En un desesperado intento por evitar que el desprestigio que les afecta los saque del escenario político, la Nueva mayoría y la derecha aliancista (la casta política) actúan de conjunto en una serie de iniciativas impresentables. Sancionaron a Alejandro Navarro defenestrándole de la vicepresidencia del Senado por el hecho de que les formuló la pregunta, tan irritante para ellos, si en los millonarios aportes reservados que habían recibido había dinero de las pesqueras. La ley pesquera que se aprobó regaló el mar de Chile a siete familias.
Ahora se descalifica a Navarro por su moto de nieve y los préstamos que recibía de los micreros, también puede ser cierto, pero ello no quita validez a la pregunta de Navarro.
Días antes, actuando coordinadamente restablecieron la posibilidad de los “aportes” de personas jurídicas (empresas) a los partidos políticos. El gobierno se desentendió de la propuesta de los “socialistas” y renovación nacional, pero el DC Cornejo les aclaró que en el proyecto del ejecutivo no venía ninguna prohibición en este sentido. La casta política no puede prescindir del dinero de los empresarios. El gobierno intentó sacar las castañas del fuego con la mano del gato.
Saben que las próximas elecciones se acercan y allí la ciudadanía expresará su opinión de la casta política. Si vota muy poca gente su ilegitimidad quedará graficada y cuantificada. Ante ello ingresaron un proyecto de ley para volver a hacer el voto obligatorio.
Antes lo habían hecho voluntario con el propósito que los jóvenes más críticos al sistema se sintieran más convocados a la abstención y que así la crítica no se expresara. Buscaron que se siguiera expresando el padrón viejo y no las nuevas realidades.
Ahora con su propuesta de voto obligatorio buscan evitar el colapso del sistema a que daría lugar una votación ínfima. Pero los procesos históricos no se detienen con tinterilladas. Algunos integrantes de la casta han advertido un nuevo riesgo. Bien podría aparecer una opción política electoral, que aunque no fuera muy conocida, podría recoger todo o parte de un voto castigo que es abrumadoramente mayoritario.
En esto se centrará la discusión intra-casta, como evitar que la ciudadanía los desaloje del escenario político.
Lo claro es que la casta política esta aterrorizada, sobre todo porque puede aparecer una nueva opción política en la papeleta electoral.
Y aparecerá.