Los partidos de derecha conformarán un nuevo referente para enfrentar las próximas elecciones, y después volver al gobierno; lo que permite conjeturar que, más que pensar en “el bien de Chile”, como suelen proclamar con su tono pomposo, vociferando su lugar común, intentan superar su marasmo y diseñar una estrategia para visualizar la reconquista simbólica de La Moneda; porque el poder crudo, ya lo tienen…No ellos, sino los dueños del dinero; entre los cuales- se me olvidaba- si hay algunos insignes militantes, desde coroneles, presidentes de partidos, senadores, fundadores de universidades, etc.
Usan algunos argumentos manidos y trillados, como que se han implementado reformas que son malas para el país, con lo cual tratan de emborrachar la perdiz, cosa no muy difícil siendo esta población proclive al consumo desmesurado de alcohol, según un reciente estudio publicado al respecto; han recurrido al tribunal constitucional; pero no se han preocupado de expurgar la corrupción que les afecta, que demuestra que los políticos son paniaguados, cafiches y palos blancos de los grandes conglomerados económicos.
Una y otra vez observamos, con perplejidad, la reiteración majadera sobre diversos detalles y pormenores sobre el caso “Penta”: el eterno desfile de personalidades de primer nivel, personajes a fuer de mandos medios y personajillos que declaran en tribunales, todos los cuales se hacen representar por abogados- que no creo cobren una minucia-; y la gente, medianamente consciente e informada, sabe, sin embargo, que no es más que un circo mediático, que no conducirá a ningún efecto legal concreto y específico; por ejemplo: un senador destituido y en la cárcel, simplemente, es pábulo para que los mass media, instalados dentro del statu quo y que gozan de supuesta credibilidad, se den un festín con este caso de corrupción, que no es inusual ni atípico para distraer y desinformar. Pues bien, el tratamiento que se da a esta noticia es equivalente a, por ejemplo, un mundial de fútbol, que hay que cubrir hasta la saciedad, hasta el paroxismo, incluso en los pormenores son fútiles, aunque nada nuevo vaya a suceder como que Chile se titule campeón; todo esto, para enajenar y embrutecer.
La lógica, parece indicar que la derecha, con pocas excepciones, – y lo planteo así porque no tengo la certeza, sino más bien la duda- no es democrática; que, por el contrario, es el maridaje de la política y la economía, que tiene su origen perverso en las privatizaciones forzadas por la dictadura pinochetista. Y si no fuese por una casualidad, es válido imaginar: que hubieran seguido adelante con su ethos de confundir lo privado con lo público, en cuanto a que tienen presuntos derechos o fueros especiales a perpetuarse en su prebendas de senadores y diputados, posiciones desde las cuales retribuyen los favores de financiamiento, para robustecer y enriquecer a los distintos grupos que los apoyaron, un perfecto círculo vicioso, ya que reproduce el orden establecido.
Ahora bien, como contrapunto: ¿qué sucedería, si con extrema prolijidad y acuciosidad, investigarán a la actual Nueva Mayoría?. Es probable que encontrarámos muchas sorpresas fétidas; o ¿acaso se ha olvidado el prontuario de la extinta concertación?. Pero su sucesora, con un nombre de fantasía, toma palco en esta coyuntura, para observar como el lodo y el excremento saltan por doquier y salpican a cuanto empingorotado político o sofisticado tecnócrata, son puestos en el escrutinio público.
Pero este otro bando- de banda de bandidos- se glorifica hasta el orgasmo: orondos, sostienen que la labor que llevan realizada a cabo es prodigiosa, en cuanto a la promoción y aprobación de parte de las “reformas” articuladas en la agenda de la señora Bachelet.
A despecho de su triunfalismo filisteo, se puede argumentar que, verbigracia, no fueron capaces de legislar un matrimonio igualitario, sino que crearon una figura que no reconoce la humanidad de la diferencia sexual, a carta cabal; de esa forma, conformaron a los homófobos empedernidos que existen dentro de su coalición, que tienen que usar el ropaje del progresismo que no les va.
