La exposición “Oswaldo Vigas. Antología 1943- 2013” se inaugurará este jueves 15 de enero en el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) de Santiago. Oswaldo Vigas, pintor y muralista venezolano, nació en Valencia, Carabobo, el 4 de agosto de 1926.
Su obra fue realizada entre Francia y Venezuela, convirtiéndose en una síntesis original entre las raíces culturales del continente latinoamericano y las corrientes plásticas más actuales de la modernidad. Estudió Medicina en la Universidad de Mérida y culminó su carrera en la Universidad Central de Venezuela en Caracas, si bien nunca llegó a ejercer como médico.
Frecuenta el Taller Libre de Arte y participa activamente en el movimiento artístico de la época, y visita periódicamente la Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas donde se relaciona con Manuel Cabré, Martín Durban, Pedro Ángel González, Rafael Ramón González y Rafael Monasterios entre otros.
El año 1949 obtiene el Primer Premio del Primer Salón de Pintura en el ateneo de la ciudad de Mérida.
Es en este período cuando la figura humana sigue siendo el tema central de su pintura, alejándose cada vez más de la figura concreta volviéndose más abstracta. Al mismo tiempo, su trazo se torna más agresivo, comienza a utilizar colores planos, lacerándolos y descubre la cerámica precolombina. En su trabajo exploró la pintura, la escultura, el grabado, la cerámica y la tapicería y realizó más de cien exposiciones individuales y está representado en numerosas instituciones y colecciones públicas y privadas de todo el mundo.
En 1952 obtiene el Premio Arturo Michelena, en el Ateneo de Valencia y el Premio Nacional de Artes Plásticas, lo que le vale una bolsa de trabajo con la cual se instala en París. En la capital francesa, tomó curso de Historia del Arte en la Sorbona. En 1957 regresa a Venezuela para regresar a la capital gala dos años más tarde, esta vez como agregado cultural de la Embajada de Venezuela en Francia. En 1962 participa en la Bienal de Venecia representando a su país.
Durante ese período incursiona en el informalismo matérico y realiza una serie de aguafuertes con la técnica del agua de azúcar. En 1964 regresa a Venezuela y se edita una monografía sobre el artista escrita por el crítico noruego Karl K. Ringström.
Su experiencia informalista enriquece su reencuentro con la figuración y a mediados de los años sesenta retoma las formas esenciales de sus brujas en una serie de “personagrestes”, ejecutada con pinceladas violentas y carga matérica, interrumpida brevemente a finales de la década por un retorno a la abstracción.
En 1990 el MACCSI organizó una retrospectiva con más de 200 obras entre pinturas, esculturas, tapices, cerámicas, joyas y artesanía. En ocasión de esta muestra, la compañía Lagoven produce para su serie Cuadernos el cortometraje dedicado a la vida y obra del artista, “Oswaldo Vigas: renovación en el origen”. Este mismo año es invitado a Montreal (Canadá) y participa en la muestra “Latinartca 63: maestros del arte latinoamericano contemporáneo”.
En su última etapa sus pinturas tienden a la simplicidad, con algunos toques de color y grandes zonas de tela sin tocar.
En la actualidad, la Fundación que lleva su nombre sigue el trabajo emprendido por él antes de su muerte, una retrospectiva itinerante por Latinoamérica que se inicio en octubre del 2014, en el Museo de Arte Contemporáneo de Lima, Perú.
Roberto Farriol, director del Museo Nacional de Bellas Artes expresó que “Vigas pareciera no estar nunca satisfecho, transita desde lo constructivo al automatismo a través de la pintura en la búsqueda de otros horizontes, nuevas formas de materializar su universo personal y su sentir americanista. Probablemente este sentir sea una característica viva de su gesto como creador latinoamericano”.
Bélgica Rodríguez en su texto curatorial, expresa que “en la pintura de Vigas, de todos los tiempos, es notorio el cuidadoso procedimiento formal liderado por gruesos trazos en negro que bordean la figura reconstruida, o al mismo plano geométrico de líneas anchas que la delimitan y configuran en su abstracción. En la pintura de Vigas, figuración y abstracción, conviven en perfecta armonía. Se reconocen ambos planteamientos: la figuración en su esencia reconocible formalista en lo internacional, y la abstracción en aquellas ideas y conceptos referentes a cosmogonías de la cultura prehispánica de América Latina”.
Previo a la inauguración de este jueves en Santiago, se realizará un conversatorio en el que participarán la curadora Bélgica Rodríguez; de Marek Bartelik, presidente de la Asociación Internacional de Críticos de Arte; Lorenzo Vigas, presidente de la Fundación Oswaldo Vigas y el curador independiente Ernesto Muñoz.