Noviembre 24, 2024

Encuentro en Bruselas, ¿bancarrota o solución a la crisis de Atenas?

¿Bancarrota o acuerdo en el último minuto? Desde el viernes, los expertos enviados por el jefe de gobierno griego, Alexis Tsipras, sondean con los acreedores de la Unión Europa, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) una solución para evitar la suspensión de pagos de Atenas.

 

 

    Este lunes, los ministros de Finanzas del euro han vuelto a reunirse en Bruselas. A continuación, algunas claves de las negociaciones.

 

   ¿CUÁL ES LA SITUACIÓN DE PARTIDA? 

 

   Tsipras y su ministro de Finanzas, Gianis Varoufakis, se mantuvieron firmes en su objetivo de reducir la deuda griega. Abogan por no prolongar el programa de rescate euro que vence a finales de febrero y por acabar con parte del “dictado de austeridad” impuesto a Grecia a cambio de ese rescate.

    Al final, se trata de que la coalición de gobierno en Atenas pueda financiar sus promesas electorales. Y la verdadera cuestión es cómo gestionará Tsipras su política económica. El resto de los 18 países del euro no quieren romper con Atenas y prefieren una prolongación del programa, en el marco de más ayudas y reformas, entre otras cosas, para ganar tiempo.

 

    ¿CUÁL ES EL PROBLEMA MÁS GRAVE DE GRECIA? 

   Al país se le acaba el dinero y los impuestos se recaudan con más lentitud que hasta ahora. Pero sobre todo, muchos griegos están retirando dinero de sus cuentas, entre 200 y 300 millones de euros diarios según círculos bancarios griegos. Y la retirada de decenas de miles de millones acrecienta la presión sobre los bancos.

 

    ¿NO PUEDE INTERVENIR EL BANCO CENTRAL EUROPEO? 

    El BCE ha dejado de aceptar bonos de deuda griega como garantía.

    Los bancos se han visto obligados a recurrir a créditos de urgencia del banco central griego, pero se trata sólo de una solución provisional. Una autorización del BCE requeriría, sin embargo, que estuviera garantizada la solvencia del país. Como en el caso de Chipre, el BCE podría dar un ultimátum, un plazo máximo para llegar a un acuerdo antes de poner fin a las ayudas.

 

    ¿CUáLES SON LOS PELIGROS DE QUE NO SE ALCANCE UNA SOLUCIÓN? 

   Si el programa de ayuda del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) -el organismo anterior al MEDE- termina sin acuerdo a finales de mes, a los griegos les faltarán de repente unos 8.000 millones de euros. A ello se suma que también podrían dejar de pagarse ayudas que contribuyen a la estabilización de los bancos.

    Y cuanto más tarde en alcanzarse una solución, mayor es la inseguridad, y a su vez, mayor la retirada de dinero de los bancos griegos y la huida de capital. El país no sólo se vería privado de las ayudas de los acreedores estatales, sino también de los mercados, en los que desde mucho tiempo Grecia no puede obtener financiación en grandes cantidades.

 

    ¿SE DIRIGE ENTONCES GRECIA HACIA UNA SALIDA DEL EURO? 

    Para evitar el colapso del sistema bancario conjunto, al gobierno de Atenas quizá sólo le quedaría la opción del “Grexit”, un término acuñado a partir del nombre del país y la palabra “exit” (salida en inglés) para referirse a un abandono de la unión monetaria. La propia Grecia tendría que declarar la salida, porque los tratados de la UE no contemplan una expulsión. Los bancos volverían a recibir dinero y también el Estado podría imprimirlo, pero frente al euro la moneda griega perdería valor.

 

    ¿SE SOLUCIONARÍA ASÍ EL PROBLEMA DE LA DEUDA? 

    No. La situación incluso se agudizaría porque la deuda en euros sería aún mayor. El gobierno intentaría en negociaciones reducir esa carga, prolongarla en el tiempo o incluso declarar la insolvencia unilateralmente. Pero como en torno al 80 por ciento de la deuda griega está en manos de acreedores públicos, los países del euro tendrían que recortar miles de millones de sus presupuestos.

 

    ¿QUÉ PARECE LO MÁS PROBABLE? 

    Aunque la eurozona está mejor preparada, al contrario que en 2010, cuando hubo que aprobar el primer rescate, los socios del euro no quieren llegar al extremo. La canciller alemana,Angela Merkel, manifestó su disposición a llegar a un acuerdo. Los controladores del FMI, el BCE y la UE ya no se denominan “troika”, sino “instituciones”. Y condiciones incumplidas pueden convertirse en nuevos “acuerdos”. Sin embargo, esos acuerdos tendrían que ser aprobados en los parlamentos de los países acreedores, entre ellos Alemania.

 

 

 

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