La última encuesta Adimark, realizada en julio y publicada este lunes, registró que la presidenta Michelle Bachelet obtuvo en julio un nivel de desaprobación del 70 por ciento, la más alta nunca observada en nueve años de mediciones comparables. Su aprobación, en tanto, de sólo un 26 por ciento, iguala la más baja aprobación registrada en la misma serie. Así, los datos dan cuenta de un estado de desafecto y tensión social rara vez observados en nuestra historia reciente.
En julio, señala el análisis de Adimark, se profundiza el distanciamiento del gobierno con la ciudadanía que se ha venido observando en los últimos doce meses, pero que se ha agudizado desde comienzos del presente año. Durante este mes, se redujeron las proyecciones de crecimiento del país para éste y el próximo año, al tiempo que el Gobierno reconoció dificultades para llevar a cabo sus principales reformas por efecto de la desaceleración económica y llamó a un “realismo sin renuncia” que no parece haber logrado disminuir la incertidumbre de diversos sectores. Hacia fines del mes, finalizó un paro de profesores que se prolongó por 57 días mientras se discutía la reforma de carrera docente. La reforma laboral, por su parte, continuó generando un agitado debate, mientras la delincuencia mostró signos preocupantes en términos de frecuencia y violencia.
A mediano plazo, continúa el análisis de Adimark, la ciudadanía muestra un marcado nivel de escepticismo (o pesimismo, si se quiere), respecto al avance que se habrá logrado al finalizar el presente gobierno; esto, tanto en términos de reducir la desigualdad como de recuperar el crecimiento económico. Así, por primera vez, quienes dicen identificarse con la “Oposición” al gobierno (34%) superan a los que se identifican con él (32%).