La siguiente entrevista fue realizada al dirigente sindical Cristián Cuevas durante sus últimos días en la embajada de Chile en Madrid. El sindicalista dejará el cargo a finales de septiembre y volverá a su país. Él cree que es tiempo de generar un nuevo espacio político que logre verdaderos avances en derechos civiles y laborales como también que emocione políticamente a los chilenos.
Chile es considerado en Europa un modelo económico exitoso, ¿qué hay de cierto en esa afirmación?
En las últimas décadas, Chile ha desarrollado nuevas formas en el mundo del trabajo. Estas se han sustentado en la prestación de servicios que han ido precarizando las relaciones laborales producto del modelo neoliberal que fue impuesto en dictadura y se profundizó en democracia. En consecuencia se desmanteló la protección social, los derechos de los trabajadores, y en los últimos años los sindicatos hemos intentado recuperar estos derechos.
-¿Qué piden los sindicatos?
En Chile hay temas de derechos laborales que están vetados como la negociación por sector o ramas porque supone un riesgo para la economía chilena, en opinión de la derecha y los empresarios. De esta manera, no se avanza y la falta de protección del trabajador es la columna vertebral que sostiene el sistema y modelo económico de mi país. Ha sido muy duro que este tema no sea aborde en Chile pese a que en nuestra opinión es el primer paso que permitirá emparejar la cancha y terminar con la desigualdad.
“Por ejemplo si bien es cierto que producto de la crisis en España se ha tratado de desmantelar ciertos derechos sociales no se ha logrado dejar desprotegido al ciudadano. En Chile, en cambio, se está discutiendo una reforma laboral muy “light” que propone 3 elementos: negociación colectiva, la imposibilidad del reemplazo en huelga (el actual sistema si lo permite) y la sindicalización automática. Pero hay un grave problema y es que se mantiene la negociación en el domicilio de la empresa, por lo tanto si esta tiene muchas direcciones no hay unidad de negociación para el trabajador”.
-¿Cuantos trabajadores hay sindicalizados en Chile?
Hay 7 millones de trabajadores en Chile. 2 millones son trabajadores por cuenta propia. El 13 % está sindicalizado y sólo 6 % negocia colectivamente. Es muy baja la cifra. Con la reforma se intenta subir esta última cifra. De esta manera el país siempre tiene una tensión permanente y a la vez el movimiento sindical tampoco tiene una fuerza que gravite significativamente para hacer cambios en la legislación. Lo peor de todo es que finalmente la negociación por sectores fue evitado por el gobierno de Michelle Bachelet y luego los parlamentarios prohibieron este debate. Aunque la reforma está en discusión todavía. Ahora, en octubre se conocerá el borrador definitivo de la reforma laboral pero los empresarios han arremetido con fuerza para que el reemplazo en huelga siga aceptado legalmente. (nota: ahora el gobierno ha subido el número de trabajadores mínimos -de 8 a 20- que la empresa debe tener para que se organicen en sindicatos)
-¿La negociación por ramas debería ser elemental para lograr sueldos dignos, no?
La negociación por ramas es poner pisos mínimos, lo que significa que el trabajador pueda poner sus condiciones y ganar un sueldo mínimo en sus sectores. Por ejemplo, que las temporeras o los trabajadores en las empresas salmoneras del sur del país puedan negociar sus beneficios, horas mínimas, vacaciones, etc. Es falso que con la negociación por ramas en vigor no se pueda competir como dicen los empresarios chilenos ya que está demostrado que gracias a ella disminuyen las desigualdades. Además en muchos países industrializados la sindicalización genera un colchón que mejora la vida de los trabajadores.
-¿Tú lograste en las empresas del cobre acuerdos mínimos, algo raro dentro del sistema económico chileno?
Sí. Hay experiencias de lucha de sectores de trabajadores que han impuesto la negociación por sectores. Por ejemplo, los trabajadores de Codelco (Corporación Nacional del Cobre que fue nacionalizada por Salvador Allende en 1971) pero es una caso único. La verdad es que no se ha logrado expandir esta experiencia a todas las industrias chilenas.
-El gobierno de la presidente Michelle Bachelet no ha podido cumplir su programa tras conocerse varios casos de tráfico de influencias y de financiamiento ilegal, ¿el miedo se ha apoderado del Chile?
En Chile gobierna la coalición que se llama Nueva Mayoría, partidos de Concertación como la Democracia Cristiana, el Partido Socialista, socialdemócratas más el Partido Comunista y la Izquierda Ciudadana. Esta agrupación de políticos tenía ciertos ejes que permitían ciertos avances de transformación como la reforma educación, la laboral, la tributaria, y una nueva Constitución. Ahora esto ha sido cercenado en función de las tensiones que vive nuestro país porque desde el poder mediático, las transnacionales de la industria, y la derecha, se ha generado un miedo que impide avanzar este proyecto de transformación.
