La firma Standard and Poor’s (S&P) degradó ayer la calificación crediticia de Grecia, con el argumento de que el nuevo gobierno de izquierda podría enfrentar próximamente una escasez de dinero en efectivo para pagar sus deudas.
Pese a que el recientemente electo gobierno griego ha estado en el poder por menos de dos semanas, creemos que sus limitadas reservas de efectivo y sus sugerencias de condonación de deuda restringen su flexibilidad para negociar, afirmó S&P en un comunicado.
La rebaja refleja nuestra opinión de que las restricciones de liquidez que pesan sobre los bancos de Grecia y su economía han reducido el plazo durante el cual el nuevo gobierno puede llegar a un acuerdo sobre un programa de financiamiento con sus acredores oficiales, agregó.
El anuncio de S&P se sumó a las presiones que han ejercido voceros del eurogrupo –formado por los ministros de Finanzas de la Unión Europea– y el gobierno de Alemania para que la administración encabezada por Alexis Tsipras, de la Coalición de Izquierda Radical (Syriza, por sus siglas en griego), cumplan con un plan económico recesivo.
Sin embargo, el Ministerio de Finanzas afirmó que en su primera reunión con los ministros del área de la zona euro rechazará todo acuerdo que pretenda mantener la política de austeridad económica para 11 millones de griegos, así como los términos de financiamiento pactados hace dos años por la administración conservadora de Antonis Samaras.