Noviembre 23, 2024

Poema inédito de Pablo Neruda para Juan Rulfo

La Sociedad de Escritores de Chile convocó, del 18 al 21 de agosto de 1969, a los poetas y narradores de Latinoamérica, en el comité organizador del encuentro participaron Pablo Neruda, Gonzalo Rojas, Fernando Alegría, Carlos Droguett, Jorge Edwards, Alfonso Escudero, Pedro Lastra, Luis Oyarzún, Carlos Rozas y Wilfredo Mayorga (según la investigación del doctor David Schidlowsky). De Sudamérica llegaron Mario Vargas Llosa, Juan Carlos Onetti, Nicanor Parra, David Viñas, Ernesto Sábato, Manuel Rojas, Martha Traba, Jorge Enrique Adoum, Antonio Skármeta, Ariel Dorfman, Poli Délano, Gustavo Valcárcel, Jorge Ruffinelli, Carlos Martínez Moreno, entre otros; de España invitaron a Camilo José Cela y José Hierro. Dos escritores representaron a México: Rosario Castellanos y Juan Rulfo.

 

Al concluir el Encuentro Latinoamericano de Escritores, el 21 de agosto, la Universidad Católica de Chile otorgó el grado de Doctor Scientia et Honoris Causa a Pablo Neruda (el primer doctorado honoris causa lo recibió en la Universidad de Michoacán, el 17 de agosto de 1943). El poeta reunió dos celebraciones, y en su papel de anfitrión, invitó a los delegados de Latinoamérica a una tertulia en Isla Negra. La fotógrafa Sara Facio recordó: “Se habló, se escuchó música y Neruda solo hizo un aparte en su habitación con Juan Rulfo” (Pablo Neruda, 1988). Nunca conoceremos sobre qué temas conversaron el poeta chileno y el narrador mexicano, probablemente hablaron de literatura, los dos fueron traductores de Rainer Maria Rilke, o tal vez recordaron a los amigos que compartían. Las cartas inéditas que nunca llegaron a su destinatario podrían darnos algunos indicios para resolver este enigma; el historiador Abraham Quezada está siguiendo las pistas de un posible epistolario Neruda-Rulfo.

 

Pablo Neruda escribió cuatro referencias sobre Rulfo, la primera está en el poema Algunos: “Oh tú, Juan Rulfo de Anáhuac” (Fin de mundo, 1969); la segunda cita está en las memorias póstumas: “En los últimos años la novela tomó una nueva dirección en nuestros países. Los nombres de García Márquez, Juan Rulfo, Vargas Llosa, Sábato, Cortázar, Carlos Fuentes, el chileno Donoso, se oyen y se leen en todas partes. A algunos de ellos los bautizaron con el nombre de boom. Es corriente también oír decir que ellos forman un grupo de autobombo. Yo los he conocido a casi todos y los hallo notablemente sanos y generosos” (Confieso que he vivido, 1974). El poema y la prosa coinciden en la palabra “algunos”.

 

La tercera cita, prácticamente desconocida en México, pertenece a un libro publicado en España por las fotógrafas Sara Facio y Alicia D’Amico, el texto manuscrito Mi casa allí entre las rocas (1973) acompaña las imágenes del poeta en Isla Negra, la página que corresponde a Rulfo comienza: “y María Martner, piedrecista, artista del granito redondo y las rocas litorales, aquí está un hombre con guitarra, como se debe estar, y Juan Rulfo honrando con sus hombros mi mano, Mario Vargas Llosa, íntegro y sonriente, Skármeta y Ehrman, Cochrane de Londres, Bárbara y Sergio Insunza, el mejor Edwards” (Geografía de Pablo Neruda, 1973). “Y Juan Rulfo honrando con sus hombros mi mano”, refleja la admiración del poeta chileno y la descripción de la fotografía de Sara Facio, ella conversó con el autor de Pedro Páramo: “Sabía que había sido fotógrafo en su juventud, y encaminé el diálogo hacia el tema. El mismo lo prefería; nada de hablar de su persona o literatura. Mucho después vi sus fotos originales del interior de México que conocía como nadie y tuve la dicha de presentar su muestra en la Fotogalería del Teatro San Martín de Buenos Aires” (Foto de escritor, 1998), según la investigación del doctor Alberto Vital, se conservan 7,000 negativos del fotógrafo Juan Rulfo.

