Con el propósito de promover el hábito de la lectura el senador Manuel José Ossandón presentó un proyecto de acuerdo en el que solicita a la Presidenta de la República que instruya a sus ministros de Hacienda y de Cultura para que evalúen eximir del pago del IVA a los libros, o en su defecto, reducir parcialmente ese tributo.
El parlamentario manifestó que en Chile “el libro y el hábito de lectura no poseen la masividad que resulta deseable”. A modo de ejemplo citó el estudio de “Chile y los libros” de la Fundación La Fuente/Adimark GFK, de 2010, que señala que el 52,8% de los encuestados declaran no leer nunca o casi nunca libros (de los cuales un 45,7% declara no leer nunca), contra un 47,2% que Lo hace ocasional o frecuentemente.
El mismo estudio da cuenta de un alza en la cantidad de personas que se declara lectora (quienes lo hacen frecuente y ocasionalmente): de 21,1% en 2006 a 26% en 2010; pero, como contraparte, el alza en los no lectores (quienes nunca leen o lo hacen casi nunca) experimentó un alza de 44,9% a 52,8% en el mismo periodo.
Según el legislador, “ello da cuenta de una polarización en el hábito de la lectura: mientras quienes leen frecuentemente han aumentado, quienes lo hacen ocasionalmente han disminuido. En este sentido, urge, por diversos motivos, promover el hábito de la lectura en nuestra población”.
CIUDADANÍA ILUSTRADA
Según el parlamentario, una de las razones más importantes para fomentar la lectura frecuente es la promoción de una ciudadanía ilustrada.
“Resulta fundamental poder contar con ciudadanos cultivados, que estén en condiciones efectivas de participar en los debates públicos de manera informada y con la capacidad de respaldar sus opiniones. Ello, es garantía de una independencia en el juicio y de un mejor control ciudadano del gobierno, lo que es esencial para una democracia sana y participativa”, dijo el senador Ossandón.
Agregó que de acuerdo a los datos de la encuesta de la Fundación La Fuente, más de un 53% de los encuestados afirma que compraría más libros si estos no estuvieran gravados con IVA. De hecho, más de un 80% de los encuestados percibe a los libros como caros o muy caros, percepción que es transversal desagregando los datos por nivel educacional.
El senador preció que “nuestro país ostenta el mayor nivel impositivo a los libros en el continente, considerando que otros países de la región poseen tratamientos más beneficiosos para fomentar su industria editorial y para promover y fomentar la lectura”.
En tal sentido, dijo que “parece importante poder desgravar al libro de IVA, toda vez que ello representa un quinto del valor actual de cualquier edición; o en caso que esto no sea posible, rebajar la tasa actual del 19%. De este modo, se podrá generar una política pública que fomentará la lectura y generará importantes beneficios para todos los habitantes de la República”.