Noviembre 24, 2024

El Presidente Maduro recibe una propuesta diabólica y criminal

Ricardo Hausmann, un destacado economista venezolano, que trabaja como académico en una muy prestigiosa universidad de los Estados Unidos, recientemente escribió un muy breve artículo titulado “Should Venezuela default?” (¿Debe Venezuela desfalcar?)i. En este artículo, el autor señala que el Estado venezolano, ya ha realizado un desfalco multidimensional. Ha hecho un defalco con las empresas multinacionales que venden medicamentos, con las empresas extranjeras que venden alimentos, con las empresas automotrices que venden vehículos, maquinarias y repuestos y también ha hecho un desfalco con las líneas aéreas extranjeras. Como resultado de todos estos desfalcos, la sociedad venezolana tiene graves problemas con la disponibilidad de medicinas, comida, transporte terrestre, y transporte aéreo internacional. Señala también que para colmo, los importadores deben esperar por periodos interminables para retirar de las aduanas los productos importados muchos meses atrás. El total aproximado de todos estos desfalcos este año alcanzarán los 13 mil millones de dólares.

A los desfalcos antes mencionados hay que agregar los desfalcos que PDVSA (empresa petrolera estatal) hizo en años anteriores a sus socios en el negocio petrolero. Como consecuencia directa de esta conducta, la producción de petróleo se desplomó a sólo un 45% de la producción de 1997. Por su parte el banco central ha desfalcado a la población al imprimir dinero alocadamente creando una devaluación del 90% de la moneda nacional. Finalmente, el gobierno de Maduro ha cometido un gran desfalco a los venezolanos al limitar drásticamente sus libertades públicas fundamentales. Ahora no se puede cruzar libremente la frontera con Colombia y toda la población del país tendrá que usar sus huellas digitales para comprar alimentos en el comercio nacional. Hausmann termina señalando que Venezuela debe dejar de estafar a su población y empezar a estafar a Wall Street y a los compradores extranjeros de los bonos venezolanos. Finalmente, sugiere que para salir de la crisis, el país debe imitar a Grecia y someterse a los consejos, asesorías y demandas del fondo monetario internacional (FMI).

 

Hay un gran problema con todos estos consejos. La inmensa mayoría de los bonos venezolanos vendidos en el exterior, están en manos de empresas estatales chinas, empresas rusas y multinacionales occidentales. Sólo una ínfima minoría está en manos de venezolanos adinerados. Estos bonos se han convertido en un refugio para todos aquellos inversionistas institucionales amargados con los miserables retornos que dan los bonos soberanos del mundo desarrollado. Las autoridades venezolanas con toda razón han rechazado los increíbles consejos de Hausmann. La sugerencia de que Venezuela debe seguir el camino de Grecia y entregar la dirección y control del país al FMI, sería para la risa si no fuera por la enorme tragedia y penuria que actualmente padece el pueblo griego.

 

Venezuela tiene los mismos problemas que el resto de América Latina. Su sector privado no sólo es ineficiente, improductivo y corrupto, sino que además prefiere invertir fuera de la región. Particularmente en las acciones que se transan en la bolsa de Nueva York. Ellas entregan dividendos muy superiores a los que se pueden obtener en las acciones de empresas privadas latinoamericanas. Por otro lado, las multinacionales occidentales sólo invierten en Latinoamérica cuando ellas obtienen garantías de que podrán extraer fabulosas ganancias exentas de impuestos; tal como ocurre en México, Centro América, Colombia, Perú y Chile. Desde hace ya muchos años, el presidente Chávez se dio cuenta que el esfuerzo principal del desarrollo económico no se podía poner sobre las espaldas del sector privado, y esto por la simple razón de que el sector privado venezolano no tiene espaldas. Por lo tanto siguiendo a Keynes y viejas enseñanzas de la CEPAL, optó por la vía del intervencionismo estatal intensivo. En otras palabras, optó por obtener el capital necesario para el desarrollo a través de la emisión de bonos soberanos, los cuales cuentan con el formidable respaldo que significa tener las más grandes reservas de gas y petróleo del planeta.