El texto Mi casa allí entre las rocas (1973) fue reeditado en las Obras Completas de Neruda (España, 2002), sin incluir el facsimilar escrito con tinta verde. En el caso de las fotografías de Rulfo “honrando con sus hombros” a Neruda, las imágenes se reeditaron en la colección La Azotea de Sara Facio (Pablo Neruda, 1988). Las personas mencionadas en la misma página junto a Rulfo son: María Martner (artista chilena, trabajó el mural Tupahue con el arquitecto Juan O’Gorman), “un hombre con guitarra” (el cantautor y fotógrafo Jorge Aravena Llanca), Mario Vargas Llosa y Antonio Skármeta (escritores), Juan Ehrman (editor de la revista Ercilla), Cochrane de Londres (Vicealmirante de la Armada de Chile en el siglo XIX), Bárbara y Sergio Insunza (Ministro de Justicia del Presidente Salvador Allende y abogado de Neruda durante los trámites de la Fundación Cantalao), y “el mejor Edwards” (Jorge Edwards, “el peor” sería Agustín Edwards, dueño del periódico El Mercurio). El párrafo termina: “el invencible Homero Arce, poblado de sonetos como una colmena de abejas, y yo de aquí y allá, entre planos y diálogos, vagando y activando, partidario del ocio activo, de las siestas reparadoras, partidario de todos”. El colofón del libro de Sara Facio registró la fecha exacta de impresión, 25 de septiembre de 1973, “Un día antes nos llegó la triste noticia del fallecimiento de Pablo Neruda”.

 

La cuarta referencia de Neruda nunca ha sido publicada, el historiador y diplomático Abraham Quezada cuenta –en exclusiva para La Jornada Morelos– los detalles del hallazgo: “Cuando vi el original en la colección de un bibliófilo chileno, hace varios años, copié el texto. Estaba escrito con tinta verde, en hojas sin el logo nerudiano, era un manuscrito inédito. No tenía otras fechas o indicaciones. Está transcrito al pie de la letra del original. Es inédito. Tiene cara de dedicatoria, pero eran hojas sueltas, que no estaban dentro o sobre un libro específico” (correo electrónico, 20/10/2014). Cuarenta y cinco años después, las palabras de Neruda dedicadas a Rulfo llegaron a México y le darán la vuelta al mundo:

 

Aquí, sobre

estas olas

está el recuerdo

de tantas

lágrimas

que han

navegado

a través de

días y años

en la soledad

de una  luna

olvidada.

 

Para ti querido

Juan nace

este canto

perdido a

orillas del

mar.

 

Pablo Neruda

Para Juan Rulfo

querido amigo

de paso por Isla Negra

1969.

 

La última referencia de Neruda sobre Rulfo pertenece a la tradición oral, durante la extensa entrevista de Rita Guibert, publicada originalmente en el libro Seven voices (New York, 1972), reeditado con el título Siete voces (México DF, 1974), la periodista argentina preguntó: “¿Quiénes son los escritores latinoamericanos que usted mencionaría?”, después de citar “algunos” representantes del boom (Julio Cortázar, García Márquez, Carlos Fuentes y Mario Vargas Llosa), Neruda respondió: “No podemos olvidar a Juan Rulfo, que con su silencio y obra delgada es de los más importantísimos escritores de nuestro continente”. En los apuntes biográficos publicados por la Fundación Rulfo, que dirige el arquitecto Víctor Jiménez, destacan algunos nombres entre los admiradores del autor de Pedro Páramo, El Llano en llamas y El gallo de oro: “Mario Benedetti, José María Arguedas, Carlos Fuentes, Jorge Luis Borges, Gabriel García Márquez, Günter Grass, Susan Sontag, Elias Canetti, Tahar Ben Jelloun, Urs Widmer, Gao Xingjian, Kenzaburo Oe, Enrique Vila-Matas y muchos otros”. Por citar a Jorge Luis Borges: “Pedro Páramo es una de las mejores novelas de las literaturas en lengua hispánica, y aun de la literatura”, por otra parte, Gabriel García Márquez escribió para el catálogo del Homenaje Nacional a Juan Rulfo: “No son más de 300 páginas, pero son casi tantas, y creo que tan perdurables, como las que conocemos de Sófocles” (fragmentos del libro Juan Rulfo: Otras miradas, 2010). Para completar la lista de los admiradores, hacía falta la cita de Neruda: “No podemos olvidar a Juan Rulfo, que con su silencio y obra delgada es de los más importantísimos escritores de nuestro continente”.

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