Ante la violencia desatada en los estadios de fútbol, se ha propuesto que los carabineros resguarden la seguridad de los asistentes a los partidos, pues los guardias privados se muestran incapaces de cumplir esa función.
Si se parte de la premisa que sólo carabineros está capacitado para resguardar el orden y hacer cumplir la ley ante estos actos que se han caracterizado como delincuenciales, tendríamos que tener carabineros en todas las instituciones del Estado, sean públicas o privadas, pues al tenor de las actuales circunstancias, además de la corrupción, no es aventurado concluir que están actuando como verdaderas barras bravas, imponiendo sus decisiones sin importar cómo afectan a la ciudadanía.
¿No es un acto de prepotencia, típico de barra brava, el decreto del señor ministro de Energía, Máximo Pacheco, que impone un horario de verano durante el período invernal? Científicos, médicos, profesores, apoderados, padres, sicólogos, agricultores, etc., le han explicado en todos los tonos lo perjudicial que significa mantener el horario de verano durante la época invernal, sin embargo, su arrogancia, altanería y soberbia, características típicas de una persona ignorante, le permiten persistir en su tozudez. ¿Es que los chilenos somos más inteligentes que países como Alemania, Japón, Canadá, Noruega, etc., a los cuales no se les pasaría por la mente tamaña estupidez? Trate de exportar esta brillante idea señor Pacheco, empiece por los países de la OCDE. La carcajada se escuchará desde el polo norte hasta el polo sur.
El gobierno, a través de su ministro de Hacienda trata de meternos la cuchufleta de que no se pueden llevar a cabo las reformas prometidas en campaña, porque se acabó la plata y que es imperativo volver a crecer, y pobre del que le rebata sus falacias. Es decir, a reconocimiento de parte de que perdieron el primer tiempo, (seguimos con el lenguaje futbolero), en el segundo, hay que imprimirle toda la prepotencia que el caso amerita, y nada mejor que tomar el ejemplo de las barras bravas: son las que tienen la mayor experiencia para actuar cuando el resultado no es muy prometedor, sobretodo en el segundo tiempo.
Y esa experiencia la tiene con creces el ministro de Hacienda y la usa para insistir en la majadería del crecimiento (bueno, se entiende, parece que es lo único que enseñan en la Universidad de Harvard). Le recuerdo al señor ministro Rodrigo Valdés, que hace unos años, los estudiantes de primer año de la cátedra de Economía Política de esa prestigiosa universidad, se retiraron del salón de clases increpando a su distinguido profesor, porque les inculcaba una sola corriente de pensamiento económico (ya se imaginará cual), lo que los hacía una cáfila de ignorantes en otras visiones de la disciplina; resultado, hacían el soberano ridículo cuando tenían que enfrentar sus posiciones en foros con estudiantes de otras universidades de Estados Unidos o de países europeos. ¡Sorry!
Es que está archi comprobado que el crecimiento lo único que produce es desigualdad; por si no se ha enterado el señor ministro, le voy a dar un dato: el PIB de Chile en el año 2001 era de 71 mil millones de dólares norteamericanos; en el año 2013, el PIB de Chile ascendía a 277 mil millones de esos mismos dólares. ¿Puede explicarnos el señor ministro, al común de los ciudadanos de este país, quiénes fueron los beneficiarios de ese monumental “crecimiento” del PIB?
El economista francés Serge Latouche, ha explicado que “el que cree que se puede crecer indefinidamente en un planeta que tiene recursos limitados, es un imbécil o un economista”.
La plata está, lo que pasa que está muy mal distribuida. La distribución del ingreso se puede hacer por varias vías: aumento de la tributación a grandes empresas (con reformas que se lleven a cabo en una cocina al aire libre, como la que preparó la empanada más grande del mundo, cuyos democráticos cocineros y cocineras, todos chilenitos se hicieron acreedores del premio Guinnes, ¿ve que se puede?). De acuerdo a la Ley Reservada del Cobre, el Fisco entrega el 10% de las ventas de ese mineral a las fuerzas armadas para compra de armamento. Codelco ha transferido 11.726 millones de dólares norteamericanos en 10 años a las fuerzas armadas; 6.472 millones de dólares se destinaron a compras militares. El Fisco acumula excedentes por 5.254 millones de dólares a mayo de 2014. Pero no hay plata para educación ni para salud, ni, obviamente, para pensiones decentes de los adultos mayores.
