Diciembre 26, 2024

De la dictadura al Caso Penta: No hemos avanzado nada

Me fui de Chile hace 9 años para vivir en Madrid y no he vuelto más que una vez. Sólo para ver a mi vieja. Pero cada día me da más pereza volver. Es un país que siempre se castiga con los mismos temas, se mira al ombligo, que siempre está pendiente del qué dirá el vecino y lo peor de todo es que es un país que no se dice las cosas a la cara.

 

 

 

A ello hay que sumar que los temas que tienen una solución o arreglo desde hace varios lustros en el mundo como el aborto, la desigualdad, el clasismo, la educación, los derechos humanos, resumiendo los grandes temas de una sociedad avanzada o en proceso como la salud, transporte, previsión, en Chile se hablan, se hablan y hablan sin llegar a un acuerdo consensuado.

 

Paralelamente, se dejan en manos de legisladores que no respetan la opinión del que piensa distinto sino que estos miran en su beneficio de su ideología o el de su empresa. Finalmente todo es paternalismo o maternalismo.

 

Vaya paradoja que el país que se siente más avanzado de Sudamérica siga teniendo estos problemas pese a la bonanza económica que se vive hoy día en sus entrañas. Pero de bonanza intelectual muy poca…

 

Sin embargo, lo que más vergüenza da a la distancia es ver pedir perdón al diputado y Presidente la UDI Ernesto Silva por el financiamiento ilícito de sus compañeros. OJO, nadie se ha dado cuenta que EN CHILE SE PIDE PERDON antes por ROBAR que por MATAR.

 

¿Qué pasa en Chile, estamos en la edad de piedra mental o no tenemos sentimientos ni remordimientos?

 

No, lo que pasa es que en Chile NADA HA CAMBIADO . Vamos a ver: hay que tener en claro que tener computadores Mac con internet en casa, ver porno con minas en pelotas en la tv o en la webs, comer en un sushi en la esquina de la casa, o tener la posibilidad de vestir en Zara, NO significa evolución. Eso hay que tenerlo claro. ¿Me siguen?

 

Ni los alemanes con la 2da guerra mundial sobre sus hombros han sido tan tontos o cabezas duras para no reconocer el genocidio antes de pedir disculpas por el expolio que fueron sometidos los judíos. Sin embargo, la mayoría de los dirigentes chilenos de la derecha, o militares, o chilenos que apoyaron el golpe militar de Pinochet, aún no han pedido perdón por la matanza que se generó a partir del 73 tras el derrocamiento del Presidente Salvador Allende.

 

La verdad es que duele mucho ver a los chilenos recriminar a Pinochet el haber escondido más de 10 millones de dólares en un banco de EE.UU antes de criticarlo por haber matado a más de 3 mil chilenos con sus servicios de inteligencia.

 

Aunque hay una razón, en mi opinión, el país vive desde hace tiempo una invasión de humanoides monetarios, donde la competencia, el dinero y el materialismo, rasgos de estos invasores, se ha apoderado del cerebro chileno. Preferimos tener a nuestros compatriotas en la pobreza total, con educación de mierda, o con trabajos mal pagados y temporales, sin esperanzas, o endeudamos y así mismo, queremos que todos sean pulcros y limpios en moral y actitud, como los protestantes o cristianos más inquisidores.

 

Hay algo más, y, que matar o la violencia en Chile no está penada en el aspecto ético, sino se justifica en muchos casos,. Y me doy cuenta viviendo en España país que vive una crisis feroz pero pese a ello la violencia como solución de problemas es vista como una acción de humanoides.

 

Por ejemplo, la violencia es una vía chilena para solucionar problemas y es parte de su ADN y no hablo de la violencia física sino de la violencia social, la violencia económica, de la violencia de la ley en tribunales, la violencia de las multas por no pagar los créditos, la violencia de la imagen, la violencia del mall, etc.

 

Debemos ser serios, la mayoría del mundo latino e incluso en el anglosajón, intenta engañar para ganar dinero, en el supermercado, en la tienda, al fisco, en el banco, en los préstamos, en el congreso, etc. Ese ADN viene desde el momento que nos hicieron creer en el sistema del ‘fin justifica los medios’.

 

En la política, el caso Penta no era una rareza. Se hablaba de este grupúscolo y su influencia desde principios de la democracia. Se sabía de antemano que el poderoso holding (acusado ahora de financiamiento irregular de campañas políticas y delitos tributarios), en manos de Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín, y que había nacido bajo la privatización de las empresas estatales que regaló Pinochet y sus Chicago Boys, entregaba dineros a campañas políticas e intentaba arreglar su influencia para su beneficio propio .

 

Sólo que ahora para vender periódicos y para que los medios generen visitas en sus web está de moda denunciar a los políticos : es una necesidad que la sociedad pide tras la caída en picada en la credibilidad del sistema democrático y capitalista.

 

Aunque no es el único que debe ventilar sus finanzas, el partido comunistas también tiene sus heridas en la Universidad Arcis. Pese a que no lo quiera reconocer. Dejar a una institución educacional en la bancarrota tiene más que una explicación de mala gestión, pero eso es otra historia.

 

El problema finalmente es que los chilenos no superamos el problema de la violencia, y en el momento que el matar sea más importante que el robar una “gallina” (pero no por eso robar está bien), podremos mirarnos a la cara y hablar sin resentimientos.

 

 

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