Las autoridades cubanas abrieron, aunque no de par en par, las puertas a las inversiones extranjeras en el área de la salud pública, un símbolo social de la isla cuyo costoso acceso gratuito sostiene el Estado.
Según una nueva cartera de ofertas a firmas foráneas para que coloquen capitales en el mercado cubano administrado por el Estado son tres los tipos proyectos en ese sector incluidos, y valorados en 40 millones de dólares.
Pertenecen a un portafolio de 300 proyectos de interés de las autoridades cubanas con un valor global de 8.000 millones de dólares.
Las ofertas relacionadas con la salud están en el ámbito del turismo. Los potenciales clientes pueden ser turistas foráneos que busquen hacerse chequeos médicos, y otros que busquen programas más específicos.
Las firmas extranjeras podrían invertir además en un servicio de hemodiálisis para pacientes con insuficiencia renal crónica que recibirán como parte de sus vacaciones en centros que operarían en La Habana y Varadero. Un tercer proyecto está vinculado a la atención a la salud de deportistas de alto rendimiento.
La salud y la educación públicas en Cuba son consideradas por el gobierno cubano como dos “pilares” del socialismo que según los objetivos de los cambios que comenzaron en 2008 deberá tener una economía eficiente y “sustentable” pero no ser destruido.
Ello significa mantener el acceso gratuito en todos sus niveles tanto en la la salud como en la educación a partir de presupuestos estatales.
El presupuesto nacional para la salud posibilita las operaciones en esa modalidad de los más de 150 hospitales, 400 policlínicos y 11 mil consultorios médicos en operaciones en el país, entre otras entidades sociales relacionadas con el sector.
Las transformaciones que aplica el gobierno del presidente Raúl Castro, buscan en primer término, hacer “racionales” mediante el ahorro y otras medidas los gastos en el sector público, sin acabar con la estructura socialista.
La razón es que esos gastos en la salud específicamente son severos. Un paso anterior en la búsqueda de rebajarlos lo dio Cuba cuando comenzó a cobrar a los países “que pueden pagarlos” los servicios médicos que les brinda.
El cálculo oficial al abrir parcialmente el sector de la salud a los dineros extranjeros es fortalecer sus presupuestos estatales y sociales.
Por ejemplo se espera que los centros de salud ofrecidos a los inversionistas en La Habana y Varadero atiendan a 2.400 pacientes con ingresos de unos 480.000 dólares anuales.
El vínculo de estos planes con el turismo pueda aumentar su éxito. Cuba ya recibió más de tres millones de turistas extranjeros en 2014 y ya llegó en 2015 a esa cifra a mediados de este noviembre.
Las exportaciones de servicios médicos de Cuba ocupan el primer puesto en la economía nacional, seguido precisamente por la industria del ocio, que recibe unos dos mil millones de dólares al año.