Alguna vez el fanático e insufrible general yanqui George Patton dijo: “en asuntos de política la traición es cuestión de tiempo”. Esa advertencia se ha cumplido en Chile. La Nueva Mayoría lo ha demostrado (¡y se dicen ‘socialistas’!)
Nuestros actuales políticos, miembros de las dos cofradías hermanas –Alianza y Nueva Mayoría-, han sido corrompidos por el gran capital, y desde hace algún tiempo son su propiedad privada, en cuerpo y alma. Negarlo es tan inútil como intentar tapar el sol con un dedo, o vaciar el lago Llanquihue usando una cuchara para té.
El engaño y traición a su propia gente ha sido quizás el peor de los pecados cometidos por parlamentarios autocalificados de ‘socialistas’, vale decir, autoproclamados ‘representantes y defensores del pueblo, de los de a pie, de los explotados’, ya que juraron legislar para el país y para consolidar una justicia sin remilgos. Sin embargo, a poco andar, se soltaron sus trenzas y comenzaron a coquetear con los causantes de todos los males experimentados por la sufriente clase popular que no es propietaria de medios de producción.
¿Cómo puede alguien ‘legislar’ respecto de tributos, impuestos, royalties, sindicalización y respeto al cliente si, de motu proprio y por conveniencia económica, se arrodilla ante quien debe ser el “legislado” solicitándole dinero (mucho dinero) para solventar una campaña que le permita ser (re) electo.
Los casos PENTA, SQM y otros han permitido descorrer el velo que cubría a nuestros “Dorian Grey” de la política, mostrando sus llagas y certificando que la corrupción en las tiendas partidistas con representación parlamentaria es transversal, pues atraviesa –de punta a punta- el escenario donde se percuden los muchachines del duopolio. Sin pelos en la lengua, podemos decir que muchos de los actuales parlamentarios chilenos se distinguen por abrazar una corrupción al galope junto a un robo en descampado, y lo hacen con un cinismo que aterra, ya que se han entregado cuales cipayos al capital de las grandes empresas, esposándose a los intereses de estas, en detrimento de los intereses reales del país y de la sociedad en su conjunto, amén de traicionar –sin siquiera ruborizarse- sus propios valores (los de ayer, claro está, pues los de ahora son muy distintos).
Vea usted lo siguiente, y saque conclusiones.
La actual presidenta del Senado, la socialista (¿?) Isabel Allende Bussi, se ha convertido en una ardiente defensora del golpismo derechista venezolano, con lo cual autoriza (moral y políticamente) que los sediciosos caraqueños asesinen al actual mandatario llanero, tal como Pinochet y su pandilla hizo con su padre, Salvador Allende. Y si ello simulara ser insuficiente argumento para calificarla de traidora, recuérdese entonces que doña Isabel es, desde hace ya algún tiempo, una especie de títere, yanacona o simple empleada de la mega empresa Angloamerican, la cual le ha financiado gran parte de las campañas que la llevaron a ocupar cargos en el Congreso.
Algo similar sucede con otro parlamentario que aprovechó el apellido (ergo, el cruel asesinato de su padre) para abandonar su hogar en Estados Unidos (donde se educó y se formó profesional y políticamente) allegándose a la patria de su progenitor a objeto de ganar dinero fácilmente sacándole brillo a la historia de su familia, vistiéndose con un ropaje izquierdista que le queda pésimo, asunto que ha quedado demostrado con sus últimas actuaciones en beneficio de la gran empresa.
Lo anterior es comprensible, toda vez que al senador Juan Pablo Letelier Morel (de él estoy hablando), socialista de postal, la empresa Agrosuper le ‘afirma’ con financiamiento de las campañas… y como colofón de lo dicho, resulta necesario preguntar si don Juan Pablo fue o no fue uno de los senadores que legisló favorablemente sobre el ingreso a Chile – sin prohibiciones ni investigaciones- de capitales provenientes del exterior (bien o mal habidos), con el argumento de coadyuvar con dineros ‘frescos’ al proyecto de reforma a la legislación tributaria. Si ello es verdad (espero y deseo que no lo sea), estaríamos frente a un hecho extremadamente grave, ya que lo anterior “lavaría’ incluso dinero del narco tráfico.
