Noviembre 20, 2024

Las 25 Noticias Más Censuradas: Fabricantes de plaguicidas gastan millones para ocultar desaparición de abejas

Dos neonicotinoides ampliamente usados en la fabricación de pesticidas ​​parecen perjudicar seriamente las colonias de abejas, según un estudio de la Escuela de Salud Pública de Harvard. En abril de 2015, la revista Science publicó dos estudios adicionales que corroboran los hallazgos de Harvard sobre neonicotinoides utilizados en tratamientos de semillas para más de 140 cultivos. Estos pesticidas sistémicos fabricados por Bayer, Syngenta y Monsanto se absorben a través de las raíces y las hojas y se distribuyen a través de toda la planta, incluyendo su polen y néctar.

 

 

Para los polinizadores, la exposición de bajo nivel puede conducir a efectos subletales, como alteración del aprendizaje, deficiencia en la búsqueda de alimentos e inmunosupresión; la exposición a niveles superiores puede ser mortal.

En respuesta a la evidencia científica de este tipo, las tres principales empresas productoras de pesticidas –Bayer, Syngenta y neonicotinoides Monsanto– participan en campañas masivas de relaciones públicas, efectuadas a un costo superior a 100 millones de dólares y empleando tácticas similares a las utilizadas durante décadas por las grandes tabacaleras para negar los efectos perniciosos en salud pública.

Como informara Michele Simon en un estudio en Friends of the Earth, estas tácticas incluyen la creación de distracciones para culpar a cualquier cosa, menos a los plaguicidas, de los colapsos documentados de las poblaciones de abejas, incluyendo, por ejemplo, acusar a los agricultores por supuesto mal uso de los pesticidas. Estas empresas también atacan a los científicos y periodistas para desacreditar sus conclusiones. Al mismo tiempo, Bayer, Syngenta y Monsanto intentan comprar credibilidad mediante el cultivo de alianzas y asociaciones estratégicas con agricultores, apicultores y organizaciones agrícolas con la esperanza de representarse a sí mismos como “amigos de las abejas”. Así, por ejemplo, Monsanto anunció la formación de un Consejo Asesor de la Abeja de Miel, una alianza estratégica de ejecutivos de Monsanto y otros. La Asociación Británica de Apicultores recibió un importante financiamiento de Bayer, Syngenta y de otras empresas de plaguicidas. A cambio, se aprobaron los insecticidas como “amistosos con la abeja”.

Como reportó Rebeca Wilce para PR Watch, “en lugar de tomar acción sobre un problema que amenaza a la producción de alimentos en todo el mundo, las empresas de plaguicidas han tomado una página del manual de jugadas de la industria del tabaco para aumentar de manera gradual los esfuerzos por sembrar dudas sobre la magnitud del problema y sobre su propio papel potencial en la crisis”. Por el contrario, señaló Wilce, la Unión Europea puso en marcha una prohibición de dos años para el uso de los tres neonicotinoides más comunes, imidacloprid, clotianidina y tiametoxam.

Escribiendo para Wired, en junio de 2014 Brandon Keim informó sobre otro estudio de Friends of the Earth que muestra a los centros de jardinería de grandes tiendas de América del Norte, incluyendo Home Depot, Lowe y Walmart, vendiendo plantas con propaganda de ostensiblemente amigables con las abejas, pero que realmente contienen altos niveles de neonicotinoides. El estudio encontró que treinta y seis de setenta y una (51 por ciento) muestras de plantas de jardín compradas en los principales minoristas de jardín de dieciocho ciudades de EEUU y Canadá contenían pesticidas neonicotinoides. El cuarenta por ciento de las muestras positivas contenía dos o más tipos de neonicotinoides. “Desafortunadamente”, escribieron los autores del informe, “los jardineros de hogar no tienen idea de que en realidad pueden estar envenenando a los polinizadores a través de sus esfuerzos para plantar jardines amistosos con las abejas”.

Aunque los principales medios de noticias, por ejemplo, el New York Times, el Washington Post y la National Public Radio ofrecieron dos informes de portada con impronta Nature sobre los efectos negativos de los neonicotinoides en las abejas, pero no informaron de las campañas de relaciones públicas de Bayer, Syngenta y Monsanto que tienen por objeto socavar las conclusiones de los estudios científicos y desviar la culpa de los pesticidas. Del mismo modo, esos medio de prensa cubrieron el anuncio de Lowes de que ya no venderá más los productos que contengan neonicotinoides, pero no informaron que las plantas “amistosas con las abejas” vendidas por centros de jardinería para el hogar a través de EEUU en realidad pueden estar engañando a los clientes bien intencionados y exponiendo a los polinizadores a los neonicotinoides en sus propios huertos familiares.

 

·        Ernesto Carmona, periodista y escritor chileno, jurado internacional de Proyecto Censurado

 

 

 

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