-La economía siempre manda…
-Sí, en Chile el tema de la economía siempre va a ser una justificación para impedir una mejora para los trabajadores. Nuestra demanda en política y en el tema de la reformas a la economía ha generado un impacto en el país y en las elites. Por ejemplo, si hay una bonanza no podemos negociar porque hay que guardar para las vacas flacas pero los de arriba siguen ganando un montón de dinero pero los de abajo viven de forma muy precaria. Y cuando hay una situación de crisis hay que aceptar y despedir, y financiar a la empresas privadas para que pasen tranquilamente la crisis. Cuando tu propones una reforma laboral piensas por lo menos para 50 años. No para el presente. Entonces esa es la resistencia de los poderes fácticos que no quieren redistribuir la riqueza del país.
-¿Se dice que la política está secuestrada por la economía?
Sí, la política en Chile está secuestrada por estos grupos empresariales enormes y los políticos aprueban leyes que no favorecen a quienes les votaron sino que benefician a los empresarios que les han financiado sus campañas. En nuestro país se vive una crisis de representación y legitimidad que se extiende también a nivel global y esto está en situación de descomposición en Chile tras conocerse varias actividades ilegales de financiamiento político que han afectado a todos los partidos gobernantes. De ahí irrumpen los movimientos sociales y de estudiante, que van demandando cambios. Luego surge la Nueva Mayoría que llega al gobierno para dar respuestas a estas demandas. Sin embargo, los conservadores que estaban muy debilitados por el financiamiento ilegal desde la empresa Penta tienen el respiro de que se conoce que el hijo de la presidenta ha aprovechadi el estatus de su madre para favorecer sus propios intereses. A partir de este momento se abre otra caja de Pandora y los chilenos se enteran de que todos los partidos han sido financiados por otra empresa llamada Soquimich, que fue “regalada” (vendida a muy bajo precio) por la dictadura de Pinochet a su ex yerno. El golpe fue total para los chilenos ya que se confirmó realmente que los políticos votaban en función de los intereses de quienes les financiaban.
Chile lleva debatiendo por los derechos civiles y de los trabajadores desde hace 30 años y todavía no hay avances. ¿Qué pasa?
Hay muchos problemas en Chile que son muy endémicos. Los derechos civiles y políticos han sido cercenados en función de un parlamento que no es representativo en composición. Tenemos que lograr que la mayoría sepa porque es necesario crear una nueva constitución que haga realidad los derechos que no se han activados y que están ausente en la institucional.
“Además, en Chile todo se hace en la medida de los posible. Es una frase fatal que el ex presidente de Chile, Patricio Aylwindijo en su momento y que sigue rigiendo al país. Este consenso debemos derrotarlo. Los conservadores están ganando la partida por debilidad nuestra. Nosotros estamos intentando que la política chilena se transforme en el siglo XXI “.
-¿El país no esta preparado para estas transformaciones?
Chile es contradictorio. Por un lado el ciudadano quiere mayor protección social, educación pública y eso reflejaba la opinión publica pero con lo que ha pasado en el corazón del gobierno, los sectores conservadores han ganado el partido con el miedo y han relativizado los cambios. Hay un poder conspirativo de sectores reaccionarios que ha ganado la partido del debate con mucha incidencia en la población. No hemos sabido comunicar el mensaje y este ahora es difuso. Y también tiene que ver con el liderazgo del gobierno que no ha sabido entregar el mensaje.
-¿ Bachelet debería seguir con las reformas pese al poco apoyo que tiene en las encuestas y al interior de los partidos de la Nueva Mayoría?
Creo que Bachelet tiene la posibilidad de aplicar cambios pero no lo ha hecho y quizás se ha dejado influenciar por sectores internos y externos. Especialmente, las críticas internas no le están ayudando a dejar una huella indeleble que la proyecte al futuro aunque tenga costos. Es necesario que se ponga al frente del gobierno y active las reformas porque son para el futuro y en beneficio del país.
-¿La reforma educacional que entregará educación gratuita a la población esta bien planteado?
En nuestro país se ha desmantelado lo público. Lo que se trata es recuperar lo público en el proceso del conocimiento porque este llega a las mayoría. Lo que demandan los estudiantes, profesores, familias es garantizar la educación publica como un derecho. Además, con la plata del Estado se financia la educación privada y estos sostenedores hacen un negocio redondo. Los medios dicen que lo público es malo y se genera esta segregación en función de que lo público es malo y lo privado es bueno. ¿Pero cuando hay problemas sociales quien los soluciona? Por supuesto que lo público porque lo privado no soluciona nada ya que no conlleva una ganancia.