“Nuestros comerciantes y fabricantes se quejan generalmente de los malos efectos de los salarios altos, porque suben el precio y perjudican la venta de sus mercancías, tanto en el interior como en el extranjero. Pero nada dicen de las malas consecuencias de los beneficios altos. Guardan silencio profundo por lo que respecta a los efectos perniciosos de sus propios beneficios, y sólo se quejan de los ajenos”. (1)
Diputados han propuesto que el Estado ayude a pagar las pensiones hasta llegar al sueldo mínimo. También han propuesto que los jubilados hipotequen sus casas para aumentar el monto de sus pensiones. En este sentido, me sumo a la idea que circula en las redes sociales: que los diputados y senadores hipotequen sus casas para financiar sus campañas electorales.
Y ya que hablamos de pensiones, ¿por qué todos los ciudadanos tenemos que pagarle las altas pensiones a los miembros de las fuerzas armadas?, (además de su sueldo, por supuesto). Y digo todos, pues cualquier chileno o extranjero avecindado en nuestro país, hasta cuando compramos un kilo de pan, estamos contribuyendo con el 19% de IVA para pagarle las pensiones a sus funcionarios. Con que contribuyamos a pagarles el sueldo (como cualquier empleado del Estado), creo que es más que suficiente. Una pregunta al señor ministro de Hacienda: ¿cuál es el porcentaje de incidencia en el “crecimiento” del PIB que produce el quehacer de las fuerzas armadas en Chile?
La cotización de cualquier afiliado en una AFP es de alrededor del 12,5% de su sueldo. La cotización en CAPREDENA (Caja de Previsión de la Defensa Nacional), es del 6% de los sueldos. No voy a profundizar en este tema, pues ya se han publicado en este y otro medios, múltiples estudios de instituciones como la Fundación Sol, el Movimiento No más AFP, SENDA, etc. Sólo recordar que, como si esto no fuera el colmo de la arbitrariedad, el Centro de Investigación Periodística Ciper, destapó el 1º de noviembre de 2007, el escándalo de los montepíos de las hijas y hermanas “solteras” (se casaban en Paraguay), en el reportaje titulado “El pozo sin fondo de la familia militar”.
Pero suma y sigue en esto de cómo distribuir el ingreso: para qué le voy a recordar, pues a estas alturas del partido (seguimos con la Copa y las barras bravas) resulta francamente una majadería, el ridículo royalty a la gran minería del cobre. Lo que sí me voy a permitir preguntarle qué pasa con la recuperación del cobre. No hablo de renacionalización, pues los yacimientos no se han desnacionalizado, sólo está vigente una ley de concesión plena, promovida por el gran patriota y guaripola de las barras bravas, el señor José Piñera. Es decir, se ha concesionado la extracción del mineral no sus yacimientos ¿capici?
Otra de barra brava: hace un par de días, en este medio se informaba de la presión que está ejerciendo el gobierno sobre los congresistas de la Nueva Mayoría, para que aprueben la prórroga del DL 701, de 1974, que bonifica (o subsidia) a la industria forestal con millones de dólares y que, además, con sus plantaciones de eucaliptus y pino radiata, han depredado y seguirán depredando territorio donde existía bosque nativo (que es el único denominado bosque, las demás son plantaciones), y usurpando zonas donde habitaban comunidades mapuche. La degradación del suelo ya ha sido explicada hasta la saciedad. Por lo demás, este subsidio beneficia sólo a tres grandes empresarios que concentran las mayores exportaciones de madera y celulosa. No hay plata para educación, ni para salud, ni para pensiones dignas. Sí para destruir lo poco que va quedando de Chile. Entonces, esta actuación es de una barra brava, bravísima y, además, vende patria.
