La cuarta ronda de negociaciones entre Estados Unidos y Cuba comenzó hoy en Washington en la sede del Departamento de Estado, una reunión que debería conducir a la reapertura de embajadas en Washington y La Habana, tras el deshielo diplomático anunciado en diciembre por los dos gobiernos.
La secretaria adjunta para el Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Roberta Jacobson, encabeza la delegación estadounidense que participa en las negociaciones, mientras que Josefina Vidal, directora de Asuntos de Estados Unidos en la Cancillería cubana, está al frente de la delegación cubana.
Sobre la mesa de negociaciones está la cuestión de la apertura de embajadas en Washington y La Habana.
A falta de relaciones diplomáticas directas, Cuba y Estados Unidos mantienen actualmente sendas Secciones de Intereses que les permiten cumplir con servicios consulares y continuar las escasas relaciones bilaterales que mantenían hasta el acuerdo de diciembre, por ejemplo, en materia migratoria. Su personal tiene, sin embargo, serias restricciones de acción y desplazamiento por el territorio.
Todavía no hay fecha para la transformación de las Secciones de Intereses en embajadas, pero ambos gobiernos han expresado su deseo de llegar pronto a un acuerdo.
La administración Obama tiene que avisar con 15 días de antelación al Congreso del cambio de estatus de su misión diplomática en La Habana. Pero, según fuentes del Departamento de Estado, se trataría de una formalidad, ya que que al no tener que solicitar dinero extra para que la legación opere como una embajada, no se necesitaría la aprobación del Congreso para el cambio de estatus.
La decisión del presidente Barack Obama de sacar a Cuba de la lista de Estados patrocinadores de terrorismo y el hecho de que la Sección de Intereses de Cuba en Estados Unidos haya encontrado, según fuentes del Departamento de Estado, un banco para poder realizar sus operaciones consulares podría allanar el camino para un acuerdo entre ambos gobiernos.
Aunque La Habana y Washington logren llegar finalmente a un acuerdo sobre la apertura de las embajadas, lo más probable es que la administración Obama encuentre resistencia en el Senado a la hora de nombrar el primer embajador estadounidense en la isla comunista en décadas.
El Senado, que está controlado por los republicanos, debe confirmar al embajador en La Habana. Lo más probable es que muchos senadores republicanos se opongan a su nombramiento, sobre todo los de origen cubano.
Además, su nombramiento podría convertirse en un tema de campaña en las elecciones de 2016, ya que dos de los candidatos republicanos son de origen cubano: Ted Cruz y Marco Rubio. Ambos se oponen al restablecimiento de relaciones bilaterales con Cuba.
El senador demócrata Ben Cardin ha reconocido que la confirmación de un embajador estadounidense en La Habana “podría tomar un poco más de tiempo” que otros temas derivados de la nueva política de Estados Unidos hacia Cuba.
“No creo que sea práctico confrontar una situación que puede no concluir con éxito”, dijo Cardin.
La primera toma de contacto oficial entre ambas gobiernos tuvo lugar el 22 de enero en La Habana. Esta es la cuarta ronda de negociaciones, después de que ambas delegaciones se reunieran dos veces en La Habana y una en Washington.
Los presidentes Barack Obama y Raúl Castro anunciaron el 17 de diciembre un acuerdo para retomar las relaciones diplomáticas rotas en 1961.
Los dos mandatarios se reunieron por primera vez en abril en la Cumbre de las Américas en Panamá. Fue el primer encuentro a ese nivel entre ambos países en más de 50 años.