El joven tatuado mareado de altura Copera en un paisaje parriano lleno de revelaciones podridas sobre la élite del joven fundo chileno.
El tatuado gladiador que tiene sangre fría para ejecutar el penal en el Estadio lleno de gente que paga caro su entrada y que tiene prohibido la fiesta, el bombo y que a chuchadas es encarado por el joven Medel(ejemplo del ejército de Chile) a que les apoyen a como de lugar y a punta de chuchadas.
Las mismas chuchadas que el Rey esgrimía frente a carabineros…tan cagando a Chile y balbuceos de un curado talentoso salvado de milagro.
Vidal es uno de los ejemplos del nuevo rico.
Cuidado por su entrenador Zampaoli:”No supo manejar su tiempo libre”.
Por la presidenta del Nepotismo:”Qué bueno que el accidente no afectó mayormente a su esposa y a él mismo…”.
Quizás recordando su foto en el camarín de la roja o las fotos de cuando el Rey Arturo salía de la iglesia de San Ignacio de Loyola en una boda de quinientos palos.
No se trata de un curado asesino como en el caso de Johny Herrera que no tiene problema en seguir jugando o del hijo de los Larraínes que controlan el fundo.
El peloteo inventado por los ingleses para que los obreros de la revolución industrial no chuparan tanta chela y le pegaran a sus mujeres hace un siglo o en este siglo
de la FIFA infectada de mafiosos como el Suizo Blatter.
Internacionalmente se agrega este talento pelotero al destape de la cloaca mundis y nuestra: ¿Dónde está el palo y medio verde de Jadue?
Este mismo día cogoteros con corbata del caso Penta comentaron por la prensa que no debían preocuparse pues la gente estaría al tanto de Vidal y no de estas perlas empresarias de la usura karadima.
El pueblo agobiado de las cuotas de las tarjetas traídas por Piraña en su paso por Talca va al juzgado a defender a Arturo.
El gladiador posmoderno vuelve a saltar en el aire contaminado del antirrío Mapocho y marca otro gol contra los mexicas.
El viejo campo de concentración repleto de neochilenos salta en un grito delirante.
El gladiador curado paga con su cabeza mohicana, la leve alegría que nos produce su gol, en medio de los asados clandestinos por la preemergencia.
Ala chuchasuma,a 160 km por hora en su Ferrari rojo, nos sacó una nueva polaroid sobre quienes somos y llorando nos vendió la pomada de su error demasiado humano:
¡Viva Chile!.