 

La sugerencia de Hausmann de desfalcar en los bonos, no sólo es descabellada y criminal, sino que también sumamente peligrosa para la soberanía de Venezuela. Al parecer Hausmann desea que su país tenga en el futuro los mismos problemas financieros que hoy tiene Argentina. Los bonos soberanos de Venezuela y que se venden en el exterior, se han lanzado al mercado global en dólares y bajo las leyes del Estado de Nueva York o bajo las leyes de países europeos con sólida tradición financiera. Por lo tanto, si Venezuela entra en desfalco, no sólo comete un delito, sino que se arriesga a una nueva, inaceptable y peligrosa intervención extranjera. En una caótica situación como son todos los desfalcos, siempre habrá un grupo muy minoritario de bonistas que no acepten las condiciones impuestas por el “corte de pelo”, que es condición indispensable de toda repactación de la deuda. Así se crean los famosos fondos buitres que son el caballo de Troya que corruptos inversionistas han inventado para destruir las economías de los países que se niegan a seguir las órdenes de un sector de la elite financiera mundial. Argentina es el caso más reciente de este particularmente catastrófico y altamente dañino problema.

 

La elite gobernante venezolana debería estudiar con cuidado el último libro de Martin Wolfii. Aquí este genio de las finanzas recomienda que en tiempos de graves crisis económicas provocadas por la falta de consumo, demanda y paralización del sector privado como ente inversor; sea el Estado el que tiene que crear este consumo y demanda faltante. Esto se hace emitiendo todos los bonos soberanos que se necesitan para juntar el capital requerido. El capital así obtenido con deuda pública se invierte en obras públicas productivas y en la financiación de dinámicas empresas estatales. Este tipo de poderosa reactivación económica es capaz de dar trabajo bien remunerado a millones de personas. De esta forma se inflan las velas del consumo masivo y renace la necesaria demanda. La economía revive y adquiere la velocidad de desarrollo adecuada. Esto es lo que brillantemente hizo el presidente Roosevelt a partir de 1933 en los Estados Unidos y también lo que hizo en Chile, el presidente Aguirre Cerda a partir de 1939. La Corporación de Fomento a la Producción en Chile fue la institución estatal que sacó al país de la depresión que se produjo después de la gran crisis del salitre.

 

En conclusión, es predecible que Venezuela no entrará en defalco de sus bonos soberanos, primero, porque ello dañaría gravemente los intereses de importantes países aliados. Segundo porque ello le abriría las puertas a la intervención de los fondos buitres y de los países que los apoyan y tercero, porque la política financiera que se ha seguido hasta la fecha es la correcta. El tener un 60% de inflación anual, está muy lejos de la inflación del 4 mil por ciento que tuvieron los Estados sureños durante la guerra civil de los Estados Unidos. O peor aún, el 182 mil millones por ciento que tuvo Alemania en el año 1923iii. El 60% de inflación anual es controlable y se puede reducir particularmente cuando la clase media y los pobres reciben aumentos salariales levemente superiores a la tasa de inflación. Los individuos que verdaderamente están sufriendo en Venezuela, pertenecen a la gran burguesía rentista. Pero ellos tienen fondos en el exterior y se pueden trasladar con facilidad a otros lugares del planeta donde sean tratados en mejor forma.

 

Cuando el sector privado es una carga inútil, o cuando peor aún, es una quinta columna que en nada contribuye al esfuerzo colectivo, la única solución posible es la masiva intervención estatal en la economía. Las grandes inversiones estatales sólo se pueden financiar con bonos soberanos. En el caso de Venezuela, grandes inversores externos tales como China y Rusia, seguirán comprando bonos. Ellos saben que en unos pocos años más, gracias a la cooperación ruso-china, Venezuela aumentará exponencialmente su producción petrolera de 2,5 millones de barriles diarios de hoy día a más de 10 millones de barriles diarios en un futuro próximo. También se sabe que tanto China como Rusia, se han asociado con Venezuela para diversificar su economía y así reducir su dependencia petrolera. Estos programas se centran en grandes proyectos agrícolas e industriales. De esta forma Venezuela espera alcanzar el ansiado nivel de país integralmente desarrollado.