Ah, y para que no se quede en el tintero debo recordar que el niño Dávalos Bachelet (el ‘usefol idiot’ de Luksic, como fue bautizado en un artículo anterior) siempre ha sido cercano a ciertas grupos económicos, de aquellos principales. Lo de PENTA es solo un eslabón de la cadena que lo ata al amo mega empresarial. Para celebrar su matrimonio con la señora Compagnon, Dávalos contó con un local espléndido, de alcurnia. Gonzalo Vial (¿padre o hijo?, es mi duda) le facilitó su mansión campestre (¿sería aquella que está ubicada en Lo Miranda -Ruta H-30- frente a las principales instalaciones de la empresa avícola?) a objeto que allí realizara cóctel, cena y baile de la pertinente fiesta. Y de Vial a Luksic –es decir, de servir a un ‘grande’ a servir a un ‘muy grande’- hay un breve paso.
Por otra parte, Carolina Tohá, alcaldesa dizque socialista de Santiago, sufrió recientemente un “revolcón” de aquellos, propinado por cientos de personas a través de las redes sociales. Doña Carolina, al igual que doña Isabel, decidió sentarse en la memoria de su padre (también asesinado por golpistas) al apoyar la sedición que administran Washington y la ultra derecha venezolana contra el gobierno democrático y constitucional del país llanero. Por cierto, la señora Tohá tiene el sagrado derecho a opinar de tal o cual manera y de estar a favor de un golpe de estado dirigido por elementos fascistas… pero lo que no puede ni debe hacer (he ahí exactamente lo que se le critica) es exprimir la historia de su padre, la entrega de José Tohá, ex ministro del gobierno de la Unidad Popular, para ningunearla y emporcarla con un apoyo abierto a quienes –en otro país- están dispuestos a realizar las mismas aberraciones que sufrieron millones de chilenos, entre ellos su propio progenitor.
¿Y el diputado –también socialista- Fulvio Rossi, qué? Bueno, él no tiene un padre de tanta alcurnia política como los anteriores, pero en cuanto a su actual situación de dependencia del gran capital no es necesario ahondar en detalles. Estamos bien enterados de cuáles son las empresas que lo vienen ‘afirmando’ económicamente desde siempre: PENTA y SQM. A ellas les debe… y a ellas se debe (más que al pueblo que dice representar).
Dejo para el final lo ocurrido en el ámbito de Educación, el que ha sido invadido por piratas, corsarios, bucaneros, cernícalos, hienas y buitres, todos provenientes de los bloques que componen el nefasto duopolio, quienes con la engañifa de “legislar para la gente” han prostituido esa área convirtiéndola en un nicho de negocios de alta rentabilidad, comparable solo con las AFP’s e ISAPRES.
El año 2014 CIPER Chile informó que cerca de $650 millones de pesos gastó la Contraloría para fiscalizar el uso de la subvención escolar SEP (Subvención Escolar Preferencial), destinada a los niños más pobres. La inspección detectó más de $25 mil millones de pesos que se perdieron en el infinito municipal. El hallazgo originó 32 juicios, pero casi todos fueron paralizados. La razón: una modificación a la Ley SEP aprobada por el Congreso benefició con un “perdonazo” a los alcaldes infractores. El Contralor General de la República y el presidente del CDE (Consejo de Defensa del Estado) acusaron que esa reforma había impedido perseguir a los responsables. La Contraloría descubrió después otros $10 mil millones de pesos perdidos en subvenciones para niños con problemas de aprendizaje.
Fue precisamente Camilo Escalona (conocido PS ‘renovado y reconvertido a la fe neoliberal’), cuando aún era senador, quien introdujo en el debate legislativo la indicación que en octubre de 2011 terminó concediendo el “perdonazo” a los alcaldes que malgastaron los recursos SEP. Para cerrar con éxito esa iniciativa, que resultó crucial para las aspiraciones de los alcaldes que deseaban presentarse a la reelección en 2012, Escalona contó con el apoyo del entonces senador Eduardo Frei (DC)… otro que bien baila al ritmo del tambor megaempresarial.
Re chanfle…. ¡¡traidores y corruptos sin careta y a toda orquesta!! ¿Qué tal? Me gustaría saber cuáles alcaldes (y DAEM y SECPLAC) de esas 105 municipalidades pueden asegurar que están limpios como pañales recién envasados. Este tema –el de los ediles (especialmente si pertenecen a comunas pequeñas y/o rurales), exige un artículo extenso.
Pero ello será para una próxima oportunidad, pues por el momento he comenzado a interesarme en una pregunta que me llegó vía tuiter: “¿Qué se sabe usted de la investigación acerca de los que tienen millones de dólares en el HSBC de Suiza, como Luksic, Sahie, Abumohor y los Kreutzberger?”