Diciembre 26, 2024

Noticias en desarrollo

Nepotismo. Robos. Estafas. Exacciones. Trampas. Triangulaciones. Coimas. Mugrosos alcaldes procesados por traficar basuras y basurales. Basuras cumpliendo reclusión nocturna, arraigo nacional o prisión preventiva.

 

 

Tráfico de influencias. Acomodos. Estudios falsificados. Informes que no informan nada pero que se trafican a precio de oro. Desfile de políticos sinvergüenzas por los tribunales. Leyes hechas a imagen y semejanza de los intereses de quienes pagan a los que harán esas leyes. Corrupción generalizada al extremo que parece un normal paisaje de un país normal. Listas de parlamentarios vendidos o arrendados por medio de depósitos en contante y sonante, fuera de la ley, dentro de ella y/o en su filo.

 

 

La justicia social avanza al tranco de dieciséis mil pesos en que aumenta el sueldo mínimo, según la Ministra Rincón. Días antes, el jugador Jara le mete el dedo en el culo a un jugador uruguayo y el escándalo remonta a noticia universal. Y el pico en el ojo de la Ministra Rincón a quienes ganan el sueldo mínimo, no es noticia para nadie

 

A Chile le hace falta un triunfo, asevera convencida Michelle Bachelet desde el camarín de la Roja en el que cumple sus altas funciones de Estado y luego de su selfie de rigor, mientras que en el remozado equipo político se enfrentan a codazos el Ministro del Interior y el ego acromegálico del fracasado ex Ministro de Educación, mientras el Vocero, quiltro como el que más, no sabe qué hacer en esa pelea de perros grandes.

 

A los profesores le hace falta un triunfo dicen los profesores y los medios de comunicación hacen como si nada. Los ignorantes televisados en horario prime de Tolerancia Cero se encargan de decir que esa tropa de malos profesionales no quieren evaluarse, y el mundo sigue andando aún después que salen los resultados oficiales de esa misma evaluación que dice todo lo contrario de lo que afirman los contertulios dominicales, esos sí, vagos, irresponsables y genuflexos.

 

La huelga de los profesores parece que es en otro país porque llega a las noticias de las nueve con el atraso propio del uso horario de otro hemisferio. Como si se tratara de bebés de pecho, a los docentes se les quiere imponer una carrera que al parecer rechazan solo de malagradecidos. Se les espeta su falta de sensisbilidad al no cuidar los niños mientras los padres trabajan.

 

Cerca de ahí, una cierta Reforma Laboral es resistida en silencio por los trabajadores, pero asumida en todo y sus partes por la Central que se supone debe defenderlos, pero que da la impresión es una buena plataforma electoral de cara a las elecciones parlamentarias.

 

Contubernios entre empresas y políticos. Senadores corruptos pasándose por el perineo las orientaciones de la Comisión presidencial para la corrupción. Noticias cotidianas de políticos que juran que jamás recibieron dineros ilegales hasta minutos antes de reconocer que sí, pero no.

 

Proyecto de ley para que los empresarios no sigan haciendo lo que han hecho siempre, arrendar y comprar políticos, se transforma en una ley precisamente para que se siga haciendo. Ahora, por cierto, debidamente reglado.

 

El Senado censura a un senador, fresco como el que más, por hacer pública una información que es pública. Lo que se busca no es ocultar esa información, esa danza de millones interpretada por los poderosos empresarios para que a su ritmo bailen tanto el facho como el socialista, sino que para enseñar por vía vicaria, que hay cosas que no se hacen sin punición.

 

El mensaje es que el que quiera pasarse de listo, va a ser censurado ipso facto. Y para el efecto, nada tan pedagógico como el actuar de consuno entre la Nueva Mayoría y la Derecha, bueyes sin cuernos, después de todo.

 

El barrio alto se engalana con un caceroleo que nos hace recordar las horas previas al genocidio que esa misma gente, con esas mismas ollas, desataría un día martes nublado, cuya herencia hoy es administrada con quirúrgica precisión y denodado entusiasmo por algunos de los hijos de algunos de los asesinados de entonces.

 

Por cierto, las damas que hacen sonar las cacerolas en las que sus nanas preparan la comida del personal del servicio, no se avienen a dirigir su chivateo en contra de la piara de sinvergüenzas, ladrones, asaltantes y cogoteros que habitan esas mismas lujosas casas, que manejan un Ferrari Testarrosa Rosa y cuyas mujeres se visten en Henry Bendel.

 

Se decreta pre emergencia ambiental restringiendo el tránsito de los autos que entran al país a razón de doscientos mil al año sin que se haga nada para retirar los que ya cumplieron su vida útil. Mientras tanto, sobre la cota mil las humeantes chimeneas de los millonarios le dan al paisaje un toque similar al que se ve en Austria, cerca de la frontera con Suiza.

 

¿Nos acercamos al fin o al comienzo de algo? ¿Pueden las cosas seguir tal cual sin que pase nada?

 

¿Vendrá un arreglo sistémico que deje las cosas en un trance menos alborotado, pero sin que se mueva nada de la cultura pinochetista peinada de otra manera?

 

¿O se avecina un descalabro social mediante una explosión social de impensadas consecuencias una vez que las víctimas de esta cultura, quizás más del ochenta por ciento de la población, pierda el miedo al descuento, a la cesantía, a la morosidad de sus numerosos créditos y en una formidable rebelión ponga las cosas en su lugar y a los sinvergüenzas en la cárcel?

 

Continuará…..

 

 

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