Noviembre 17, 2024

Siete ejemplos de la inmoralidad de la derecha chilena

 

La voz moral viene de moris que significa costumbres. Cuando decimos moral nos referimos, entonces, a buenas costumbres. La moral tiene expresiones particulares en espacios y tiempos históricos determinados, pero hay un tronco común: no matar, no robar, no mentir.

 

 

La derecha tiene una visión muy erosionada de las exigencias éticas de toda praxis política puesta realmente al servicio de Chile, nuestra patria.

 

A partir de su control casi absoluto de los medios de prensa, puede actuar impúdicamente en la convicción que no serán sancionados electoralmente. Así, piensa su cúpula, los alcaldes ya olieron y montaron una tiendecita aparte.

 

Veamos algunos ejemplos que tendrían a cualquier formación política de espaldas en el suelo y no exigiendo explicaciones a otros como lo hace la derecha por estos días, a saber.

 

1.- Santiago Valdés, que fue simultáneamente gerente de Bancard y Administrador Financiero de la campaña de Sebastián Piñera, será formalizado por boletas truchas de 340 millones de pesos, con las que se pagó a Jaime de Aguirre director de Chilevisión, canal de propiedad del ex presidente. Esto es infinitamente más grave política y judicialmente que los rumores y comentarios a medias que se endilgan en contra del galán rural.

Por una situación similar a MEO lo pusieron en la tapa de La Segunda y lo basurearon en tres páginas un día viernes.

 

2.- Una hija de Joaquín Lavín, varias veces candidato presidencial de la derecha,  fue condenada por giro doloso de cheques 70 millones de pesos. El papá no la ayudó y el fraude quedó factualmente consumado, vaya progenitor.

Sobre Sebastián Dávalos, todos tenemos hijos, dios nos libre y nos guarde, ha caído un escándalo monumental, su madre ha sido acorralada mediáticamente, pero lo claro es que no hay resolución alguna que lo afecte, hasta ahora.

 

3.- Ena Von Baer, la cual tiene un 82% de incredibilidad (sic) en la ciudadanía, senadora derechista por Los Ríos, ha dicho que ella votará para elegir el jefe de la persecución penal de Chile en circunstancias que ella evidentemente será investigada. Cara muy dura, y su partido no dice nada.

 

4.- Jaime Orpis, otro senador derechista. El Parlamento chileno a instancias del entonces ministro Pablo Longueira le regaló el mar de todos los chilenos a cinco familias. Orpis recibía importantes sumas de dinero por debajo de la mesa de esas mismas pesqueras. Su partido no le dice nada, y el sigue dictando leyes para todos los chilenos.

 

5.- El Servicio de Impuestos Internos ha presentado querella por fraude al Fisco mediante la triquiñuela delictual de las boletas falsas en contra de Laurence Golborne.

El querellado fue presentado por la UDI a las últimas elecciones, primero como candidato presidencial y luego como postulante a Senador por Santiago. Su propaganda y la de sus hijas, que se aprovechaban de los servicios sociales sin tener derecho a ello, abarrotó las calles.

El sr Golborne no despilfarraba su dinero, sino el de los chilenos. La derecha no dice nada.

 

6.- La derecha se opone férreamente a que el aeropuerto de Santiago se llame Pablo Neruda. Un chileno que es conocido mundialmente, de lejos el mejor poeta de habla hispana en varios siglos, que sólo trajo honores a la patria que lo vio nacer.

Tiene un pecado intolerable para la rústica derecha chilena: fue comunista.

La derecha defiende el nombre del Comodoro Merino Benítez, para congraciarse con los militares, que tan útiles le fueron durante 17 años. Lo que no sabe, pues la cultura no es lo suyo, es que ese aviador fue un activo patrocinante de la candidatura de Salvador Allende en 1964.

 

7.- Hay un fraude de miles de millones en el Ejército, involucrados altos oficiales, y uno ya está preso. Se apropiaban de los inmensos caudales de la Ley Reservada del cobre para comprar armamentos y los gastaban en propiedades, autos, casinos y prostitutas. Armas de las cuales puede pender un  día el destino de Chile.

 

La derecha no ha dicho nada y tiene decenas de lo suyos en el parlamento uno de cuyos roles principales es precisamente fiscalizar.

 

Esta es la derecha chilena.

 

ROBERTO AVILA TOLEDO

 

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