La Corte de Apelaciones de Santiago ratificó la sentencia dictada por el ministro en visita extraordinaria Leopoldo Llanos, que condenó a tres integrantes de la Armada por el secuestro calificado de José Alberto Salazar Aguilera, ilícito perpetrado a partir del 22 de noviembre de 1974, en la ciudad de Valparaíso.
En fallo unánime, la Sexta Sala del tribunal de alzada –integrada por los ministros Jorge Dahm, Adelita Ravanales y el abogado (i) Joel González– confirmó la resolución que condenó a: Ricardo Riesco Cornejo, Juan de Dios Reyes Basaur y Valentín Riquelme Villalobos, a penas de 5 años y un día de presidio, por su responsabilidad en el delito.
Además, se decretó el sobreseimiento respecto de Manuel Atilio Leiva Valdivieso, por fallecimiento.
En el aspecto civil, el fallo de segunda instancia ratificó que el fisco debe pagar una indemnización de $15.000.000 (quince millones de pesos) a Gloria Salazar Aguilera, y revocó el pago indemnizatorio en favor de Julia Aguilera Salazar.
De acuerdo a los antecedentes recopilados en la investigación, se lograron acreditar los siguientes hechos:
“El 22 de noviembre de 1974, alrededor de las 02,00 horas de la madrugada, José Alberto Salazar Aguilera, soltero, estudiante de Servicio Social de la Universidad de Chile, Sede Temuco, militante del MIR, fue detenido por agentes del Servicio de Inteligencia de la Armada en calle Victoria de Valparaíso e ingresado en una celda de incomunicación. Ese mismo día, horas más tarde, José Alberto Salazar Aguilera fue sacado del recinto naval y conducido hasta el domicilio en que arrendaba una pieza, en calle 6 Norte 324 de Viña del Mar; cuando los agentes lo bajaron del vehículo en que lo transportaban, el detenido antes de entrar a la casa, realizó un primer intento de fuga y corrió por calle 6 Norte en dirección al mar, siendo seguido por dos agentes de la Armada, quienes hicieron disparos al aire con los revólveres que portaban; luego de darle alcance en la calle 4 Norte, lo subieron, con las manos a la nuca, a una camioneta amarilla y fue llevado al sector de Agua Santa en Viña del Mar. En este lugar, aquel intentó nuevamente una huida. Corrió en dirección a calle Álvarez y en la esquina de Ecuador se subió a un microbús, de recorrido, conducido por Belarmino Allende. En esos momentos apareció uno de los perseguidores, Julio Ismael Bórquez Espinoza, el que se identificó verbalmente ante el conductor como perteneciente al Servicio de Inteligencia y, simultáneamente, un pasajero del vehículo que también se identificó como de Inteligencia (Pedro Alonso Novoa Saavedra) se levantó de su asiento, encañonó al afectado y lo conminó a rendirse; como Salazar se negara a hacerlo, su perseguidor le disparó dos veces. Una bala se incrustó en el autobús y la otra le dio en el abdomen; sangraba mucho y fue bajado del autobús por cuatro personas. Salazar fue conducido al Hospital Naval en donde permaneció hasta el 6 de diciembre de 1974, fecha en que fue llevado al cuartel “Silva Palma”. En este recinto fue visto por última vez por numerosos testigos, quienes los recuerdan como enfermo. Se señala en distintos testimonios que Salazar permaneció en el Silva Palma hasta el 10 de marzo de 1975, fecha en que fue visto por última vez”