Pueden haber diferencias con él por ser demasiado condescendiente con el gobierno de Bachelet y por no jugárselas por una AC ahora, pero el Senador Alejandro Navarro ha sido el único congresista que ha exigido rendimiento de cuentas claras a sus pares. Que lo ataque así Isabel Allende, como lo hizo en El Mercurio, debe corresponder a una estrategia diseñada por los consejeros de la Presidenta del Partido Socialista (1).
Navarro se ha expresado públicamente con coraje político y en el momento oportuno. En un contexto de ruptura de confianzas entre el pueblo ciudadano y las instituciones políticas del régimen postdictadura y, sobre todo, con los partidos del Duopolio binominal, que según las encuestas sólo tienen un vergonzoso 3% de credibilidad. Factor clave de la crisis política e institucional que atraviesa el sistema debido a la exposición pública de escándalos de una buena parte de los senadores.
Alejandro Navarro, emplazó a los congresistas que recibieron donaciones secretas de empresas, tanto de oposición como de la Nueva Mayoría, “a que aclaren si es que fueron las pesqueras quienes financiaron sus campañas” (2).
El Senador de la VIII región acierta en este punto al exigir pruebas de transparencia y probidad a los senadores que aprobaron la Ley de Pesca, rechazada por él y por organizaciones de pescadores y trabajadores de su región. Y al entrar cabeza alta en la caballeriza y comenzar a recibir las patadas de la casta política, el ex dirigente estudiantil en tiempos de la dictadura se proyecta como uno de los pocos políticos con una ética consecuente.
Por cierto, hay algo del síndrome de la patota en la reacción de quienes le exigen a Navarro que se retracte y renuncie a la Vicepresidencia del Senado.
Alejandro Navarro publicó una lista con los aportes reservados que recibió cada congresista. Ahí les exigió a cada uno de ellos explicaciones acerca del origen de esos fondos secretos que son factor notable de corrupción y de tutela directa de la gran empresa sobre los políticos. Sin embargo, ante tal iniciativa que rompe con el silencio y complicidad de casta, la presidenta del Partido Socialista, Isabel Allende reaccionó de la peor forma posible.
La Senadora por Atacama y candidata presidencial del PS ha buscado figuración estas últimas semanas al verse bien posicionada en las encuestas ante un M-EO castigado por su oscura relación con dineros de Soquimich-Ponce Lerou. Isabel Allende acaba de referirse a la postura del Senador Navarro en términos que van contra las exigencias de transparencia que la sociedad chilena, dispuesta a desembarazarse de la política corrupta, clama.
La Presidenta y candidata declara en El Mercurio: “Es la mayor irresponsabilidad (la del Senador Navarro), aludiendo de manera generalizada a la totalidad de los senadores, que hemos recibido algo completamente legal, como son los aportes privados a los que queremos poner fin” (1).
La candidata presidencial del PS no entienda que lo “legal”, que fue erróneamente permitido, fue uno de los motivos que condujo a los políticos a actos de corrupción, conflictos de interés y tráfico de influencias como los que investigan los fiscales. Y, que por lo mismo, “recibir aportes privados” no es ético ni acorde con el interés general de la ciudadanía, pero, que saber distinguir entre lo que va contra la transparencia y favorece a las empresas en detrimento de las mayorías trabajadoras, sí lo es. Además, que la actitud que la sociedad espera del político es de rechazo total a verse involucrado en este tipo de situaciones. Y no la asumida por Isabel Allende, que puede ser calificada como lindando con la justificación, la defensa de la impunidad y el amparo de las prácticas corruptas.
Quienes le han exigido al Senador Navarro que pida disculpas por exigir transparencia a los políticos del senado y han desatado una caza de brujas contra su persona son los que, como los PPD Guido Girardi y Jaime Quintana están asiduamente bajo la lupa de la probidad. Este último, presidente de su partido, aceptó invitaciones, con gastos pagados de avión y hotel, de Soquimich.
E Isabel Allende, para ganar algo de credibilidad, tendría que exigirle la renuncia al militante de su propio partido, el Senador Fulvio Rossi, acusado de recibir financiamiento de grandes empresas mineras y al presidente del PDC, Jorge Pizarro por la relación que han tenido sus hijos con la emisión de boletas truchas a Soquimich de Julio Ponce Lerou.
Isabel Allende tendría que hacerse cargo de manera prioritaria de desmentir o confirmar las informaciones que dicen que su carrera política ha sido y es programada en las oficinas de Imaginacción (3), consultora en comunicación estratégica, dirigida por Enrique Correa, uno de los operadores políticos más detestados por la ciudadanía en razón de su persistente actitud en sacar provecho de la actual institucionalidad y de su adhesión y defensa estratégica de los intereses de las grandes empresas investigadas, como Penta, estrechamente vinculada a Jovino Novoa y a la UDI. Además, sabemos, Correa acaba de perder a uno de sus allegados, el ex ministro Jorge Insunza, en las altas esferas gubernamentales.
Razones de más para suponer que los arteros ataques en contra del Senador Navarro corresponden a un diseño estratégico de Imaginacción para aniquilar al único crítico parlamentario molestoso de la corrupción de la casta político-empresarial en el Congreso.
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(1) http://impresa.elmercurio.com/Pages/NewsDetail.aspx?dt=2015-06-20&dtB=20-06-2015%200:00:00&PaginaId=4&bodyid=3
(2) Cabe señalar que en el listado de empresas que hicieron aportes reservados a campañas políticas figuran las pesqueras: Blumar S.A, Camanchaca Pesca Sur y su filial Pesquera Bío Bío S.A., Pesquera Grimar, Pesquera Hernández Limitada, Sociedad Pesquera Coloso S.A., Sociedad Pesquera Landes S.A. y Corpesca del grupo Angelini, esta última, ligada a los dineros traspasados de forma ilícita a la diputada Marta Isasi y al senador Orpis, quien reconoció públicamente haber recibido aportes irregulares en dinero desde el grupo Angelini.
(3) http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2014/10/16/la-estrategica-asesoria-de-enrique-correa-en-la-carrera-de-la-senadora-isabel-allende/