La debilidad institucional y el fin de un “boom” económico, que no ha reducido las desigualdades sociales, ha hecho retroceder este año levemente el desarrollo democrático en América Latina, según un informe difundido hoy en Alemania.
Ésta es la principal conclusión de la duodécima edición del Índice de Desarrollo Democrático (IDD-Lat), que elaboran la fundación Konrad Adenauer (KAS) y la consultora argentina Polilat, y que destaca que once de los 18 países analizados ha empeorado su registro.
El documento considera que se ha desaprovechado en términos democráticos “el aumento de la clase media”, “el aumento del ingreso per cápita” y el “descenso de la pobreza” que propiciaron “las excelentes condiciones económicas internacionales para el desarrollo latinoamericano” entre 2003 y 2008.
“Lejos de constituir un bálsamo que aquiete las demandas sociales”, los logros económicos “incrementan tensiones derivadas de la desigualdad de ingresos”, según el informe de la KAS, afín a la oficialista Unión Cristianodemócrata Alemana (CDU).
El estudio critica que “la región no logra revertir una de sus fallas estructurales: la inequidad en la distribución de la riqueza”. En este sentido, la KAS recuerda a los “cientos de miles” de brasileños en las calles “reclamando contra la corrupción y los excesos de sus dirigentes” y “la insatisfacción creciente en Argentina, Chile y otros países”.
Además, el documento considera que persisten los riesgos tradicionales de la región: “el aumento de la violencia por parte del crimen organizado”, “la debilidad de los mecanismos de control institucionalizados de la democracia” y el “mesianismo político como fenómeno de liderazgo”.
El ránking general del IDD-Lat 2013 sitúa en las primeras posiciones a Uruguay, Costa Rica y Chile, los tres países que han obtenido los mejores resultados en los últimos diez años, por su “alto desarrollo democrático”.
En el extremo contrario de la tabla coloca a Paraguay, Guatemala y Venezuela, por padecer un “desarrollo democrático mínimo”.
El documento incluye en la categoría de “desarrollo medio” en materia democrática a cinco países a Perú, Argentina, Panamá, México y Brasil; y con la calificación de “bajo desarrollo” a El Salvador, Colombia, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Honduras y República Dominicana.
Por categorías, el informe de la KAS destaca una mejora del promedio regional de lo que denomina la “democracia de los ciudadanos”, esto es, el desempeño de las sociedades en relación con las libertades civiles y los derechos políticos.
Los mayores logros “se evidencian en la participación política de la mujer”, “la incorporación de nuevos derechos y libertades” y “el crecimiento de la participación electoral”.
La “democracia de las instituciones” -su solidez, sus controles recíprocos entre poderes, su transparencia e independencia-, sin embargo, empeora este año con respecto al anterior en trece de los 18 países analizados.
Este fenómeno es “expresión de la incapacidad de dirigentes y sociedades en la construcción de sistemas institucionales y políticos más fuertes”.
La lucha contra la corrupción, en general, ha mejorado, en parte gracias a la investigación del periodismo independiente, pero el “mal funcionamiento de los controles” democráticos sigue siendo un problema.
El valor promedio del desarrollo democrático en la región se situó este año en los 4,868 puntos, algo por debajo de los 4,975 obtenido en 2012, con Uruguay logrando la puntuación máxima (10,000) y Venezuela la mínima (2,649).
Nicaragua es el país que presenta el mayor avance en términos democráticos este año, lo que le permite pasar del grupo de cola al de “bajo desarrollo”, aunque sigue por debajo del promedio regional, apunta el documento de la fundación alemana.
Los demás Estados que presentan mejoras o se mantienen estables son Bolivia, Brasil, Ecuador, El Salvador, Nicaragua, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.