Con el 97% de adhesión, los trabajadores de Scotiabank iniciaron, el pasado miércoles 15 de octubre, una huelga legal indefinida en demanda de mejoras de las condiciones salariales y laborales. El paro de actividades está siendo potenciado con movilizaciones de protesta fuera de las sucursales del banco a lo largo de todo el país. La medida de presión obedece no sólo a temas de remuneraciones, también a las condiciones laborales y al clima de amenazas e irregularidades con el cual los empleadores han abordado el proceso de negociación colectiva iniciado en agosto.
El avance de las negociaciones se ha entrampado porque el banco (de capitales canadienses) no ha sido claro ni se ha allanado a protocolos propios de una mesa de negociación. Por ejemplo, los “buenos oficios”, la empresa “los pidió pero nunca tuvieron la intención de negociar, era para ganar tiempo no más. Y finalmente, no hicieron una oferta seria porque después se la hicieron directamente a los trabajadores, por fuera de la mesa de negociación, ofreciéndoles un bono que no estaba registrado en la última oferta”, explicó la presidenta del Sindicato de Trabajadores de Scotiabank ex BDD, Gloria Soto, agregando que incluso “trataron de quebrar la huelga el primer día pero no pudieron. Han habido muchas amenazas de todo tipo; amenazas de despidos, enfrentamientos entre el sindicato y jefaturas”.
La respuesta de la empresa a las demandas sindicales ha sido hasta ahora ambigua: “ellos han hablado de que sí que están dispuestos pero no ha habido nada formal. Empezaron a ofrecer temas la noche anterior al inicio de la huelga. Me llamaron por teléfono tipo 11 de la noche y estuvimos conversando hasta como las dos de la madrugada para una negociación por teléfono con el gerente general, donde él me presionaba, ofreciéndonos puntos que eran importantes para nosotros y que él estaba dispuesto a firmar un protocolo para que nosotros bajáramos la huelga pero la verdad que hay muchos puntos más importantes. Y obviamente, que de esa forma tan informal, no estamos dispuestos a negociar”.
Entre sus demandas más importantes están “el incremento de rentas que sean reales. Estamos pidiendo un reajuste del 10% y como piso, $80 mil; que paren la discriminación por parte de ejecutivos de ciertas áreas comerciales, que hayan bonos equitativos porque algunos ganan tremendos bonos y otros no, el derecho a negociar, entre otros”.