Noviembre 17, 2024

Denuncian golpe de Estado en curso en Brasil

Brasil está frente a una campaña insensata, antidemocrática, para voltear a la presidenta constitucional Dilma Rousseff y si eso ocurre el resto de América del Sur sufrirá las consecuencias”, denunció Joa Vicente Goulart, hijo del ex presidente Joao “Jango” Goulart, derrocado por un golpe de estado en 1964.

 

 

    “Se dice a los cuatro vientos que en Brasil están funcionando  las instituciones para engañar a la opinión pública y a la prensa internacional: eso es falso, las instituciones están siendo manipuladas por aquellos que desean terminar con el gobierno de Dilma”, aseveró.

    “Estamos viendo una violencia política que está ‘in crescendo’, se atropella el debate con incitaciones al odio y a la justificación banal de un golpe blanco”, reforzó, entrevistado por ANSA.

    Joao Vicente Goulart aceptó la entrevista luego de encabezar en Brasilia un acto en el que participaron senadores, diputados, estudiantes, campesinos sin tierra y dirigentes de varios partidos que defienden la construcción del Memorial de la Libertad y la Democracia dedicado al ex mandatario depuesto por las Fuerzas Armadas y fallecido en Argentina en 1976 “cuando estaba en la mira del Plan Cóndor (coordinación represiva de las dictaduras)”.

    La obra, diseñada por el arquitecto Oscar Niemeyer, el fallecido proyectista de Brasilia, consiste en una cúpula semiesférica blanca, que será erigida en el centro de la capital cerca del Memorial dedicado al ex presidente Juscelino  Kubitschek, cuyos derechos fueron arrasados durante la dictadura y murió también en 1976 en un accidente de tránsito.

    La muerte de Kubitschek fue investigada por organismos de Derechos Humanos que sospechan que se trató de un complot urdido por los militares.

    “El memorial para honrar el legado de mi padre y recordar su destitución, un momento trágico de nuestra historia, no es solo un monumento, es la memoria viva de un país que no quiere volver a ese pasado oprobioso”, planteó Goulart.

    También comentó que “han circulado rumores en Brasilia sobre una supuesta presión del Ejército para impedir la construcción de la obra”.

    “No sé si son totalmente ciertos. Pero lo verdadero es que el gobernador de Brasilia, el señor Rodrigo Rollemberg, desistió de ceder el terreno de 10.000 metros cuadrados para levantar la obra”. “Lamentamos esa claudicación de un gobernador que sólo asumió hace 8 meses y cede ante grupos de interés”, disparó ante ANSA.

    La anulación de la obra que sería erigida a pocas cuadras del edificio del Congreso nacional fue “una actitud cobarde, una falta de respeto al pueblo brasileño, fue como si el presidente Goulart hubiera sido sacado del poder una vez más”, insistió.

    Asimismo, señaló que en la misma avenida central de Brasilia donde la semana pasada tuvo lugar la concentración para exigir la construcción del monumento a Goulart, el 16 de diciembre miles de manifestantes marcharon por la salida de Rousseff del Gobierno.

    Ese mismo domingo 16 de agosto hubo unos 800 mil brasileños movilizados contra Rousseff en todas las capitales del país “en las que no faltaron himnos marciales y vivas a las Fuerzas  Armadas”.

    Para Goulart, “a estas campañas, orquestadas por dirigentes políticos inescrupulosos, se las presenta como espontáneas pero no lo son”.

    Al respecto estableció otro paralelo entre la actual coyuntura y los días que precedieron a la deposición del presidente Goulart.

    “En 1964 antes de que los militares dieran el golpe se convocó a una marcha por la familia y la libertad. No era espontánea, fue coordinada por un padre norteamericano y era la coreografía previa que querían los militares”, rememoró.

    “Ahora no habrá un golpe militar, lo que buscan algunos es un golpe bajo un nuevo estilo”, concluyó Goulart.

 

 

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