El presidente francés, François Hollande, afirmó hoy que el acuerdo que se espera obtener durante la venidera cumbre mundial sobre cambio climático será vinculante o no habrá acuerdo.
Es necesario dar un carácter jurídicamente vinculante al pacto que pueda ser obtenido, pues de lo contrario significaría que no podrían verificarse ni controlarse los compromisos que sean asumidos, recalcó Hollande desde Malta donde participa en un evento sobre la actual crisis migratoria.
El mandatario dio tales declaraciones a pocas horas de que el periódico británico Financial Times divulgó que el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, dijo que el acuerdo “definitivamente no va a ser un tratado” y que el texto no establecería “objetivos de reducción legalmente vinculantes”.
El canciller francés, Laurent Fabius, subrayó recientemente que queda un trabajo considerable por hacer antes de la cumbre que se desarrollará del 30 de noviembre al 11 de diciembre próximo.
Al presentar las conclusiones de una reunión ministerial para acelerar las negociaciones de cara a la cita del orbe, apuntó que en el encuentro lograron avances, “pero estamos movilizados más que nunca y la tarea sigue siendo considerable”.
Durante las tres jornadas de intercambio, los más de 60 ministros de todo el mundo coincidieron en la importancia de alcanzar un acuerdo universal en la cita que tendrá lugar en esta capital, recalcó Fabius, quien es presidente de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP21.
La Conferencia de París estará centrada en limitar el aumento de la temperatura global hasta el nivel recomendado de dos grados centígrados este siglo. Si se supera ese límite, el mundo afrontará un futuro plagado de sequías, inundaciones y un devastador incremento del nivel del mar, advierten los científicos.
Las negociaciones tendrán que elevar el compromiso de reducción de emisiones y enfocarse principalmente en pérdidas y daños, adaptación, mitigación y financiamiento, señalan.
Los países del Sur abogan por el principio de las responsabilidades comunes pero diferenciadas, en referencia al papel mayoritario de las naciones industrializadas en la contaminación ambiental.
Por ello, los estados en desarrollo demandan a los del Norte voluntad política, a partir del aporte de recursos, capacidades y tecnologías que posibiliten en el planeta la adaptación al actual escenario climático y el abandono de la dependencia de las energías fósiles.