El día que partió Transantiago “El Clarin Digital “publicó mi artículo titulado “Transantiago: el Titanic ha zarpado”. Al Titanic le entra agua por todos lados y se persevera en él. Un error que le ha costado miles de millones de dólares al Estado, las peores incomodidades a los usuarios y respecto del cual se insiste con contumacia anunciando “nuevos recursos”. Es sugerente, por decir lo menos.
¿Alguien debe estar beneficiándose? En Chile no somos todos tontos.
Transantiago se instaló a partir del concepto neoliberal de la gran empresarización (léase concentración económica). Ese objetivo se consiguió totalmente: hay ahora sólo cinco empresas, varias extranjeras, que controlan todo, que se enriquecen en grado superlativo con el desastre, miles de pequeños empresarios fueron a la ruina.
No se llegó a esto por legítima competencia. Para participar en la primera licitación se pedían enormes requisitos económicos que dejaron fuera a los pequeños. Luego los grandes empresarios se repartieron ¡! POR ESCRITO!! el mercado y licitaron. El pequeño empresario Ulises Urzúa, documentos en manos, ha hecho llegar los antecedentes al gobierno pasado y al actual; no se escucha padre. Llevó entonces los documentos a la justicia civil, allí van con su paso de tortuga, la Fiscalía Nacional Económica se negó a investigar.
En la última alza de pasajes del Metro presentamos con el dirigente del Socialismo Allendista Esteban Silva un reclamo al Metro: no nos contestaron. Presentamos entonces una denuncia por precios abusivos a partir de una posición dominante en el mercado a la Fiscalía Nacional Econòmica, pero aún no deciden, a dos meses , si investigarán o no. ¿Cuál cree usted ciudadano que será la respuesta?
El vocero de los empresarios microbuseros actualmente es Víctor Barrueto, dirigente y ex diputado del PPD. Con anterioridad dirigentes PS ocuparon presidencias y vicepresidencias en las empresas concesionarias. El Transantiago, Metro incluido, son de lejos el servicio más caro de América Latina, cuatro veces más que el de Buenos Aires.
Transantiago (El Estado de Chile) tomó lo peor de los dos grandes sistemas económicos conocidos. Anuló la competencia de los empresarios, garantizó las ganancias cualquiera fuera el servicio (es decir las pérdidas las pagan todos los chilenos), introdujo innecesariamente al capital financiero en el transporte de pasajeros mediante el Administrador Financiero de Transantiago, que encarece los pasajes y enriquece a sus dueños sin ningún aporte sensible.
En el programa Contacto de Canal 13 el periodista Elías Sánchez desnudó la corrupción del sistema. Micros vacías cobrando, dirigentes sindicales rentados por las empresas, colusión por escrito de las concesionarias, pero nada de ello inmutó a las autoridades.
Se despreció de manera arrogante la malla de recorridos y toda la experiencia anterior. Cuando esto partió en 2007 me acerqué a un cro de partido integrante del gabinete del Ministro Espejo (yo era dirigente del PS) y éste no me quiso ni siquiera recibir para contarle mis aprehensiones, simplemente me remitió a la página Web del Ministerio. Después pasó lo que tenía que pasar, pero este caballero se cayó para arriba (la ley de gravedad no opera en la política chilena) y hoy es Seremi de Transporte en Santiago. Como la realidad es más fuerte que la arrogancia, el viernes lo vi voceando buses clones en medio del estropicio.
Transantiago no tiene arreglo. Hay que meterle retroexcavadora y para ello se necesita voluntad y no estar metido en el negocio. Quizás sea mucho pedir.
ROBERTO AVILA TOLEDO