Noviembre 18, 2024

Pancho I, ¿oportunista, pastor de pocos o solamente anti chileno?

“Tontos”, “zurdos”… esos calificativos usó el pontífice para referirse a los chilenos que exigen justicia por los ilícitos cometidos impunemente por algunos sacerdotes. Es el reciente ‘patinazo’ de un ultra nacionalista porteño barrabrava que oficia de Papa.

 

 

Una vez designado papa, o sumo pontífice de la iglesia católica-apostólica-romana, poco demoró el obispo argentino de apellidos Bergoglio Sívori para mostrar el caudal de sentimiento anti izquierdista que guarda en su corazón de porteño barra brava desde hace años… específicamente, desde los tiempos cuando la Argentina era dirigida por una cáfila de gorilas uniformados al mando de un tal Videla.

 

El cura barra brava aprovechó las preguntas de un grupo de chilenos en el Vaticano el pasado 6 de mayo para lanzarse con todo contra quienes cuestionan la presencia del obispo Barros en Osorno, a quien acusan de ser encubridor de los delitos de pederastia cometidos por el infumable y desagradable fraile de apellido Karadima. Esta vez, la habitual defensa corporativa que acostumbra realizar la empresa Vaticano Inc. en beneficio de sus asociados, fue encabezada por el mismísimo gerente general, el jesuita Bergoglio.

¿Qué dijo exactamente el bonaerense que hoy oficia de jefe de la iglesia católica a nivel planetario?  Transcribo lo que publica la prensa escrita respecto de los dichos del pontífice: <<Piensen con  la cabeza y no se dejen llevar por acusaciones infundadas de los zurdos. Soy el primero en juzgar y castigar a alguien que tiene acusaciones de este tipo, pero en este caso ninguna prueba, de corazón se los digo: Osorno sufre, sí, pero de tonta, porque no abre su corazón a lo que Dios dice y se deja llevar por las macanas que dice toda la gente. No se dejen llevar de estos que buscan líos no más>>

¿Abrir el corazón a lo que Dios dice? Vaya… no sabía yo que Dios había dicho algo respecto del truculento caso de Karadima y Barros. ¿No estará Francisco Primero, al igual que Pablo Longueira, viendo fantasmas y conversando con amigos imaginarios, o simplemente perdió todo rubor y miente sin descaro inventando lo que se le viene a la cabeza? Sería grave, por cierto.

Sin embargo, para algunos católicos el pontífice no es responsable directo de sus propios dichos. El vocero del movimiento ‘Laicos de Osorno’, Juan Carlos Claret, apuntó sus dardos no al jefe de la Iglesia Católica, sino que al nuncio Ivo Scapolo.

“A mí, personalmente, no me impresiona que el papa haya dicho esto, porque más que apuntar al papa por lo que dice, hay que señalar a los que le informan lo que él repite. Los dardos no deben apuntar a Jorge Mario Bergoglio, sino que al nuncio apostólico, Ivo Scapolo”, señaló.

Y añadió, según consigna El Mercurio, que “si el papa cree que nosotros somos tontos; que hemos perdido nuestra libertad y que somos zurdos, significa que la fuente de información no está haciendo bien su trabajo y está siendo desleal (…) En Osorno decimos que acá hay una persona que debe responder y ese es Ivo Scapolo”.

 

‘Tontos’, “zurdos”, “macanas de esa gente”, etcétera, son términos que señalan sin lugar a error el verdadero sentimiento que el ex arzobispo de Buenos Aires tiene respecto de Chile y su pueblo, lo cual se extiende también a todos aquellos seres humanos que no comparten sus ideas cercanas al nacionalsocialismo que rediseñó el ya desaparecido ‘caudillo’ español Francisco Franco, icono de un sector de la iglesia vaticana, aquel que gustaba de extender el brazo en alto saludando al más puro estilo de herr Adolf o del ‘duce’ Benito, y que hoy apuesta por el statu quo neoliberal en beneficio de las grandes fortunas en pocas manos.

 

Las reacciones en Chile fueron inmediatas. Juan Carlos Cruz, uno de los ‘abusados’ por Karadima cuando era adolescente, dijo que “con esto (sus declaraciones), el papa se ha desenmascarado”. De acuerdo a lo que publica “El Mostrador”, Juan Carlos Cruz  -en entrevista con The Clinic-  manifestó:  “me da una tristeza tan grande, no tanto por cómo se refiere a víctimas que están denunciando a un hombre que ha encubierto y facilitado y presenciado abusos, si no como chileno. Me duele cómo se refiere a la gente de Osorno a la que conozco, que respeto. Creo que un papa no puede referirse a una ciudad y a una gente que si la conociera se daría cuenta de lo buena que es. Es muy brutal viniendo de un papa”.

 

En ese sentido, el periodista sostuvo que “si la iglesia, Ezzati, Errázuriz y los obispos chilenos se defienden entre ellos no es raro que el Vaticano también lo haga. No es solo la iglesia chilena, es una cosa que viene de allá. El papa con esto se ha desenmascarado, insultar de esa forma es muy doloroso para la gente de Osorno, cuando él quería, además, mostrar la imagen de un papa bondadoso”.  <Si sacar a Barros, denunciar pedófilos, desenmascarar cardenales encubridores es ser zurdo, feliz, dígame Lenin>, escribió Cruz en su cuenta de tuiter.