 

No obstante todo esto, la estrategia de desarrollo venezolano sigue siendo incompleta. El sector público venezolano tiene muy baja productividad. Esto es un problema histórico que por cierto afecta a toda Latinoamérica y que por lo tanto es de muy difícil solución. Las medidas para reducir la corrupción y poca productividad de la burocracia estatal son necesarias pero no suficientes. El partido comunista chino se dio cuenta tempranamente que reemplazar un improductivo e ineficiente sector privado por un masivo sector estatal, no es suficiente. La ética de trabajo de los funcionarios estatales venezolanos debe ser radicalmente mejorada. Este es un proceso lento y endiabladamente complejo. China lleva ya más de cuatro décadas trabajando en el cambio radical de su carácter nacional. El partido comunista chino tiene escuelas especiales donde se trata de formar a un empresario estatal que es a la vez rojo y altamente productivo. Es decir, se trata de inculcar en estos empresarios la ideología progresista del partido, pero también trata de cambiar radicalmente el disco duro y motivacional de los estudiantes. Se trata de implantar en ellos el espíritu de innovación, competencia e imparable necesidad de logro o de éxito.

 

Los chinos conocen muy bien las teorías de Max Weber, David McClelland, David Winter, David Landes y muchos otros cientistas sociales estadounidenses que se han dedicado por ya más de un siglo a crear y fortalecer la motivación de logro en los Estados Unidos. Los chinos también han seguido muy de cerca los éxitos alcanzados por la fundación Kaufman en transformar a individuos comunes y corrientes en verdaderos capitanes de empresa y dínamos del desarrollo sustentable y productivoiv. El partido socialista de Venezuela haría muy bien en conocer y estudiar el trabajo que se está haciendo en las escuelas para empresarios estales del partido comunista chino. Sin una clase empresarial estatal, motivada y altamente eficiente y productiva; el desarrollo integral del pueblo venezolano seguirá siendo un distante sueñov.

 

F.Duque Ph.D.

Cientísta Político

Puerto Montt, sept.,2014

ii Martin Wolf; The Shifts and the Shoks: What We´ve Learned –and Have Still to Learn- from the Financial Crisis. Penguin Press, London 2014. Un muy breve resumen de este libro se puede encontrar en el artículo de F. Duque “La transición de Gran Recesión a Gran Depresión y la probable tercera guerra mundial” Publicado en http://www.elclarin.cl/web/ el 17 del 09 de 2014.

iii Ver Niall Ferguson; El triunfo del dinero. Cómo las finanzas mueven al mundo Ed. Debate, Buenos aires, 2010. Pgs. 113, 121,

iv Max Weber Ética protestante y el espíritu del capitalismo. Ed. Gradifco Buenos Aires, 2004; David McClelland The Achieving Society The Free Press, N. York, 1961; D. McClelland y D. Winter Motivating Economic Achievement The Free Press, N. York, 1969; David S. Landes; A Riqueza e a Pobreza das NaÇoes Gradiva, Lisboa 1998; Claudio Veliz The new world of the Gothic fox. Culture and Economy in English and Spanish America University of California Press. Los Ángeles 1994; L.E.Harrison y S.P. Huntington How values shape human progress. Basic books, N. York 2000; S.P. Huntington Who are we? The Challenges to America’s National Identity. Simond & Schuster. N. York 2004

v Ver: Kang, D. C. China rising: Peace, power and order in Asia Columbia University press. N. York 2007; Lampton D.E. “The faces of Chinese Power” Foreign Affairs January-February 2007; Mahbubami, K. “Understanding China” en Foreign Affairs September-October 2005; Fishman T. C. China Inc. How the rise of the next super power challenges America and the world. Sobnes N. York 2005; Ikenberry, J. “The rise of China and the future of the west” Foreign Affairs January-February 2008; Wolf M., Fixing global finance John Hopkins University press. N.York 2008; Thorton, J. “China leadership gap” Foreign Affairs November-December 2006.

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