El Parlamento israelí adoptó este lunes una ley para luchar contra la inmigración irregular, después de que la Corte Suprema anulara dos legislaciones precedentes más represivas.
La nueva ley estipula que cualquier persona que entra ilegalmente en Israel puede permanecer detenida hasta tres meses en el centro de Saharonim antes de ser trasladada al centro de Holot, donde puede permanecer hasta 20 meses. Los dos centros se encuentran en el desierto de Neguev, en el sur del país.
La Corte Suprema, la más alta instancia judicial israelí, anuló el 22 de septiembre una disposición de la ley, que permitía la encarcelación de un inmigrante irregular durante un año sin juicio, y dio un plazo de 90 días para presentar una nueva legislación.
Según las cifras oficiales, 48.000 africanos residen en el país, en su mayoría procedentes de Eritrea, cuyo gobierno recibe habitualmente acusaciones de violación de los derechos humanos, y de Sudán del Sur, devastado por la guerra.
La mayoría de estos migrantes, que acceden al territorio israelí desde Egipto, viven en zonas pobres del sur de Tel Aviv, donde se han organizado varias manifestaciones para protestar contra su presencia.
“Estoy determinado a poner en marcha una solución al problema de los infiltrados ilegales. Nuestro deber es responder a la angustia de los habitantes [israelíes] del sur de Tel Aviv, teniendo en cuenta a su vez las decisiones de la Corte Suprema”, afirmó Gilad Erdan, ministro de Interior.
La alta instancia judicial de Israel anuló hace exactamente un año otra ley que autorizaba una detención de los inmigrantes de hasta tres años sin necesidad de juicio.
El diputado del partido opositor Meretz (izquierda), Nitzan Horowitz, indicó que la nueva ley conocerá el mismo destino. “En un país democrático, no podéis mantener a las personas en prisión sin juicio”, subrayó.