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LEALTADES ABSOLUTAS
-¿El Partido Comunista (PC) también ha sido golpeado por esta crisis política de credibilidad?
El Partido Comunista se unió al gobierno de Bachelet y entiendo que era un proyecto que iba en el curso de lo que la mayoría del país quería. Este hace una apuesta y en esa batalla está ahora. En mi opinión, el programa no se va a cumplir y se va a relativizar. De esta manera, será mas débil de lo que se ha planteado.
-¿Por qué renunciaste al PC?
Antes de renunciar al Partido Comunista dejé mi cargo de agregado laboral en la Embajada chilena en Madrid. Bueno, la renuncia es producto de una huelga en el norte de mineros contratistas del cobre en la cual cae muerto por la represión de la policía chileno, el compañero Nelson Quinchillao. Este hecho me dolió mucho porque yo formé a estos trabajadores. Hice una reflexión por lo que renuncié a este cargo y saldré de España a finales de septiembre. Además, me influyó que regresé a Chile en agosto y vi la situación del país. Además, reflexioné sobre mi militancia. Llevaba 17 años en el PC. Fui dirigente sindical y he conocido a todos sus militantes y dirigentes. Hoy día con el pasar del tiempo sentía que no pertenecía al PC y creo que hay alternativas a este modelo.
¿Veo que estas harto de las lealtades absolutas que caracterizan a la estructura de partidos?
Los silencios y las lealtades absolutas no las comparto y el partido optó por seguir apoyando al gobierno que se ha puesto en posición de contención en la lucha social. Hemos estado restringidos en función de la gobernancia pero no podemos perder nuestro cordón umbilical que es el movimiento social de los trabajadores, que es nuestra fuerza y domicilio. Creo que el partido está reproduciendo políticas de consenso para administrar este modelo y damos pasos muy pequeños que no miran a la mayoría.
¿Quieres montar un nuevo proyecto político?
Soy una persona de izquierda que ejerce de ciudadanía. Espero ser parte de los actores que puedan generar un poder de convergencia que sea alternativa al duopolio político. Generar una izquierda democrática que avance. Creo que hay que construir una fuerza alternativa al duopolio y ahí creo que es posible ilusionar e interpretar a la gente desilusionada y poner de relieve la ética en la política que hoy esta secuestrada. Hay que ir a la disputa de este espacio que ya no cree en la derecha ni en la Nueva Mayoría que gobierna el país.
¿La izquierda conservadora debe liberarse de su estalinismo?
La izquierda chilena se ha quedado sin relato por tanto debe construir uno nuevo para el siglo XXI. Debe movilizarse y limpiar todas sus trancas. Que sea libre y transformadora convocando a las mayorías. Debe dejar de lado su estalinismo y evolucionar. Que tenga un impronta ética. Que logre interpretar los movimientos sociales, crear nuevas estéticas, etc. Lo que hizo Salvador Allende fue una época transformadora pero yo creo que esa estética esta desfasada en los tiempos actuales. Se viene un tiempo de ilusión, de construcción y en eso voy a evocar nuestras energías. Estamos intercambiando ideas con gente para crear este cambios.
-La gente te apoya en Chile…
Yo siento que la gente me apoya y me estremece en lo personal. Además, se generan expectativas que no se si logré desarrollar y aplicar . No creo en los procesos con liderazgos únicos. Creo más que los proyectos colectivos.
-¿Qué aprendiste de tu paso por España y Europa?
Aprendí mucho de España y de Europa. Estamos a años luz en cuanto a protección social. Las nuevas emergencias políticas y sociales en España como el partido ‘PODEMOS’ o la crisis de la izquierda es necesaria que ocurran para sacudir a quienes han dañado a la izquierda. Las experiencias con tensiones como las alianzas de izquierda que han ganado las alcaldías de Madrid y Barcelona las quiero llevar a Chile para intercambiarlas con los compañeros. Pero nosotros debemos hacerlo al estilo chileno. He aprendido que el líder debe escuchar, mirar a los ojos, rectificar si se equivoca. Debemos humanizar la política para que las mayorías gobiernen y para que haya más justicia social en la democracia participativa del siglo XXI. Debe haber diálogo y debemos escucharnos y no desprendernos de nuestro origen.
Visita la web de Cristián Cuevas….pinchan aquí
https://www.youtube.com/watch?v=0P7nRPZDVuM