A las puertas de un pronunciamiento de la Pitonisa que nos gobierna desde la Moneda, esperando recibir la noticia de que renunciará porque es el superior acto de nobleza y desprendimiento de alguien que sabe que ha fracasado en su quehacer y gestión, y que el oprobio que la mancilla es indeleble, hago disquisiciones al filo de la cordura o la ilegalidad.
No es mi intención plantear en términos simplones una dicotomía o encrucijada como único punto de vista, como única lectura de esta crisis. Sin embargo, me arriesgo a plantear ideas: Chile se encuentra subsumido en una crisis de tal envergadura, que si los sectores dominantes salen fortalecidos de esta orfandad de que adolecen en cuanto a legitimidad y representatividad, nos infligirán un golpe del cual será demasiado duro y difícil reponerse. Será demasiado tarde…
Por lo menos para mí generación derrotada caería el telón, para aquellos y aquellas entre los cuarenta y los cincuenta aproximadamente- aunque yo no participé en la lucha armada contra la dictadura- que sostuvimos la pugna por y del regreso a la democracia. Aunque el fallecido Galeano nos recuerda que la utopía nos sirve para caminar, para levantarnos una vez que hayamos caído, y retomar la marcha hacia el horizonte. Por tanto, no debo flaquear antes de tiempo; al menos, no debería…
Así, se esfumaría la idea de observar y vivir la implementación de cambios que den al traste con el modelo neoliberal, que es la herencia de la tiranía pinochetista-guzmaniana, introyectada en la conciencia de los opresores y de los oprimidos como un perfecto mecanismo de relojería.
Como un predicador demente, que no se arroga la verdad absoluta, al que nadie escucha porque todo el mundo está medio ensordecido por la vocinglería estéril que satura y enloquece, medio embrutecido por las jornadas laborales de servidumbre y esclavitud en los peores casos, medio alienado por la demencial miríada de sobreexcitación de la postmodernidad, en medio del pandemónium en que se ha convertido la ciudad moderna versión chilena 2015…
En y desde su corazón lleno de llagas de pobreza y miseria, y desde su panza y entrañas, por donde transitan sus aguas servidas, de excremento y orines y toda clase de detritus- como en el “Informe Sobre Ciegos”- fiel correlato de la bazofia y escoria externas, que manan a raudales y que se desbordan por doquier, sobre todo cuando la naturaleza vuelve por sus fueros: ¡Me atrevo a llamar a una revolución, una revolución de las conciencias, los espíritus, las voluntades, los cuerpos, a ser irreductibles como los guerrilleros de antaño!.
Y parto por emplazar a la presidenta, de tal manera ineluctable que es imposible hacerse la sorda:¡Hago un llamamiento directo y expreso a la Señora Bachelet, en cuanto a que debe renunciar por cuanto el régimen y el sistema han entrado en un colapso político- ideológico, ético y moral, que hace insostenible la permanencia de su gobierno!.
Si ella conserva un vago recuerdo de su padre, que fue asesinado por quienes conspiraron contra la democracia, y dieron origen al feroz y sangriento neoliberalismo en Chile, y si algo subsiste del presunto compromiso político que ella tuvo alguna vez, ha de tomar la decisión que es mejor, para imaginar la construcción de una nueva coyuntura histórica, donde inicie la lucha del pueblo por recuperar su soberanía; partiendo por la convocatoria a una asamblea a constituyente.
Empero, a esta altura ya hay pie para poner en duda todo y a todos los que parasitan del sistema y sus bondades. De suerte que la sintomatología que son los casos-escándalos Penta, Soquimich y Caval, sólo ha permitido dimensionar la red de corrupción sobre la base de la cual se ha hecho política durante los “últimos seis años”, el período que legalmente se puede investigar… ¿Esperar algo de la presidenta, la misma que ofició y oficia de missi dominici del Imperio?…De suyo, es algo ingenuo.
¡Por favor! Está bien que aceptemos la cruda realidad que es este país, sólo el 25% lea por gusto y en forma habitual, pero basta un mínimo de perspicacia para intuir que esta banda de rufianes ha hecho lo mismo durante los años de la cacareada transición, con los padrinos que empalidecen a Don Corleone, que a pesar de ser un asesino cruel sí tenía ética, a diferencia de estos otros sátrapas.
Cabe desmenuzar la sarta de criminales, porque ora traicionaron su propia conciencia, ora vendieron al país y se enriquecieron en siniestras circunstancias, ora permitieron que conglomerados económicos advenedizos se asentaran en él, y se enseñorearan de todas nuestras riquezas; entre ellos Ricardo Lagos, Eduardo Frei, el golpista Aylwin; los lobistas Correa, Tironi; mención aparte merecen los zares Luksic, Matte, Cuneo, Falabella, Saieh, Angelini, Paulman, Piñera, esos que igualmente se pudrirán cuando mueran, aunque se les entierre en ataúdes de oro; y de la ominosa y aviesa presencia de las transnacionales, que se han apoderado de todo. El resultado de todo ello, es palmario y elocuente: una amalgama de feudo, holding, emporio, supermercado, mall, bolsa de comercio, mercado negro, en que los caciques, capos, señores feudales, capitanes de la industria, señores de horca y cuchillo y sus innumerables familiares han pulverizado la meritocracia, si alguna vez cosa semejante existió, uno de los mitos de nuestra “ historia republicana”.
Al mismo tiempo, los diputados y senadores, que preserven igualmente una pizca de decencia y de sentido común, deben hacer exactamente lo mismo, para dar paso al advenimiento de un proceso de gestación de una nueva constitución, y ulteriores etapas que permitirán acabar con la oligarquía y la plutocracia que estrangulan al país “desde el regreso a la democracia”; restituyendo el poder efectivo al pueblo, el cual fue expoliado a través del espejismo aséptico del ejercicio acrítico, maquinal, robótico del sufragio universal.
No tengo la clarividencia como Tiresias, ni soy un profeta para anticiparme al porvenir; tampoco, quisiera una guerra civil como única forma de asaltar las fortalezas inexpugnables hasta ahora, desde donde controlan todo el flujo y la circulación del poder, y acabar con los que explotan a sus prójimos como si fueran bestias, aunque ahora bajo la lógica de la tecnología y sus gadgets, el hiperconsumismo, el nihilismo que corroe todo, la globalización que avanza sobre el mundo devorando cualquier bastión de resistencia.
Y, si bien no podemos copiar ni recrear siquiera otras revoluciones que, mal que mal resisten y progresan en América del Sur, con sus pro y contra, con defectos e imperfecciones pero también virtudes y valores como la bolivariana, acosada por el imperialismo yanqui y sus agentes, testaferros, mass media; o la revolución ciudadana de Ecuador; o la revolución indígena de Bolivia-¡A nadie le llama la atención que jamás hayamos escuchado ninguna noticia positiva o sobre logros y conquistas de estas revoluciones!: albergo la certeza de que la bifurcación radical y diametralmente opuesta se mantiene en pie: Bachelet, y toda la cáfila tenebrosa que la acompañan, deben renunciar, para que el pueblo pueda recobrar su libertad, independencia, autonomía, dignidad, soberanía.