Las autoridades egipcias detuvieron a dos empleados del aeropuerto de Sharm el Sheij para interrogarlos en relación con la caída de un avión ruso el mes pasado que causó la muerte de las 224 personas que iban a bordo, dijeron este martes dos funcionarios de seguridad y un empleado aeroportuario.
“Diecisiete personas están retenidas, dos de ellas son sospechosas de ayudar a quien fuera que puso la bomba en el avión en el aeropuerto de Sharm el Sheij”, dijo uno de los funcionarios, que pidieron no ser nombrados.
Uno de los responsables de seguridad dijo que imágenes de circuito cerrado de televisión captaron a un operador de equipaje trasladando una maleta desde un edificio del aeropuerto y entregarla a otro hombre, quien estaba cargando en pista el equipaje del avión de línea siniestrado.
Un empleado del departamento de prensa del aeropuerto, quien también pidió mantenerse en el anonimato, confirmó que dos miembros de la tripulación terrestre habían sido detenidos el lunes por la noche para ser indagados.
Los ministerios de Interior y Aviación Civil negaron a través de un comunicado que haya habido arrestos. El servicio de seguridad FSB de Rusia dijo el martes que era cierto que una bomba había derribado el avión, uniéndose a Gran Bretaña y Estados Unidos en esa conclusión.
Egipto aún no ha confirmado que fuera una bomba, y ha dicho que quiere esperar hasta que se completen todas las investigaciones. Otras fuentes en la terminal aérea dijeron que fuerzas de seguridad estaban buscando a dos empleados que habrían dejado una máquina de control de equipaje desatendida por un lapso de tiempo mientras los pasajeros abordaban el avión siniestrado. Se estaban examinando imágenes para confirmar ese indicio.
Alexander Bortnikov, director del FSB, dijo que la conclusión de los investigadores rusos fue que una bomba de fabricación casera que contenía alrededor de 1 kilo de TNT había explotado durante el vuelo, haciendo que se partiera el avión. “Podemos decir inequívocamente que fue un acto terrorista”, afirmó.
El accidente del Airbus A321 de la compañía rusa Metrojet que iba de Sharm el Sheij, una localidad muy turística de la península egipcia del Sinaí, en dirección a San Peterbusrgo, es la peor catástrofe aérea de la historia del país y el peor atentado contra rusos en los últimos diez años.
Tras el atentado, Rusia suspendió todos los vuelos hacia Egipto y prohibió a la compañía egipcia Egypt Air volar a Rusia. Además evacuó a 80.000 turistas que todavía estaban en el país.
El anuncio del Kremlin se produce cuatro días después de los atentados de París, también reivindicados por el EI, que dejaron 129 muertos y más de 350 heridos.
Tras los atentados, el ejército francés lanzó bombardeos contra Raqa, el principal feudo del Estado Islámico en Siria, y destruyó uno de sus cuarteles generales y un campo de entrenamiento, indicó el primer ministro francés Manuel Valls que pidió “movilizar a la comunidad internacional” para continuar con la ofensiva.