El ex dirigente de la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC) y ex agregado laboral en la embajada de Chile en España, Cristián Cuevas, renunció al Partido Comunista (PC) tras una militancia de 17 años. Cuevas había renunciado al cargo en Madrid tras la muerte por carabineros del trabajador contratista del cobre Nelson Quinchillao.
Según publicó hoy The Clinic, Cuevas renunció a través de una carta aun cuando su decisión fue tomada en agosto pasado en la cual recuerda sus momentos en el PC y agradece a los militantes haberle dado la oportunidad de ejercer distintos cargos.
La carta no está dirigida al Comité Central sino a los militantes de base. A ellos les pide su compresión “por esta dura pero necesaria determinación, la que he tomado atendiendo profundas convicciones éticas y políticas. He decidido, igualmente, continuar en mi tarea de avanzar junto a nuestra clase, generando otros espacios de convergencias desde las izquierdas, permitiendo reencontrarnos con todos y todas, derrotando así colectivamente a esa minoría neoliberal sostenedora del sistema que ha hecho de la política un botín de consumo. Ellos no piensan en la mayoría. No piensan, ni desean, ni luchan por generar los urgentes cambios porque son precisamente la contención de las transformaciones que Chile demanda”.
Esta es la misiva completa de Cuevas:
“Queridos compañeros y compañeras
Por intermedio de esta carta me dirijo a ustedes para comunicarles que en agosto pasado decidí, tras 17 años, alejarme de la militancia partidaria y de mi responsabilidad política como miembro del Comité Central del Partido Comunista de Chile. He creído, respondiendo al cariño que el Partido Comunista y ustedes me merecen, justo y necesario comunicarles mi decisión de manera formal e indeclinable.
Mientras escribo estas líneas me vienen a la memoria muchos hermosos e inolvidables recuerdos, como por ejemplo, que siendo un dirigente sindical, en estas mismas fechas del año 1998, crucé las puertas de la sede del Comunal Los Andes del Partido Comunista de Chile para solicitar mi ingreso partidario. Desde esa vez, como ustedes pueden testificar, no he descansado ni un sólo día en mi labor militante y he tenido el honor de compartir con ustedes distintas luchas. Como parte del trabajo militante y sindical me ha tocado recorrer varias veces el país. Ya sea en el silencio e inmensidad del desierto o bajo la lluvia del sur me he estremecido con el dolor, la memoria y la lucha de nuestro pueblo que son una huella indeleble que se resiste a morir con la esperanza de que nuevas generaciones emerjan con fuerza transformadora. Les agradezco esas vivencias pues considero que he sido privilegiado de poder compartir militancia con ustedes, conociendo y abrazando a miles de compañeros y compañeras con quienes me he sentido cómplice.
Agradezco especialmente a todos aquellos militantes que no siempre tienen visibilidad pública, compañeros y compañeras que dedican sus vidas a las causas justas del Partido Comunista, pues de todos y todas he aprendido. Son ustedes la vida que florece cada día, a ustedes mi profundo respeto, afecto y compromiso. Militantes como el compañero Vicente Contreras Araneda. Un comunista ejemplar. Obrero salitrero y de la construcción y poeta dueño de una bella prosa. Con él aprendí mis primeros pasos en la militancia. Vicente Contreras me enseñó que el deber del militante y dirigente del Partido era caminar por todos los territorios posibles sembrando las semillas de la rebeldía y la justicia social. Me enseñó a vivir con lo justo y a escuchar a todos y a todas. Me enseñó que nunca debía dejar de visitar la casa del Partido en los más remotos lugares por donde estuviese. Me señaló la importancia de siempre hablar y conversar con todos, todas, sin dogmas ni discriminaciones, cruzando así las fronteras del otro, siempre con respeto y fraternidad. De él aprendí el valor del debate y del respeto por las voces críticas porque forman parte de este gran árbol.
Les agradezco las distintas responsabilidades políticas que se me han asignado. En todas ellas he tratado de responder con lealtad, disciplina y responsabilidad. Soy agradecido de mis compañeras y compañeros de Lota, la Provincia de Arauco, Calama y Tocopilla, quienes que me acompañaron en la candidaturas a diputado de los años 2009 y 2013. Si bien no fueron experiencias completamente exitosas en lo electoral, creo haber contribuido a fortalecer el trabajo del Partido Comunista, sembrando en cada campaña la esperanza de las transformaciones sociales para nuestro pueblo. Para mí eso es la vida: luchar, persistir e insistir. Los cambios avanzan, aún a pesar de la feroz resistencia de los administradores del modelo que buscan hipotecar los anhelos de las mayorías que desean vivir en un Chile justo, democrático e igualitario.
Compañeros y compañeras, sus manos generosas se quedan siempre conmigo. Espero su compresión por esta dura pero necesaria determinación, la que he tomado atendiendo profundas convicciones éticas y políticas. He decidido, igualmente, continuar en mi tarea de avanzar junto a nuestra clase, generando otros espacios de convergencias desde las izquierdas, permitiendo reencontrarnos con todos y todas, derrotando así colectivamente a esa minoría neoliberal sostenedora del sistema que ha hecho de la política un botín de consumo. Ellos no piensan en la mayoría. No piensan, ni desean, ni luchan por generar los urgentes cambios porque son precisamente la contención de las transformaciones que Chile demanda