Hace exactamente 42 años en que la historia de Chile (entendiendo por tal el decurso pacífico/adversarial en que los conflictos de clase, se resolvían dentro del marco Constitucional vigente y una democracia proporcional real), fue violentada e intervenida –interna y externamente-a fin de encuadrarla dentro de los cánones del modelo de mercado momentáneamente triunfante (globalización/neoliberal), que se inscribía también, en este histórico y permanente contrapunto; entre la economía capitalista -como actividad global libre y expansiva –(mano invisible de A.Smith ) y los intentos de intervención del (los) Estado (s) como regulador (es) o correctores -dos guerras mundiales mediante- (J.M. Keynes) ante el peligro permanente del laissez- faire de los privados en “bellum de omniun contra omnes”; que es uno de los rasgos y/o contradicciones estructurales del sistema del capital.
Esta intervención cruenta de la historia de Chile, -que conocimos y/o vivimos-, instaló este modelo llamado neoliberal; primacía del mercado ( o más bien la nueva fase expansiva financiero/empresarial-transnacional) más conocida como globalización, que subordina a los Estados Nacionales a la condición de facilitadores o reservorios de apoyo logístico (económico/represivo) –en última instancia-, para recomponer los fracasos del capital financiero privado “socializar las pérdidas y privatizar las ganancias” cuyas manifestaciones y crisis mundiales vemos a diario: (crisis sub-prime), guerras monetarias de devaluación -entre grandes potencias rivales-, agresividad de guerras mundiales –por ahora- parciales, depredación energética, desigualdades en la concentración y distribución del ingreso, calentamiento global, cesantía crónica, extrema pobreza, migraciones forzadas -de pueblos sumidos en la miseria -jugándose la vida en un intento desesperado de buscar un lugar bajo el sol. -entre otras-.
Sin embargo, el dilema de la democracia pos dictadura no se resuelve (por la -astucia de la razón hegeliana en el espíritu absoluto supuestamente concentrador de estos valores abstractos del espíritu universal, por sobre la contingencia; el Estado capitalista) ni mucho menos; sino, por una determinada astucia peculiar de la historia en que el duopolio, naturaliza el sistema dándole el toque de ambientación “chilensis” que derivará en la simple astucia del enriquecimiento individual, Así estos retoños de la dictadura, supieron interpretar bien la contingencia, como el momento de obtener provechos personales del sistema, habida cuenta que la caída de los muros, que alejaba el horizonte de las revoluciones sociales a confines difusos e improbables -dado el renovado fortalecimiento del capital-. Luego –(silogismo claro), eran los tiempos de la primacía del pragmatismo en que, lejos de “auto-flagelarse” con ideales utópicos; aceptar el capitalismo real existente y (como metralla atraída por un imán poderoso – aquí me refiero a aquellos partidos que pretendían en el pasado a representar los intereses populares-), maniobrar sobre la cresta de la ola neoliberal moderna.
Para ello y por ello, era necesario poner en cuarentena (42 años) al pueblo chileno y blindarse en un Bunker, cuyos espacios crípticos, cristalizaran en una estructura impenetrable para un pueblo -fabricado por la dictadura- y mantenido por el duopolio como: sumiso, apolítico y/o políticamente inculto, alienado con la falsa ilusión del dinero plástico y consumos superfluos, engolosinados con fútbol y telenovelas -almidonadas y funcionales al sistema-, que les permita vivir el espejismo de otras vidas, que los sustraen por instantes, del drama de sus propias vidas.
En este contexto, se podía jugar con boletas y facturas “ideológicamente falsas,” en medio de la impunidad, hasta que la “casual” falla de uno de los factores de la ecuación perfecta, permitió en cadena la visión de la parte sumida del iceberg y así iluminar orbe et urbi, la corruptela generalizada, que subyacía como un absceso no drenado, lleno de pus y de miasmas pútridas,
Que las instituciones funcionen claman a coro. Claro como el SII, cuyo director ha sido bautizado y confirmado por la presidenta Bachelet, que hace de muro de contención para el aluvión de denuncias contra la Nueva Mayoría. O el poder judicial dependiente -en su mayoría del poder instalado-, funcionará siempre de acuerdo a los parámetros imperantes. Es por eso que ellos esperan que sus instituciones funcionen en concordancia con y para lo que ellas fueron construidas; para blanquear los negocios y los “excesos imprudentes” de la clase política.
