Septiembre 21, 2024

Yo me rebelo

Y quién iba a creer que iba a llegar el día, el tan esperado día, en el que la Unión subordinaría sus anhelos de limpieza racial, sábanas de fieltro bordadas y cantaritos de porcelana china para decorar completamente un living-comedor (con su respectivas vitrinas, cielos rasos pulidos, cuelgas de fibras vegetales y un regio cuadro de Pinochet) a fin de rebelarse contra el sistema capitalista. Un sistema promovido descaradamente en desmedro directo de la clase obrera, que también, por si no lo sabía Usted, está compuesta de personas que asimismo son seres humanos. Cacarean y cacarean como gallinas de las de hacer cazuela, rique incluido. De ahí que en el aire viciado de la Unión se repita de forma constante: me rebelo.

 

 

Sentada en su fastuoso living nos recibe nuestra entrevistada, uno de los rostros más identificables (y por qué no decirlo, bonitos) de la campaña de Rebeldía. La política a ella le sienta espléndido, se nota. Brilla como los pisos vitrificados de su living donde no hay un solo gramo de polvo y donde toda la decoración de interiores se basa en muebles antiguos de algún lugar de la costa azul. Como sacado de la revista Hola. Los hermosísimos tapices nuevos que parecen viejos muestran escenas de la Pasión, y los silloncitos de patas enroscadas “son de madera nativa, bastante mapuche” afirma ella, mientras se estira con la mano derecha la panty de nylon que usa porque a esta edad “una no puede andar mostrando las pantorrillas como una lola”. La casa es amplia, atiborrada de vírgenes de yeso, zapatitos de porcelana con cordones dorados, paños a crochet, imitaciones de la escuela Florentina, helechos de plástico, y al fondo, lo más bonito y colorista de todo: la colección de libros de tapas de cuero de la Editorial Océano. Nuestra entrevistada es amable y hogareña, con olor a rouge y máscara de pestañas, mucha laca en el pelo y extensiones, dice que ella se rebela y que por eso ha debido pagar un altísimo precio. “En este país te crucifican cuando dices las cosas como son” explica, alisándose una arruga invisible de su trajecito dos piezas. “Yo siempre he sido parada en la hilacha y con la verdad de frente, estoy en contra del matrimonio homosexual porque eso deforma la genitalia, estoy en contra del divorcio, estoy en contra de la educación gratuita y de la salud gratuita, y estoy a favor de la Virgen del Carmen y de la Pornografía en el Senado”. Con todo eso, no es de extrañar que haya salido elegida.

 

“A mí, como mujer pública, mujer de masas libres, con mi resplandeciente pelo rubio 9/11 con influencias del rubio ceniza, me indigna y me rabia el que la concertación en estos cincuenta años que lleva en el gobierno no haya podido impedir cosméticamente las injusticias sociales. O sea, el legado de Jaime ha sido en vano…

… Yo conocí a Jaime en mi sueño, por allá en el 1996, cuando participaba en una teleserie entonces él participó en mi sueño, todo precioso, lindo, inteligente y con un amor por la vida, o sea, la pro-vida, que a mí me dejó “o sea, de que me estai hablando”. Yo por esa época era bastante superficial, o sea, no como ahora, que solamente soy superficial, entonces andaba pendiente del devellol, mis cremas, mis chales y mis pantalones de color pelo camello. Después me casé y de dentro saqué a mis crías, entonces ya mujer decidí darlo todo, todo, absolutamente todo por la humanidad, particularmente por guagüitos pequeños que sufren tanto en este mundo, porque ¿saben? yo expulsé a algunos de esos guagüitos de dentro de mí, en una clínica blanca, limpia y pura, donde por fin me sentí rica porque me atendieron como princesa. Mis compañeras del Liceo Comercial me envidiaron un montón porque en la Clínica había de todo, parece mansión de teleserie mejicana, con tanto brillo, sábanas blancas y mi marido al lado, con un ramo de flores rojas, no claveles porque esas son las flores de los comunistas. En seguida me dio un beso y me regaló una rosa escarlata. ¡En seguida!

 

Y entonces después pasé al programa de la tele de ayuda al que necesita, imagina, yo acostumbrada a los lujos, y desde chica. Porque quisiera aclarar que si bien yo fui al liceo, en realidad nunca fui pobre: en mi casa siempre hubo cecina, salchichón cervecero y milo. Yo quedé hastiada de tanto milo, también galletas dulces con crema blanca, pan de panadería con margarina, zapatos pluma y una tele marca M&S. A pesar del enorme abismo entre yo y la clase más vulnerable, siempre tuve sensibilidad por los temas sociales y de ahí que estaba tan contenta en ese programa de televisión, donde se me veía el pelo super liso. Me cuesta un montón alisarlo. Primero lo humedezco y después hago una crema con revuelto de yema de huevo, placenta de tortuga, acondicionador, cremas de peinar y me echo todo eso en la ducha. Pasa que donde me lo tiño todas las semanas el pelo se pone un poco feo y como en la Unión todas son rubias, como Evelyn, que es tan originalmente rubia y con aspecto de millonaria que a mí particularmente me fascina, porque siempre he querido ser millonaria, y ahora que estoy en la Cámara por fin lo soy, aunque no me vendría mal un aumento porque quisiera tener una sexta cartera Hermés y unos zapatos de charol con taco aguja y plataforma, para bailar un buen güétripantu en el Cerro Ñielol como Dios manda, porque ¿saben? yo soy super mariana y a favor de los agricultores de la Araucanía. Tanto encapuchado, tanto bribón que es pobre porque no trabaja. Siempre cuando salgo al mediodía para ir a la pega me encomiendo a la Virgen que todo, TODO, lo cumple, gracias a ella estoy donde estoy.

 

Y entonces, con mi conciencia social y esta sensibilidad hacia los temas de los vulnerables no permitiré jamás que el Gobierno haga como si los temas sociales fueran un chiste y por eso me indigno y rebelo. Me rebelo en contra de los que sufren bullying por ser diversos en su postura de Derecha emprendedora. Aunque jamás entenderé a la Lily, porque se vendió decididamente a la izquierda capitalista. Pero bueno, de ahí que yo nunca haya leído a Lenin, a Ortega o a Gasset, que son todos unos comunistas resentidos. Me rebelo en contra de la gente que lo pasa super mal por culpa de la Concertación y de los encapuchados en las protestas. Me rebelo en contra de los lujos de una minoría que no sabe apreciar las cosas buenas de la vida. En ocasiones la belleza también puede estar contenida como el freno de una bicicleta en la forma de un nenúfar, una rosa de plástico en un gracioso macetero de mimbre o en las poblaciones donde yo me he sumergido hasta el cuello en la mierda para ganarme mis votos, porque mis votos los he ganado ¿saben? Con mucho sudor y lágrimas. Por eso me indigno y me hastío, y espero que todos los chilenos conscientes, esos del sacrificio mariano que donan todo a la Teletón, también se pongan la mano derecha en el corazón y se rebelen sin ningún motivo sustancial (porque ni siquiera yo los entiendo Jajaja) en contra de cualquier cosa que diga el Gobierno de la Nueva Mediocridad, como dice la gran Roxana Miranda”. FIN.

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anibal.venegas@gmail.com  

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