El día después de la jornada electoral histórica del 20 diciembre, en la que los españoles sepultaron el bipartidismo heredado de la transición a la democracia, todos los partidos políticos diseñaron sus estrategias. El más preocupado fue Mariano Rajoy, presidente del gobierno, del Partido Popular (PP), quien ante los medios de comunicación advirtió que el país necesita que todos tengan altura de miras
para tener un gobierno estable que dé certidumbre a los ciudadanos españoles y a los mercados
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En la sede central del PP, en la calle Genova, en Madrid, el mandatario se presentó ante la prensa después de una larga y tensa reunión con el Comité Ejecutivo de su partido, en la que se apareció por sorpresa el ex presidente de gobierno José María Aznar, con quien Rajoy mantiene desde hace años una relación fría y distante. Aznar tomó la palabra para expresar su apoyo al líder del PP en su intento de formar gobierno y solicitó la convocatoria de un congreso extraordinario para recuperar las esencias perdidas
de su proyecto político.
Rajoy insistió en su mensaje de que buena parte de la responsabilidad del batacazo sufrido por el PP se debe a la herencia que recibimos
, que los obligó
a tomar decisiones difíciles
. Además, mencionó los casos de corrupción que nos hicieron mucho daño
. Rajoy hizo una lectura triunfalista de los comicios, al insistir en que el PP es la primera fuerza política con 7 millones 600 mil votos, y mantiene una diferencia de casi un millón 700 mil votos sobre la segunda fuerza: el Partido Socialista Obrero Español. Recalcó que fue el partido más votado en 13 de las 17 comunidades autónomas.
Pero después Rajoy enfrentó la realidad de su situación en virtud de que no logró mayoría absoluta. El PP tiene una responsabilidad y un mandato de iniciar un proceso de diálogo y explorar la posibilidad de un gobierno estable que tenga la certidumbre necesaria tanto dentro como fuera de España. Dar certidumbre a los ciudadanos españoles, a los países amigos y a los mercados
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El PP iniciará una ronda de contactos con todos los partidos políticos con la vista puesta en el 13 de enero, cuando se constituirán las nuevas cortes y se dará inicio a la nueva legislatura, ya con los nuevos actores políticos en el escenario. Según establece la legislación, para ser investido Rajoy deberá obtener mayoría absoluta en primera votación.
Si no lo logra, entonces se podría investir con mayoría simple. Para lo cual sería necesario que se abstuvieran tanto Ciudadanos, con 40 diputados, como el PSOE, con 90.
De momento, todos los voceros socialistas han insistido en que votarán contra la investidura. Para resolver el crucigrama resultante de los comicios, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, propuso: la única forma de evitar que se rompa España es que nos abstengamos Ciudadanos y PSOE, porque si no, no comienza la legislatura
. Y añadió: ahora hay que ver si el PSOE piensa en España o intenta gobernar con 11 partidos políticos. En los próximos días el PSOE tendrá que aclarar su posición
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Pablo Iglesias, el dirigente de Podemos, se mostró dispuesto a encabezar una profunda reforma de la Constitución que suponga la refundación de la democracia española. A lo que Rajoy respondió, sin citarlo, que el PP tiene mayoría absoluta en el Senado –121 de los 208 escaños–, por lo que no se podrá llevar a cabo ninguna reforma sin la presencia del PP
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