La encuesta mensual Adimark da cuenta del tercer mes consecutivo de caída en la aprobación de la presidenta Bachelet y de su gobierno, que durante abril y mayo ha vivido sus peores meses de gestión en medio de la crisis política como resultado de los aportes de campañas por parte de SQM a través de las gestiones del operador político Giorgio Martelli. Esta crisis devino en el cambio de gabinete del pasado 11 de mayo.
La encuesta muestra una baja de tres puntos (de 31% al 29%) en la aprobación de la presidenta Bachelet. Al mismo tiempo, se verifica también una baja considerable en los atributos de la Presidenta, estando todos por debajo del 50%, hecho importante pues elementos como la credibilidad y cercanía han sido las bases de la popularidad de Bachelet.
En tanto el gobierno pasa del 26% al 23% en su aprobación, lo que refleja en evaluación negativas en materia de empleo, manejo de la economía, transporte público, educación y salud, seguridad y el manejo del gobierno en los casos de corrupción. De igual forma se verifica un rechazo a las reformas en materia educacional y laboral propuestas por La Moneda.
Rechazo Institucional
En la muestra también recoge el nivel de la crisis política-institucional que se encuentra en desarrollo, la que se sostiene en los casos de corrupción dados a conocer en el último tiempo, en la incapacidad de los grupos políticos por dar respuesta a la demandas ciudadanas y la desconfianza creciente a partir de la vinculación financiera entre políticos y los grandes grupos económicos.
Este rechazó queda reflejado en el 69% de rechazo a la Nueva Mayoría y el 73% de rechazo para la Alianza. Esta evaluación se proyecta en la evaluación negativa del Senado y la Cámara de Diputados que llega al 77% en ambos casos.
Para el sociólogo Alberto Mayol los resultados de la encuesta da cuenta de “una crisis de institucional muy radical, que deviene de una crisis de malestar y que se deposita en el sistema político, el que no es capaz de atacar. Malestar que se verifica en el desconocimiento de las demandas sociales y por el lado de la relación de lo económico con lo político”.
En tanto la presidenta de la fundación Chile Movilizado, Karina Oliva, expresa que los resultados de la encuesta “refleja la necesidad de Chile de fortalecer a la ciudadanía como actor político, ya que refleja la desaprobación de la Presidenta y su clave política. Para nosotros esta crisis es un argumento más para abrirnos a la construcción del Poder Ciudadano”.
Finalmente, consultado sobre la profundidad de esta crisis, Mayol señala que “No se puede saber la profundidad de una crisis, eso es un misterio. Según los que defienden la institucionalidad esta crisis debía haber rebotado hace un rato ya, pero solo se ha profundizado tocando a estos “iconos” que eran imposibles de atacar… hasta hace un año Michelle Bachelet era capaz de sostener el entramado de la institucionalidad cosa que claramente hoy no sucede”.
El Ciudadano