El Gobierno alemán aprobó hoy un proyecto de ley para agilizar la ejecución de las órdenes de expulsión de extranjeros y para, al mismo tiempo, facilitar permiso de residencia a aquellos inmigrantes que vivan hace más de ocho años en Alemania y cumplan determinados requisitos.
La iniciativa aprobada por el Consejo de Ministros reforma la normativa que regula las expulsiones y establece que se estudiará en cada caso el derecho de la persona a permanecer en el país, en el caso, por ejemplo, de que tengan la familia en Alemania, y el “interés público” de su salida.
Según el proyecto, serán expulsados los extranjeros condenados a penas de prisión superiores a dos años y también aquellos que supongan una amenaza para la seguridad nacional, por pertenecer por ejemplo a una organización que apoye el terrorismo.
Además de ampliar las causas de expulsión, se quiere agilizar la ejecución de las órdenes de expulsión que se dicten.
Así, cuando se ordene una expulsión y se sospeche que la persona afectada no la cumplirá podrá ser arrestada por un tiempo máximo de cuatro días, si es posible directamente en el área de tránsito del aeropuerto.
Según las cifras del Ejecutivo, hay alrededor de 40.000 personas en el país con una de esas órdenes, pero el pasado año sólo 10.000 extranjeros salieron forzados del país.
Pero el proyecto también busca facilitar la regularización de los inmigrantes integrados en el país que carecen de permiso de residencia.
Quien se encuentre en Alemania desde hace más de ocho años, demuestre un conocimiento suficiente del idioma y pueda mantenerse con sus propios medios tendrá acceso a un permiso.
En el caso de los menores o de familias con hijos menores bastará con entre cuatro y seis años de estancia en el país.
Según las estimaciones del Gobierno, varias decenas de miles de inmigrantes podrán beneficiarse de esta medida.
Entre ellos, los más de 100.000 extranjeros que vieron como era rechazada su solicitud de asilo, pero que no fueron expulsados del país en su momento por alguna circunstancia.