La infantería israelí irrumpió fuego cerca de Rafah y un mortero de Hamas despertó las sirenas de seguridad, con lo cual ambas partes se acusan hoy de quebrar una frágil tregua humanitaria propuesta por tres días para Gaza. Informes contradictorios circulan después de esta ruptura, comunicada a Naciones Unidas, organización que concilió la breve pausa en los combates, casi imperceptible.
Poco o nada pudieron disfrutar los palestinos de la tregua iniciada a las 08:00 hora local.
Cerca de cuatro decenas de gazatíes perecieron cuando intentaban acceder a sus hogares para buscar ropas y objetos de uso personal. Su fatalidad consistió en vivir cerca de la frontera.
Israel bombardeó la zona por sospecha de existencia de túneles, a través de los cuales alegan fluye el suministro de armas a las milicias de Hamas.
Tres horas antes de iniciar la tregua los bomberos apagaron un microbús de pasajeros alcanzado por un misil procedente de territorio israelí.
La acción respondió a la muerte de cinco soldados israelíes apostados cerca de la frontera donde estalló un mortero lanzado por Hamas esta madrugada, lo que eleva los muertos uniformados de Tel Aviv a 61, según la televisora Sky News.
Los sionistas permanecen desplegados sobre el terreno.
Israel dijo perseguir objetivos del grupo armado palestino Hamas, pero los hechos diarios muestran proyectiles lanzados contra vehículos de civiles, mezquitas, mercados, viviendas y refugios de la Organización de Naciones Unidas.
Ancianos, mujeres y niños resultan las víctimas principales de los continuos bombardeos, incluso en sitios supuestamente seguros.
La vida transcurre en la franja en medio de un creciente desabastecimiento de alimentos, la escasez de agua potable y la falta de electricidad, ya que la única planta generadora de energía de la zona fue bombardeada días atrás.
Los bombardeos israelíes iniciaron el pasado 8 de julio, registrando hasta el presente mil 498 palestinos muertos y ocho mil 400 heridos, según Ashraf al Qedra, portavoz del Ministerio de Salud en Gaza.