 a Canadá, y 47 a Panamá 47.
Las tendencias globales sobre refugiados muestran que Estados Unidos es a nivel mundial el tercer país en el mundo que recibe el mayor número de solicitudes de asilo, y la mitad de éstas provienen de los países del Triángulo Norte de Centroamérica y de México, según el informe de ACNUR.
Las solicitudes de asilo de hondureños en Estados Unidos son las que más se han incrementado, al repuntar 209% durante el primer semestre de 2015, en comparación con el mismo periodo del año anterior, mientras que las de salvadoreño bajaron a 125% y las de guatemaltecos 102%.
Estas cifras muestran “la situación que se deteriora como resultado de la violencia generada por el crimen organizado transnacional, las actividades de las pandillas y los cárteles de la droga en algunas partes de la región”, indica el reporte.