Los presidentes de China, Xi Jinping, y de Estados Unidos, Barack Obama, iniciaron hoy dos días de reuniones con un encuentro de carácter más informal, celebrado tras la triunfalista clausura de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) por parte de Pekín.
Después de casi dos días de intensa actividad diplomática multilateral con motivo de la reunión de la APEC, efectuada en Pekín entre ayer y hoy, Xi recibió esta tarde a Obama en el complejo palaciego de Zhongnanhai, sede oficial del Gobierno de la República Popular China desde su fundación en 1949.
En traje pero sin corbata, ambos mantuvieron un encuentro de características similares al que llevaron a cabo en junio de 2013 en las instalaciones de Sunnylands, al sur de California (EEUU), cuando se reunieron por primera vez en calidad de mandatarios de las mayores economías mundiales.
La entrevista de hoy se produce en circunstancias diferentes: Obama juega fuera de casa y tras ser vapuleado en las elecciones estadounidenses de la pasada semana, mientras Xi -anfitrión de la APEC en un evento de la magnitud de los Juegos Olímpicos de 2008- se ha forjado una imagen de líder fuerte en el último año y medio.
En los márgenes de la cumbre, los dos países acordaron estos días impulsar su cooperación en la lucha contra el cambio climático, sin ofrecer grandes detalles, y también consensuaron reducir las tarifas a los bienes electrónicos en virtud del Tratado de Tecnología de la Información (ITA), que llevaba en punto muerto dieciocho meses.
No hubo mucho más consenso a nivel bilateral
Aunque Obama se mostró cauto en sus declaraciones sobre cuestiones espinosas como Hong Kong, su asesor adjunto de seguridad nacional, Ben Rhodes, aseguró a la prensa que Washington continuará presionando a Pekín al respecto, ya que “la libertad de expresión y de reunión son valores universales”.
Otro de los asuntos más controvertidos, el ciberespionaje, surgía desde Washington.
Aunque Obama pasó de puntillas por el tema en Pekín, las autoridades estadounidenses investigan un nuevo ataque de supuestos “hackers” chinos que entraron en la red de ordenadores del Servicio Postal.
Pero donde la batalla ha sido más reñida estos días entre las dos potencias ha sido en el terreno comercial.
Mientras el presidente estadounidense se reunió ayer en Pekín con líderes de los doce países que participan en el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, en sus siglas en inglés) para impulsar un tratado de libre comercio regional que excluye a China, Xi apostaba por su propio pacto.
Así, el presidente chino anunció hoy, al cierre de la cumbre, que los 21 miembros de la APEC acordaron iniciar el proceso para lograr una Zona de Libre Comercio de Asia Pacífico (FTAAP, en sus siglas en ingles), iniciativa que calificó de “paso histórico”.
De puertas adentro, Xi y Obama discutirán estos días sobre la desnuclearización de la península coreana, los conflictos en el mar de la China Meridional, ciberseguridad, Irán, Afganistán y el ébola, asuntos algunos de ellos en los que se espera que sí puedan forjar alianzas.
Willy Lam, profesor de Política de la Universidad China de Hong Kong, destacó a Efe que ahora Xi y Obama “están mejor posicionados que antes para acercarse en la crisis norcoreana e Irán”.
También, añadió, están más próximos respecto a “cómo gestionar la lucha contra el Estado Islámico (EI), ya que China denuncia que muchos uigures (etnia china de religión musulmana) de Xinjiang (región noroccidental) se están convirtiendo en yihadistas”.
Además, se espera más sintonía en sus posturas con respecto a Pakistán y Afganistán, donde Pekín ya se ha comprometido a asumir un rol mayor tras la retirada de las tropas de la OTAN a finales de año.
Por otro lado, Rhodes dio hoy la bienvenida al encuentro de ayer entre Xi Jinping y el primer ministro japonés, Shinzo Abe, tras dos años de conflicto entre los dos países, ya que se trata de “una oportunidad para calmar las tensiones”.
Estados Unidos, que mantiene un tratado de defensa bilateral con Japón, ha manifestado en distintas ocasiones su interés en que los países vecinos mejoren sus relaciones para garantizar la estabilidad del Pacífico.
Si la reunión de hoy en Zhongnanhai, que se prolongó durante más de cinco horas, no fue suficiente para tratar estos y otros temas, los líderes se volverán a ver mañana en una ceremonia más oficial en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín (sede del Legislativo), donde también estará el primer ministro chino, Li Keqiang.