En otro punto, una ministra tuvo que renunciar por abrir demasiado la boca acerca del aborto, lo cual demuestra el conservadurismo tenebroso de la oligarquía, de la iglesia católica y cristiana en general, y el doble estándar abominable de la casta política. Cabe hacer hincapié en que: reconociendo que puede haber un margen de duda y controversia sobre el inicio de la vida, es un mentís a su hipocresía y cinismo el hecho de que se realicen abortos clandestinos en clínicas pitucas como ella lo señaló.
Por otra parte, a medio morir saltando, porque sus propios asociados tienen intereses creados, o en su defecto sus familias, ora en colegios subvencionados, ora en universidades, tal como si fueran una mafia, con sus códigos, su siniestra cosa nostra, sacaron adelante y aprobaron una reforma educacional que es una mezcla de engendro e híbrido, y que no acaba de raíz con el imperio del mercado. El neoliberalismo está tan dentro del ADN del sistema, que pretender acabar con su prepotencia, es negar su esencia; o, dicho en buen romance, “cagar donde comen”. Por tanto, huelga decir que, por un mínimo sentido de higiene, no lo harán…Al fin y al cabo, no tienen mucho de que preocuparse, ya que, por demás, lograron domesticar a los jóvenes rebeldes que se incorporaron al congreso; o ¿siempre estuvieron programados para movilizar, y después desmovilizar a las masas?… ¿Qué ocurrió con la “bancada estudiantil”, que antes de incorporarse desafi ante al establishment, prometía cambiar el mundo?. Parece que lo único que cambió fue su acomodo, y su nivel de ingresos.
Es cierto que han tenido que aliarse con descolgados y descolgadas de Renovación Nacional- en apariencia-, que se declaran liberales; pero sobre los cuales recae la sospecha de qué pedirán más adelante, o si alguna vez los veremos integrados en alguna lista de la N.M; con algunos independientes, que se auto proclaman regionalistas, que son un fenómeno sui géneris, mas que también necesitarán o demandarán, en algún momento, el quid pro quo de los antiguos romanos; en simple, la devuelta de mano; por cuanto no imagino que hayan entregado su voto por moco de pavo; y del partido comunista criollo, que como siempre ha sido su historial: una vez que se han instalado en el orden establecido optan por la vía institucional, como si la historia no les ofreciera ejemplos suficientes y palmarios de que- parafraseando a Gabriel Salazar- cada intento de reforma, desde dentro del sistema, ha sido derrotada militarmente; y que su propios anales, reflejan la masacre, el holocausto de las bases, mientras las vacas sagradas se refugiaban en algún paraíso, ya desaparecido. ¿Será preciso recomendarles que lean de nuevo “El 18 del Brumario” de Carlos Marx, para que tomen conciencia de que- siguiendo e interpretando este hilo conductor-: primero es una tragedia, y después una farsa?
Y la cuestión que surge de inmediato es que las autoridades actuales, que manejan el gobierno a su amaño, en virtud de una mayoría circunstancial, que en todo caso no son capaces de llevar a sus últimas consecuencias, saben que no pueden prescindir de sus socios y cómplices en el Estado; a saber, la derecha; y que, en consecuencia, han de consumar cualquier prestidigitación, para restablecer la credibilidad de la clase política; su respeto y confianza, que hoy se encuentran en una cloaca.
Tal vez, tendrán un arranque de genialidad, como aquéllos a los que nos tiene acostumbrado, tal como volver a hacer el voto obligatorio, para darle visos de verosimilitud a “la fiesta de la democracia”. Hace poco, hemos leído que la ministra Ximena Rincón propone la factibilidad de revisar el actual estatus constitucional del voto, para imponer, otra vez, la obligación del sufragio, bajo el pretexto de que si el Estado proporciona bienes y servicios; y se le exigen derechos; también se ha de velar por el cumplimiento de obligaciones y responsabilidades de los ciudadanos y las ciudadanas, entre los cuales estaría la de sufragar. A mí me gustaría mejor que explicara por qué su hija, con 24 añitos, recién salida de la universidad, dirige una ONG.
¿Alguien puede ser tan idiota para creer que les interesa una participación concienciada y real, una votación lúcida en tanto informada; que la ciudadanía se haga dueña y señora del ejercicio efectivo de su soberanía?. O en palabras de Saramago “La democracia puede ser sólo una fachada detrás de la cual no haya nada.”.