Diciembre 26, 2024

No hay peor astilla que…

El PDC debe recordar a Tomic: “cuando se gana con la derecha, es la derecha la que gana”. Los vástagos de la sedición han comenzado a repetir el libreto de 1970

 

 

Lo dicho, no hay peor astilla que la del mismo palo. Vaya si eso no la ha de saber Michelle Bachelet que se encuentra en afanoso combate en el frente interno, batiéndose a espada y sable con los sempiternos inefables democristianos que, esta vez, son acompañados en sus pellejerías demagógicas por varios despistados PPD’s y no pocos socialistas (renovados en extremo al nivel de cambio de giro).

Sin embargo, lo peor no se encuentra en los ejemplos anteriores, sino en lo que se está fraguando en estos momentos, y que varios sectores de la Nueva Mayoría deberán reconocer su responsabilidad en lo que, de aquí en más, pueda suceder. ¿Otra vez la misma cueca?, preguntará usted. Sí, otra vez la misma cueca, los mismos cantantes y las mismas melodías.   Parece que la Historia nunca ha sido una asignatura del gusto de democristianos, liberales ‘progresistas’ ni de socialistas ‘renovados’.

Para los actuales vástagos políticos de Eliodoro Matte Pérez, el comentario que este connotado representante de los avinagrados conservadores del año 1892 realizó ante sus amigos y socios, sigue tan vigente como ayer: “los dueños de Chile somos nosotros, los dueños del capital y del suelo; lo demás es masa influenciable y vendible; ella no pesa como opinión ni como prestigio”.

Creo que hace un par de años ya lo había dado a conocer en otro artículo. En el 2013, escribí:

<<Y llegó la orden. En algún oscuro lado (nunca del pueblo) se expidió la instrucción. Era el momento de que el anillo de Sauron regresara a los pestilentes escenarios de Mordor. Fiel a su antidemocrático compromiso contraído con la dictadura en 1988, la Concertación inició los cambios que impetraban empresarios, banqueros y aliancistas. Uno tras otro, desde el año 2001 a la fecha, los principales cargos de las instituciones de primera línea en el sistema comenzaron a ser ocupados por reconocidos pinochetistas. Ex almirantes, ex generales, siempre nominados por La Moneda, pasaron a hacerse responsables de instituciones que “funcionaban”, según el principal defensor concertacionista del neoliberalismo chileno, Ricardo Lagos Escobar.

<<Luego, la administración actual (año 2013, gobierno de Sebastián Piñera), de absoluto corte derechista, va terminando la tarea impuesta desde las faltriqueras de las transnacionales, y ahora todas esas instituciones –sin faltar ninguna- están ya en manos de antiguos golpistas que odiaban la democracia y que siguen siendo sediciosos, clasistas y serviles con una bandera extranjera, como es la yanqui. Ahí están, pues, en esas manos organizaciones como el Tribunal Constitucional, Contraloría General de la República, Banco Central, Fuerzas Armadas, Policía, Servicio de Impuestos Internos, Prensa y Televisión, etcétera.

<<El pinochetismo (ergo, el totalitarismo) ha regresado. Silente, pero concreto. La Concertación nunca lo impidió, ni lo hará tampoco en el futuro. Por el contrario (y con el mismísimo Partido Comunista asociado a él por intereses electorales), ese bloque insistirá en que se trata de “aspectos propios de la democracia”, aunque jamás definirá qué entiende por democracia, pues el objetivo único no es otro que impedir –a como dé lugar- el avance de una idea que ya ha hecho carne en millones de chilenos: la Asamblea constituyente para redactar una nueva Constitución Política y, de ser posible, un también un nuevo poder legislativo en el que no tenga cabida ninguno de quienes hoy maman y engordan en aquel edificio sito en Valparaíso.>>

Pero, todo ello no les ha sido suficiente. Quieren el suelo, el aire, el agua y las vidas de los chilenos. En suma, desean lo mismo que aseguraba tener el viejo conservador llamado Eliodoro Matte Pérez el año 1892. Es que hoy les asusta -y se les encoge la glándula pituitaria- escuchar a mucha gente hablar a favor de ‘reformas’ a la educación y a la salud, así como también se les sueltan los intestinos cada vez que se enteran de la existencia de personas (muchas personas, millones de personas) que proponen una nueva Constitución Política, pero esta vez emanada de la voluntad del pueblo organizado, y no de una reformita maquillada parida por las reposeras habidas en un Parlamento cooptado por el aceite fenicio que entregan las transnacionales.