Por eso, el aplauso resonó unánime y vibrante en el patio de los cañones –con la clase dominante reunida en pleno-, impacientes por asistir al rito, cuando Engel entregó a Michelle esta especie de “scriptum-salvatorum” que –cuan la cuerda en el pantano-, comenzara a dar los primeros jalones que les permitiera un mea-culpa colectiva, que lavara sus conciencias (¿) y recompusiera algo sus imágenes tan irremisiblemente comprometidas y deterioradas.
Esto que se transformará en proyectos de ley y normas administrativas, permitirá transparentar las relaciones tortuosas del dinero y la política – en tanto se encuentran los resquicios para eludirlas–. Que sea -por ejemplo-, el Estado quien financie directamente las campañas políticas, lo que viene a ser lo mismo con las nuevas leyes, pues antes las empresas las financiaban pero, al emitir boletas y/o facturas falsas, las descontaban de impuestos siendo así que por caminos tortuosos, igual terminábamos (todos con los sectores que pagamos impuestos) financiando a la casta política. – Suma 2.0.- Además del agregado populista del proceso constitucional, hecho exclusivamente con la función de endilgar las mentes populares por los derroteros de los -espejismos esperanzadores-, de una futura participación, por la vía de cabildos, debates barriales, foros etc., –por su puesto no vinculantes-, que terminarán en un proyecto de reforma constitucional institucional- es decir- las nuevas medidas y/o leyes serán entregadas al arbitrio de aquella misma casta corrupta que les aseguren su eternización en el poder, o sea como si los mismos personajes -en teoría- estuviesen dispuestos a hacerse un harakiri colectivo. Esta película ya la ví y se llamaba “dejar al zorro a cargo de las gallinas”.
O lo que es lo mismo barrer la basura debajo del tapete transfiriendo al futuro – como siempre incierto y ambiguo-, para que el pueblo tenga en el momento los caramelitos de una futura participación.
En el ínterin continuamos asistiendo al reality show de la fiscalía vs. Impuestos internos y el desfile de nombres y empresas de personajes conocidos e inéditos involucrados que salen y salen como el molinillo de sal en el fondo del mar -como el cuento
infantil-,
Así es y será: la Sra. Bachelet ha ejercido su liderzgo (dixcit).
¿Yel pueblo?
¡ah el pueblo esta bien gracias¡
¿Se inaugurará un nuevo ciclo?, ¿Cuánto ha calado e impactado en todos los chilenos de a pie, el saber la verdad-verdad de cómo funciona el modelo neoliberal que nos rige? ¿Cómo se manifestará aquello en las próximas elecciones? ¿será mejor una abstención masiva de deslegitimación o una concurrencia masiva a votar nulo, que haga patente el impacto de desconfianza sobre el conjunto de la clase política?
Porque, no somos ilusos, sabemos que los problemas de Chile no se soluciona con medidas y leyes anticorrupción que sancionarán ellos mismos. De lo que se trata es de terminar con el modelo neoliberal en su conjunto, cuyo dominio ideológico, económico y político es la causa de la ambición por el fetiche dinero, por la destrucción de los parámetros morales, del individualismo, el extrañamiento de los individuos respecto a si mismo, lo que arroja como resultado fatal una sociedad formada por átomos individuales en lucha absolutamente no solidaria que por tanto no construye y planifica el futuro de bienestar y progreso para todos.
La recuperación de nuestras riquezas, re-nacionalización del Cobre, del Litio, del mar, de los bosques nativos, de un Estado legítimo de una Constitución generada democráticamente, por el único constituyente legítimo el pueblo soberano.
Stgo. 01.05.15 P, Valenzuela.