Noviembre 19, 2024

Chile bajo el estallido de bombas de racimo

 

Cuando estallan las bombas de racimo, la devastación  es atroz, tanto como “sub-municiones que causan diferentes daños, como perforar vehículos blindados con su carga explosiva” o “alcanzar y herir a la mayor cantidad de gente posible con sus fragmentos de metralla o comenzar incendios”.

 

 

    Es lo que le  ha sucedido a la  clase política y al estamento empresarial, aunque  parece que todavía no ha enterado, ni dimensionado la magnitud de los daños directos y colaterales; tampoco, evaluado las secuelas y sus coletazos. Por el contrario,  contumaces como son, pretenden seguir aplicando la política de borrón y cuenta; perdonazo general; “aquí no ha pasado nada”, total “los chilenos tienes mala memoria”; o el ya  archiconocido gatopardismo; es decir, cambiarlo todo, para que no cambie nada.    Algunos hechos, sin embargo, son demasiados porfiados.

    Observamos cómo el caso Penta explotó en otras  direcciones, para ramificarse en el caso Soquimich y otros  tantos más como Aguas Andinas, Corpbanca,  Corpesca  hasta ahora,  en los cuales, toda  clase de personajes de diversa “orientación ideológica”  se encuentran involucrados,  desde senadores, diputados y diputadas-  las mismas personas que deben elaborar las leyes y  fiscalizar a los otros poderes del Estado-,  siniestros e inescrupulosos operadores políticos, hasta saber hace poco  que  hubo una pre-campaña, lo  que podría alcanzar a  la  señora instalada en la Moneda, cuya credibilidad ya va al nivel de las alcantarillas. Últimamente, hasta los alcaldes- al menos dos-  están con la basura  hasta el cuello.

    Es cierto que las investigaciones avanzan, no con la celeridad debida o esperada; pero también es una cruda certeza que la maquinaria  se  ha activado para efectos de que a la postre ojalá todo esto quede en nada. Podrían rodar las cabezas de algunos mandos medios y de tropa, pero los altos mandamases no  deberían ser tocados por la  justicia, tal como en su momento acaeció con el  felón Ricardo Lagos.

    Por demás, debemos recordar que los delincuentes del caso Penta, principal asociación ilícita para el financiamiento de la UDI,  se encuentran en sus hogares disfrutando de un estándar de vida que no tienen los reclusos comunes y corrientes; hasta verán de “La Copa América  en High  Definition”.

    Así y todo, los mass media,  controlados por la  derecha y los grupos económicos, nos machacan y  saturan con montañas  de información para  dar la sensación  de que “las instituciones funcionan”,  y de que el cuarto poder está haciendo su trabajo. Sin embargo, huelga decir que el vecino anónimo se queda  con la impresión ratificada, introyectada en su fuero interno, de que “todos los políticos son  iguales  y que la política es sucia”.

    Tal como se dan las cosas, es imposible que un ciudadano o ciudadana de a pie se percate de que funciona inexorable el  cuasi perfecto modelo neoliberal, naturalizado como si fuera  absoluto e irrefutable en su esencia.

    Por lo que sí en verdad, si queremos salir de esta encrucijada, debemos atravesar “El Rubicón”  tomando  el único camino que es posible acometer  a fuer de una revolución ciudadana que ponga en jaque  y con ulterioridad dé al traste con el engendro  concebido entre  la dictadura  pinochetista y la banda de ladrones y fementidos de la  concertación.

    Sí, como han leído en el párrafo anterior, una Revolución con mayúscula, que  no tiene que  ser, como lo he formulado en otros escritos,  a la usanza  de las  del siglo XX,  ni tampoco  a la luz de modelos o ejemplos- algunos de ellos ricos y fructuosos de la alborada del siglo XXI- que, no obstante, no calzan ni están en consonancia con nuestra historia e identidad. Como no soy un iluminado, ni integro una vanguardia jacobina, menos funcionario de partido,  me arriesgo con la fuerza  de mis convicciones a  sostener que  un punto de inflexión debe suceder o sobrevenir.

    Ya que no es suficiente ni basta  observar  cómo una cáfila de allegados a las mafias que dominan este país, económicas y políticas, ganapanes  tales como Fulano, Zutano, Perengano,  Merengano, Perico de los Palotes y Perogrullo, han desfilado por los  tribunales- como suelen  escribir o decir los sesudos  periodistas que trabajan en los medios del duopolio y de los canales de televisión que pertenecen al status quo, en un arranque de genio y talento- y se  han entrevistados con los  fiscales que llevan los diversos casos y sus respectivas aristas.  Ninguno ha acabado en chirona; o si lo han hecho, ha sido una  burla  descarnada.

    Se alberga el temor fundado sobre  si estas diligencias se extenderán mucho más, tanto que se perderán de vista, se difuminarán y se olvidarán al final, para dar paso a  otras  noticias tan relevantes  como que  las eternas teleseries turcas pasaron de moda, o que Chile, por arte  de  birlibirloque,  gane la  copa que  disputará, y que  la  gente en un acto de catarsis  eche al saco roto la absoluta pérdida de soberanía real y efectiva en las garras de este monstruo que es el neoliberalismo y sus  derivados tales  como la opresión, la explotación, las  miserias que sufren sólo- ¡adivinen quiénes?- los nadie, parafraseando a Galeano, amén del sobrendeudamiento,  la educación del siglo XX  de calidad paupérrima, la salud que hace  rato está con un pie en la tumba, como una retahíla y salmodia que  no terminan.

    Con asesores  como Enrique Correa-este tunante de siete suelas haría ruborizar a Joseph Fouché-  cuya empresa Imaginaccion Consultores asesora y apuntala la defensa de  moros y cristianos, su apuesta  debe ser mucho más compleja y elaborada que esperar sólo que el reduccionismo anestésico de los  partidos de fútbol desplace  la corrupción del centro de la atención pública, aunque  en algo contribuyen.

    Tal como visualizo el panorama,  cabe concluir con un corolario clave: ellos y ellas ya perdieron toda legitimidad,  lo que en el fondo les interesa un comino; al contrario, pretenden retener y restaurar la institucionalidad y gobernabilidad; y es hacia esos dos objetivos donde debemos apuntar con las armas de  la  razón, la inteligencia, el rescate de la memoria,  la pugna por los derechos reconquistados, la dignidad renacida, la conciencia social, el aliento internacionalista…

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