¿Y la ley de glaciares? Acá la barra brava es el Ministerio de Medio Ambiente, ya que después de presentar un proyecto que realmente conservara los glaciares de nuestro país, con el lobby de la gran minería, ha quedado tan disminuido, que se trata, ahora, de proteger sólo los glaciares que se encuentran dentro de los parques nacionales, que, miren que curioso, ya se encuentran protegidos por estar dentro de esos parques nacionales. Los destrozos que causan las barras bravas en los estadios, son una pata de mosca al lado de estos enajenadlos mentales, verdaderos vándalos que no se cansan de destruir el país. Seguramente se van a beber el cobre cuando ya no quede ni una gota de agua.
Pero como decía en el título, entre las barras bravas también se encuentran las instituciones privadas. Eso sí, estas son Barras Bravas con mayúscula, pues lanzan toda su prepotencia a la plaza pública: la Confederación de la Producción y el Comercio CPC, y la Sociedad de Fomento Fabril, llevan la batuta. El presidente de la Sofofa, hace un par de días se manda esta preciosa joyita de antología, al referirse a la reforma laboral que se discute en el Congreso: “el derecho a huelga sin reemplazo, atenta contra la democracia”. ¿Sabrá el significado de democracia el presidente de la Sofofa?, ¿o se referirá a la empóriomcracia (del griego empóriom: mercado)? Señor von Mühlembrock, el periodista inglés Robert Hunziker, especializado en temas económicos y de medio ambiente, me solicitó que le hiciera llegar este pequeño recadito, que corresponde al título de un artículo que publicó en diciembre del año pasado en el medio UK Progressive: “Condiciones de trabajo en Chile son como la esclavitud del siglo XIX”. Ya ve que la Imagen País no es de las mejores, aunque se gasten millones de dólares en ese famoso programa del Ministerio de Relaciones Exteriores; le doy un dato: en 2009, se “invirtieron” 3 mil millones, novecientos sesenta y seis mil 984 pesos para informar al mundo que éramos los mejores del barrio. En 2010, se “invirtieron” 5 mil millones, trescientos cinco mil 242 pesos con el mismo objetivo. Tendrá que convenir conmigo, entonces, que no sólo de marketing vive un país. Esos miles de millones gastados, valen hongo seco si miramos hacia el interior del Chile real.
He dejado para el final (last but not least), la más dañina de todas las barras bravas, por la cantidad de sus afiliados y por la influencia que tienen sobre los ciudadanos (amén de los medios de comunicación del modelito): el Congreso Nacional (incluido los partidos políticos del duopolio). Resulta que ante el anuncio de la Presidente Bachelet de iniciar el “proceso constituyente” en septiembre, algunos miembros de esa institución, han dicho presente. Eso sí ni hablar de Asamblea Constituyente. Las declaraciones: Jorge Burgos liderará diálogo con partidos políticos por cambios a la Constitución; Genaro Arriagada: “Impulsar una Asamblea Constituyente en este escenario, sería simplemente suicida”. No se preocupe señor Arriagada, si el gobierno ya se “autosuicidó” (como dijo un político de derecha) hace mucho tiempo.
No son pocos los que insisten en una comisión bicameral o convención constituyente liderada por el Congreso. No quieren entender que el Congreso no tiene Poder Constituyente, menos el actual cuyos miembros (con algunas dignas excepciones), han convertido esa, antiguamente honorable institución, en una verdadera Cutufa 2.0. (Para los más jóvenes, La Cutufa fue una financiera ilegal creada en el seno del ejército durante la dictadura cívico-militar). Y van a contratar una empresa de marketing para que les mejore la imagen: la mona aunque se vista de seda, mona se queda. Van a perder la plata, igual que “Imagen País”.
¡“Lo que natura non da, Salamanca non presta”!
(1) Adam Smith, Investigación sobre la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones, F.C.E., México, 2006, p.96.