En la política es usual amenazar o proponer bajo la forma de negación. Si alguien dice que lo único que quiere evitar es dividir el partido, en realidad está amenazando con eso. El comentarista político, graduado y pos graduado, becas mediante, en universidades del país del norte don Patricio Navia ha hecho pública la propuesta de los norteamericanos ante la crisis política chilena.
Ha señalado que si la crisis no se supera, “en la plaza política se comenta”, debería llamarse a elecciones anticipadas y asumir Ricardo Lagos. Horrorizado Navia insta desmentir el rumor, pero lo pone en la mesa. En Chile todos nos conocemos, sabemos quien es Navia, quien es Bachelet y quien es Ricardo Lagos (Tango 1).
Chile está viviendo una crisis política, entendida ésta como la capacidad de tomar decisiones por un grupo de personas, con los procedimientos y en los lugares habituales que se están cuestionando.
Se ha establecido, ya como verdad indubitada, que los grandes grupos económicos tenían comprada la casta política en su conjunto. Esto tiene una dimensión judicial, pero también una política, aún mayor.
En lo inmediato la credibilidad de Michele Bachelet, de la Nueva Mayoría y de la derecha explicita se ha desplomado. Este era el cuadro político pre-Chávez en Venezuela, corrupción, abusos y desprestigio total de la casta política.
Que la señora Bachelet tiene escasas dotes políticas no lo vamos a descubrir ahora. Tampoco que ella es amiga a más no poder de los norteamericanos al punto que fue becaria del Pentágono por un año. Esas becas no se las dan los norteamericanos a los izquierdistas de verdad en América Latina, a esos le preparan el tratamiento en la Escuela de Las Américas. La señora Bachelet ha sido homenajeada por Rockefeller en Nueva York, luego de esto el trato de El Mercurio cambió bruscamente y se hizo respetuoso, cuando el amo te da la mano el perro mueve la cola.
Ella tenía una sola virtud importante para el sistema neoliberal, la masa popular le creyó siempre que ella era una de los suyos. Una mujer progresista, sufrida, honesta y por lo cambios. Eso se ha erosionado irremediablemente.
Los norteamericanos proponen cambio en la administración y su carta es el confiable y eficiente Ricardo Lagos Escobar, al que algunos, válgame Dios, todavía creen socialista. Lagos, del que podemos decir lo mismo que Marx sobre Napoleón III: un fraude desde la cuna.