Noviembre 17, 2024

Vocera de estudiantes por la defensa de ARCIS: Los estudiantes de carreras vespertinas tienen derecho a la gratuidad”

La Coordinadora por la Defensa de ARCIS (CDA), organización estudiantil que brega por la recuperación de la institución educativa, ha presentado una propuesta al Ministerio de Educación, que según lo que han señalado de la misma cartera ministerial será parte de la discusión en el marco de la Reforma Educacional. Esta propuesta, señalan sus creadores, reivindica el derecho a la educación de los estudiantes de carreras universitarias que se dictan en jornadas vespertinas. En ese sentido, para la vocera de la CDA, Sandra Beltrami, uno de los efectos inmediatos de la Reforma educacional si se legisla en los términos que se han planteado hasta el día de hoy, sería la exclusión de los estudiantes vespertinos del sistema de gratuidad. Sobre aquello sostuvo que “no sólo los estudiantes que cursan sus carreras en las universidades del Consejo de Rectores, y de las tres Universidades que no son del Consejo que estarían cumpliendo con los requisitos que se han anunciado hasta el momento (acreditación por cuatro años, triestamentalidad y que no lucren) tienen derecho a la gratuidad. Ese es un derecho  de todos los estudiantes de Chile, y por lo mismo  quienes lo hacen en jornada vespertina también son titulares de ese derecho”.

 

 

La propuesta señala que los estudiantes Universitarios que estudian sus carreras en horarios vespertinos por regla general son personas adultas, que han iniciado sus estudios superiores después de los treinta años de edad, debido a la imposibilidad que han tenido estos estudiantes de ingresar a la educación superior universitaria, a lo menos, en una década después de haber terminado su escolaridad. Al respecto, añade la propuesta que la mayoría de los estudiantes que acceden a esta modalidad de estudio ingresan a la educación superior universitaria una vez que logran tener una situación económica que les brinda la estabilidad suficiente para poder ser sujetos de crédito, estudiando con Crédito con Aval del Estado, otros créditos bancarios como créditos Corfo y de consumo, o pagando con pagarés o cheques. Esa situación – según refiere la propuesta – los convierte a ellos y a sus familias en personas vulnerables, puesto que, se pagan la universidad así mismos, muchos utilizan su sueldo completo y sólo trabajan para pagar un arancel que generalmente fluctúa entre los doscientos y trescientos mil pesos mensuales, causando un gran detrimento económico para ellos y sus grupos familiares durante años.

 

Al consultarle a los autores de dicha propuesta, éstos señalan que los estudiantes vespertinos, al encontrarse fuera del sistema escolar por un tiempo prolongado, no tienen acceso a obtener altos puntajes en la Prueba de Selección Universitaria (PSU), por tanto carecen de posibilidades para ingresar a las Universidades del Consejo de Rectores (debido a que la mayoría de ellos lleva por lo menos diez años fuera del sistema escolar, lo que quiere decir que muchos no han estudiado en veinte o treinta años), y tampoco podrían hacerlo debido a que dichas universidades, salvo casos muy excepcionales en escuelas de pos grado y otros casos también excepcionalísimos, no abren carreras vespertinas.

 

Asimismo, las Instituciones de educación Superior que han abierto dichas carreras, en general, son aquellas que nuestra sociedad ha tildado de “universidades de segunda categoría” o “privadas”. Dicha distinción se produce en términos generales debido a que los puntajes que han obtenido sus alumnos en la PSU son bajos. Este sistema de selección y aquella “distinción” entre las denominadas universidades de primera y segunda categoría, ha instaurando un sistema de selección universitaria con carácter discriminatorio que permite que existan “universidades de segunda categoría” y “estudiantes de segunda categoría” según la medida que establecen los resultados obtenidos en la Prueba de Selección Universitaria, la que también termina por instaurar los estándares de calidad en dichas instituciones, dando por hecho que aquellas universidades en que sus estudiantes obtuvieron bajos puntajes tienen “alumnos de segunda categoría” y por lo tanto son parte de aquellas “universidades de segunda categoría” que en sí tendrían supuestamente una calidad inferior, pues no se toma en cuenta el desempeño académico de sus estudiantes, ni tampoco los contenidos impartidos por estas universidades aunque tengan docentes con muy buenas referencias académicas.

 

Sandra Beltrami, recalcó de todas formas que “Compartimos plenamente los principios planteados por el movimiento estudiantil y nos sentimos parte de éste último – Agrega Beltrami – No podríamos aceptar que instituciones que lucraran sean beneficiadas con la gratuidad, ni tampoco que este beneficio sea concebido con el objeto de propiciar el lucro. No sólo las instituciones públicas y privadas, que estén dentro y fuera del Consejo de Rectores sin distinción alguna deben estar exentas de lucro en la actualidad, sino que deben permanecer en constante proceso de fiscalización financiera para garantizar que no exista lucro en su administración, pues éste último debería ser una causal de pérdida de la personalidad jurídica de aquellas instituciones, y causal de cierre de las mismas, según las normas establecidas para tal efecto en la Ley 20.800”.

La propuesta señala que entre las bases para acceder al sistema de gratuidad se encuentra la acreditación por cuatro años con carácter global de las instituciones de educación Superior, es por eso que propone que dicha acreditación sea por carreras. Existen varias instituciones de educación Superior que tienen carreras vespertinas que no cumplen con el requisito de haber adquirido la acreditación por cuatro años consecutivos, no obstante, sí cumplen los dos requisitos mencionados con anterioridad (Sistema Triestamental y no lucran). Sin embargo, respecto de algunas carreras en específico si cumplen con el requisito de acreditación. Por lo tanto, el beneficio de gratuidad podría entregarse respecto a dichas carreras vespertinas y sus estudiantes para que así no queden discriminados del sistema.

Desde esa perspectiva resulta fundamental para Beltrami que “El estado debe crear condiciones de igualdad entre estudiantes vespertinos y diurnos, sin afectar la calidad, que es uno de los principios fundamentales de la educación que queremos para Chile.” Asimismo señaló que “es por eso que proponemos la creación de un sistema de medición de la calidad diferente para los vespertinos, ya que su situación educacional es distinta, sería injusto medirlos con la misma vara y que quedaran fuera del sistema de gratuidad por algo que no es su culpa”.

Los estudiantes aseguran que en la actualidad el sistema de medición de calidad de las carreras en jornadas diurnas y vespertinas, es dispar y arbitrario, puesto que dicha medición se realiza como si sus estudiantes se hallasen en igualdad de oportunidades y condiciones desde un principio, lo que no es una realidad, sino ficción. Para ello, la escala para carreras y estudiantes vespertinos debe ser diferente, adecuándose a la realidad de los mismos, sin perder el objetivo de brindarles una educación de calidad, ni tampoco excluirlos de las oportunidades que la reforma educacional les debe otorgar. Es por ello, que nivelar la educación superior en nuestro país, es un desafío de Estado, cuyo costo no deben pagar los estudiantes, quienes no son culpables de las múltiples deficiencias del sistema, por el contrario, son víctimas de éstas. Es por eso que es el Estado de Chile, quien debe garantizar la gratuidad y calidad para todos los estudiantes, sin excluir de acceder a estos derechos a los estudiantes que actualmente y en el futuro estudian y estudiarán en jornada vespertina.

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