 

James Hamilton, otro de los ‘abusados’ por Karadima cuando era también, al igual que Juan Carlos Cruz, un adolescente, al enterarse de las palabras de Bergoglio manifestó a través de su cuenta en tuiter:  <Zurdos y tontos , obvio desprecio sectario incompatible con el representante de Cristo , es claramente otro fascista>

A su vez, Mario Vargas, vocero del movimiento Laicos y Laicas de Osorno, se mostró afectado por las palabras del papa y en conversación con The Clinic Online, dijo que esa “no es la voz del pastor que todos queremos, que acoge y que comprende” y agregó que las palabras del pontífice “afectan a la dignidad de Osorno y de las víctimas, porque las revictimiza. Nos desconcierta lo que el papa ha dicho públicamente de que nuestras demandas son de un pueblo tonto y de zurdos”.

Y Vargas agregó: “Al papa Francisco le decimos: el pueblo cristiano de Osorno no acepta tu designación (la del obispo J. Barros). Osorno es una espina para el Vaticano. Es el cascarón que se rompió desde dentro, eso es lo que le duele a la iglesia integrista y conservadora. Hemos despertado los cristianos y hemos salido a las calles a expresar nuestras demandas (…) Desde el Vaticano, Errázuriz está operando en el grupo de los nueve cardenales que son sus asesores directos. Al primero que llamó (el papa) fue a Errázuriz, el cardenal más nefasto que hemos tenido en la historia de la iglesia chilena. Lamentamos que esté tan cerca del papa mal informando todo lo que sucede en la iglesia chilena. Él actúa desde la oscuridad”.

Por otro lado, el concejal osornino –Carlos Vargas Vidal- manifestó sin dilaciones: “Yo espero que el papa no salga a desmentir que no sabía que lo estaban grabando. Lo que él señala es gravísimo nos trata de tontos además de zurdos(…) sabemos que estamos frente a un enorme poder, sabemos que corremos riesgos personales y familiares de esta que es una verdadera mafia”.

 

Así es, pues con esas declaraciones Bergoglio abrió nuevamente la puerta a las dudas que muchos latinoamericanos manifestaron en el momento mismo de su nominación como pontífice, específicamente, en referencia a la participación que este jesuita tuvo en Argentina durante los años de dictadura, cuestión que, en estricto rigor, no ha sido investigada en profundidad merced a los esfuerzos desplegados por sectores derechistas, los cuales lograron que diarios y canales de televisión detuvieran sus indagaciones y no movieran las aguas de un lago que, de seguro, bajo la superficie de las primeras gotas debe estar pútrido.

 

En Chile, amplios sectores de la sociedad civil ya se hartaron de representantes de la iglesia vaticana al estilo de frailes como Hasbún, Medina, Fuenzalida, Cox, Karadima, Errázuriz y Ezzati –entre muchos otros- que pontifican sibilinamente sobre paz y amor, mientras agreden sin tapujos a los pobres y, en otros casos, violan a menores rehuyendo luego la sanción de una débil justicia cuyos magistrados, la mayoría de las veces, pertenecen a las cofradía que el propio Jesús tildó de sepulcros blanqueados por fuera, corrompidos por dentro.

 

Francisco Primero volvió a dar un serio patinazo durante su visita a la capital boliviana, pues allí, en La Paz, acompañado por el hábil mandatario Evo Morales, se permitió un gustito anti chileno al avalar con su silencio –y su elocuente sonrisilla- la andanada de recados que ese mandatario envió al mundo respecto de la discusión que mantiene Bolivia con nuestro país por el asunto de la demanda en el tribunal de La Haya respecto a una posible salida de los altiplánicos al océano Pacífico.  En este caso, la cuestión fue más allá de una diferencia ideológica, ya que apuntó directamente sus dardos a un asunto que en absoluto puede permitir la injerencia de religiones, credos ni templos. Fue, para ser franco y asertivo, un puñetazo (‘piña’ le llaman en Buenos Aires) al mentón de la república de Chile.

 

Luego de enterarnos que Francisco Primero acusa de ‘zurdos’ a quienes buscan justicia, oportuno es recordar que en su reciente visita a Bolivia no tuvo empacho alguno al recibir de manos de Evo Morales un crucifijo (tallado por un sacerdote que fue asesinado por una de las tantas dictaduras de ese país) consistente en una hoz y un martillo, símbolo inequívoco del partido comunista. Quizás, para este pontífice los ‘zurdos’ son solamente aquellos chilenos –y nada más que chilenos- con ideologías izquierdistas. Bueno sería que lo aclarase… pero sabemos que no lo hará, al menos no derechamente, al grano.

 

En fin, la cuestión de fondo radica en que Panchito ya no es el pastor de todos los católicos; sólo es papa de algunos, los de su línea y cofradía. Las hilachas de barra brava de San Lorenzo de Almagro se le descolgaron de su traje, pues pareciera que viene bajando muy frustrado de las graderías del estadio Pedro Bidegain  -Nuevo Gasómetro- luego de una derrota de su equipo favorito ante cualquiera de los rivales en el campeonato de fútbol argentino. O tal vez la tapada de Claudio Bravo al disparo de penal de Ever Banega, y la Copa América obtenida por Chile en julio pasado, le molieron muchas neuronas futboleras dejando campo abierto  al desfile de sus íntimos sentimientos nacionalistas.

 

Sea como haya sido, lo que debe quedar claro es que la iglesia –la verdadera, la de Cristo-  son todos los creyentes. Cada uno de ellos es su propia iglesia (“allí donde se junten dos o tres de ustedes, estaré yo”, dijo el Carpintero de Galilea). Algunos sacerdotes, pastores, obispos y monjes son solamente eso, curas. Ellos no son la iglesia y esto debe quedar claro, pues resulta obvio que Jesús no es el responsable del desacierto y bandidaje de ciertos frailes que han convertido a esa iglesia en una empresa bolichera y politicastra.

 

Bergoglio es el ejemplo más reciente. 

 

 

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