Estos individuos, expoliadores que poseen carne flácida y mente retorcidamente bolichera, tienen claro que en esta ocasión las fuerzas armadas no saldrán de sus cuarteles a tomarse el país, ya que, en primer lugar, no existe razón alguna para ello y, seguidamente, sus cuadros jerárquicos son conscientes que el año 1973 –los superiores de entonces- movieron tropas, tanques y aviones para salir en defensa de los intereses económicos de una minoría que, años más tarde, les volvió la espalda no bien comenzaron los juicios por violaciones a los derechos humanos. En suma, los uniformados no están dispuestos a ser otra vez la mano del gato y pagar –sólo ellos- las consecuencias de lo acontecido.

Entonces, se recurre a revisar el cuaderno de acciones que Kissinger y Nixon les entregaron a sus padres y abuelos en 1970. Si los militares no quieren ni aceptan salir de sus cuarteles para tomarse el país a punta de balas y bombas en defensa de los dineros e intereses de algunas familias poderosas, bien vale, pues, reiterar con la civilidad lo que se hizo en esos años. Y un sector de los dueños de camiones parece estar siempre dispuesto a armar líos y abrillantar sediciones.

Los defensores de la pederastia, la tortura y el asesinato –es decir, la UDI y parte de RN (durante décadas protectores de Paul Schaeffer y Colonia ‘Dignidad’) – mueven fichas entre quienes siempre han sido sus tontos útiles, los democristianos, para alentar de nuevo la formación de algo parecido a la vieja CODE anti allendista. ¿Contra quién? ¿Contra Bachelet? No, para el establishment esa dama no es tan importante ni tan fuerte ni tan peligrosa como para encabezar la lista de perseguidos. La pelea es contra la gente, contra la democracia, contra la cruda realidad, misma que están dispuestos a cambiar a como dé lugar.

Así entonces, los primeros devaneos sediciosos han comenzado. Resucita “Patria y Libertad”, mientras en algún lugar de los Domínicos, en Santiago, vuelve a reunirse la vieja guardia de FIDUCIA para desempolvar capas y peluquines, a la vez que los perennes admiradores del golpe de estado cívico-militar de 1973 (hoy insertos en partidos políticos llamados UDI y RN), respondiendo a los llamados sotto voce expresados por algunos representantes del mega empresariado transnacional y por ciertos germanizados latifundistas sureños, dan el puntapié inicial a la saga de acciones tendientes a desestabilizar este débil sistema de ‘democracia protegida’ –que ya no les sirve-  a objeto de provocar caos, temor (y ojalá, según ellos, desabastecimiento) en la población… cuestiones que son el prolegómeno de acciones totalitarias, y que constituyen, por cierto, el sustantivos de la oración golpista en la que el sujeto es siempre el mismo: la derecha.  

Bachelet, o mejor aún, asesores de apellidos Correa, Bitar, Lagos, Andrade, Escalona, deberían refrescar la memoria de ciertos compañeros de ruta, los democristianos, recordándoles aquello que dijo una vez Radomiro Tomic: “cuando se gana con la derecha, es la derecha la que gana”. Parece extraño que la gente del PDC, las bases principalmente, hayan olvidado lo que aconteció a su tienda partidista luego de unos meses de haberse producido el bombardeo a la Moneda.

¿Olvidaron el intento de asesinato cometido en Italia –por la DINA- contra Bernardo Leighton? ¿La muerte de Eduardo Frei Montalva a manos de agentes del estado pinochetista nada les dice? ¿Y muchos años antes, en 1969, el intento de golpe de estado contra el gobierno DC de Frei Montalva por parte del general Viaux Marambio, tampoco les remueve la conciencia?

Hoy, en el 2015, de nuevo la Derecha recurre a sus habituales ‘tontos útiles’, comomson  algunos desavisados empresarios y, sin duda, varios democristianos, para acometer aventuras sediciosas que puedan concluir en beneficios únicos para “los dueños de Chile”. Estos muchachines de la DC han formado sociedad con la derecha sediciosa desde tiempos remotos  (1970 a la fecha), pero es dable presumir que de nuevo serán ‘pasados por el aro’, y terminarán siendo el pato de la boda.

Las astillas del mismo palo de la vieja CODE  tajearán la vena Cava de las tiendas centristas, como DC y PPD,  que vacilan de manera torpe y no saben si apoyar la depredación o el pueblo. En la Historia reciente pueden encontrar la respuesta.

 

 

 

 

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