Diciembre 26, 2024

Cumbre de las Américas, una parada más de un largo camino para la normalización de relaciones Cuba-EEUU. 

Una cita “histórica” con final abierto: la cumbre de Panamá será recordada como el escenario en que los presidentes de Estados Unidos y Cuba volvieron a dialogar, pero será sólo una parada más de un largo camino.

 

 

    “Estamos dispuestos a debatir de todo, pero tenemos que ser pacientes, muy pacientes”, explicó el presidente de Cuba, Raúl Castro, durante su encuentro con su homólogo estadounidense en Ciudad de Panamá.

 

    También Barack Obama reconoció que ambas partes estarán a menudo “en desacuerdo”, aunque espera que lo hagan “con respeto”.

 

    La normalización total de las relaciones entre Washington y La Habana será un “proceso largo, difícil y complejo”, auguró por su parte el ministro de Exteriores cubano, Bruno Rodríguez, cuando compareció ante la prensa para hablar del histórico diálogo entre Obama y Castro.

 

    Pese al deshielo, entre ambos países quedan en efecto “profundas diferencias” pendientes que no serán fáciles de solucionar. Ni siquiera la prevista reapertura de embajadas tiene fecha aún. El canciller cubano tampoco pudo confirmar siquiera cuándo se realizará la cuarta ronda de las negociaciones abiertas en enero.

 

    Estados Unidos no ha anunciado aún la salida de Cuba de su lista de países patrocinadores del terrorismo, recordó también Rodríguez, en el que es visto actualmente como uno de los principales obstáculos para el avance del deshielo diplomático.

 

    En Panamá se especulaba con que Washington anunciase incluso durante los días de la cumbre la medida para retirar a La Habana de la “lista negra” en la que está desde 1982, en este momento sólo al lado de Irán, Sudán y Siria. La Casa Blanca señaló que el proceso de evaluación está cerrado, pero que la decisión no está tomada.

 

    Obama lo atribuyó por ahora a un asunto temporal. “He estado de viaje y quiero asegurarme de que tendré una oportunidad de leerlo (la evaluación)”, explicó.

 

    Rodríguez, por otro lado, también pidió que se solucionen los problemas que tiene su Sección de Intereses en Washington para operar sus cuentas bancarias, debido a los efectos del embargo. La oficina está destinada a convertirse en la próxima embajada de Cuba.

 

    Incluso para elogiar las medidas aprobadas por Obama para flexibilizar el embargo, Rodríguez fue crítico: “Cuba aprecia los pasos muy limitados que ha dado el gobierno de Estados Unidos”, dijo.

    Pero también Washington ha subrayado en varias ocasiones desde que empezaron las negociaciones diplomáticas que seguirá apoyando a la disidencia cubana. “Nuestros gobiernos seguirán teniendo diferencias”, constató Obama en Panamá.

 

    Antes de su saludo con Castro en la cumbre, el presidente estadounidense recibió incluso a dos disidentes cubanos, junto a otros 13 activistas civiles del continente. Los opositores anticastristas habían participado antes en un foro de la sociedad civil paralelo a la cumbre, en el que hubo varios incidentes entre simpatizantes del castrismo y los disidentes.

 

    “Nadie pensaba que décadas de desconfianza y sospechas iban a desaparecer de un día a otro”, vaticinó ya antes de la cumbre el presidente del “think tank” de Washington Diálogo Interamericano, Michael Shifter, en declaraciones a DPA.

 

    Pero también la normalización total de las relaciones con Cuba en la propia región será una tarea difícil. La isla se niega hasta ahora a regresar a la Organización de Estados Americanos (OEA) pese a que el órgano levantó hace seis años la sanción a Cuba impuesta en 1962.

 

    El gobierno de Raúl Castro rechaza al organismo patrocinador de la Cumbre de las Américas tradicionalmente como un “instrumento de dominación” de Washington en la región.

 

    “Su aproximación, de producirse, se producirá en los próximos años, a través de otros organismos del sistema”, vaticinó el secretario general saliente del organismo, José Miguel Insulza, en una conversación con DPA en Panamá.

 

    El nuevo secretario, Luis Almagro, señaló por su parte que espera en su mandato conseguir el regreso de Cuba.

 

 

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