A seis días de los comicios, el escenario político brasileño muestra hoy un tenso clima en la disputa por la presidencia del país entre la actual mandataria Dilma Rousseff y el candidato de la Social Democracia (PSDB), Aécio Neves. Las encuestas de la última semana revelan un empate técnico entre Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), y Neves, mientras en las calles muchos hablan de evitar un retroceso de la nación, según comentaristas políticos.
Por ello, todo indica que estos días serán decisivos para que la ciudadanía defina su posición de cara a la segunda vuelta de las elecciones del domingo próximo, en las cuales se escogerán además los gobernadores de 14 estados de Brasil.
Para la jefa de Estado, en estos comicios no se enfrentan solo dos rivales políticos, sino también dos proyectos de gobierno muy diferentes: uno del PT que garantiza los avances sociales y el desarrollo de país, y otro del PSDB que en el pasado provocó desempleo y salarios bajos.
En las consideraciones finales del debate televisivo de anoche, concluido poco después de la medianoche, Rousseff se pronunció por trabajar para mejorar la educación y la atención de salud, así como mantener el crecimiento económico con inclusión social y bajo número de parados.
Puntualizó que para continuar por la senda del cambio es preciso gobernar para todos, con miras a garantizar un mejor nivel de vida para los brasileños.
La gobernante rememoró que su gobierno generó 5,6 millones de empleos y amplió el programa Bolsa de Familia, que concede ayuda financiera a más de 50 millones de personas.
Tras censurar a su adversario de defender un proyecto fallido, señaló que el PSDB gobernó para los empresarios, banqueros y oligarcas durante la administración de Fernando Henrique Cardoso (1995-2003) y dejó un país con millones de parados y quebrado.
En esta jornada, la mandataria participará en un recorrido en la localidad de Nova Iguazú, en Río de Janeiro, donde demandará el voto a su favor en estos últimos días de la campaña electoral.
Su contrincante, Neves, quien anoche abogó por bajar la inflación a un tres por ciento y aumentar el ritmo de crecimiento de la economía, asistirá a un acto proselitista y ofrecerá una rueda de prensa durante una visita a Minas Gerais.