El ex presidente de la Asamblea General de la ONU, John Ashe, oriundo de Antigua y Barbuda, fue detenido hoy en relación con la investigación iniciada por las autoridades estadounidenses sobre presuntos sobornos por más de 500 mil dólares ligados a planes inmobiliarios.
La investigación, que golpeó hoy con dureza en el seno de la ONU, dice tener evidencias de sobornos pagados a funcionarios de las Naciones Unidas para apoyar proyectos de bienes raíces en Macao, la región administrativa del sur de China.
Ashe, diplomático de Antigua y Barbuda ante la ONU desde 1999 hasta diciembre de 2014, ejerció la presidencia de la 68va. Asamblea General de la ONU entre septiembre de 2013 y septiembre del año pasado. Tras conocerse la información, el secretario general de la ONU, Ban ki-moon, se mostró “conmocionado y profundamente perturbado” por el arresto de un ex presidente de la Asamblea General.
Lo reveló el portavoz de la sede de la ONU en Nueva York, Stephane Dujarric. “Las acusaciones apuntan al corazón de la integridad de la ONU”, agregó el vocero.
“La corrupción en las Naciones Unidas no es un negocio habitual”, afirmó Dujarric y acotó que “en la investigación llevada a cabo esta mañana no se ha encontrado ningún documento” que involucre a Ashe con el proyecto inmobiliario en Macao, al que hacen referencia las autoridades estadounidenses.
A cambio de dinero, dicen los fiscales federales, el ex funcionario ONU de 61 años, habría utilizado su cargo de representante permanente del estado caribeño Antigua y Barbuda ante las Naciones Unidas y luego como presidente de la Asamblea General de ese organismo para introducir un documento en apoyo de un proyecto inmobiliario del magnate chino Ng Lap Seng. Según los investigadores, algunos de los sobornos fueron utilizados para pagar las vacaciones de Ashe y familiares y para construir una cancha de baloncesto en su casa deDobbs Ferry, Nueva York.
El funcionario caribeño aceptó más de 500.000 dólares en sobornos del magnate inmobiliario chino y otros empresarios a cambio de ayuda para obtener contratos lucrativos, incluso gubernamentales, según documentos en poder de la justicia federal de Estados Unidos revelados hoy a la prensa. En total seis personas, incluso otro diplomático -el dominicano Francis Lorenzo- están involucradas en la investigación.
El ilícito se desarrolló a lo largo de casi tres años, entre 2011 y 2014 y abarcó su designación como titular de una Asamblea General, agregaron.
El magnate Ng y su asistente, también nombrado en la acusación, fueron detenidos y acusados de mentir sobre el plan de introducir 4,5 millones de dólares en efectivo a Estados Unidos durante varios años a bordo de jets privados.
Según documentos judiciales, Ashe aprovechó su posición para hacer que la ONU promoviera un centro de conferencias en Macao desarrollado por Ng. Este centro debía funcionar como una especie de operación satélite de la ONU, a juicio de la fiscalía.
Ashe abrió dos cuentas bancarias para recibir los fondos y después no reportó más de 1,2 millón de dólares de sus ingresos, dijeron fuentes de la investigación.
En la causa también están acusados tres chinos naturalizados estadounidenses con residencia en el país asiático.
El representante del país del Caribe también habría recibido 800.000 dólares para apoyar intereses ante la ONU y ex responsables del Gobierno de Antigua y Barbuda, incluyendo el por entonces primer ministro de ese país, con quien compartió los sobornos.
Las cinco personas que sobornaban a Ashe utilizaban una falsa organización no gubernamental para llevar a cabo sus actividades.
El dominicano Lorenzo, que era su presidente honorario, percibía un salario de 20.000 dólares mensuales, según la denuncia de los fiscales, revelada a periódicos.