Noviembre 24, 2024

Derivaciones colaterales de un mundial de fútbol

Ahora que ya tenemos más rumiado el resultado del Mundial considero que es el momento oportuno de enfocar la linterna sobre una circunstancia que se dio en España durante la transmisión de la final en televisión. 

Quiero poner todas las cartas sobre la mesa y aclarar ya desde el vamos que soy argentina, que soy nieta del Bisonte, de Oscar Alende, luchador infatigable por la libertad de América Latina, que hace más de veinticinco años que vivo en Barcelona y que he dirigido un documental que ha viajado por medio mundo intentando traer un poco más de luz sobre el “problema catalán”. Aclaro esto porque lo estimo necesario para situar las coordenadas de mi punto de vista y evitar así malosentendidos.

Mundial, Alende, América Latina, emigrante argentina, documental sobre Cataluña. Sacudo la coctelera y empiezo con un dato curioso: más del 70% de los españoles que participaron en la encuesta del canal de televisión que transmitió la final entre Alemania y Argentina quería que ganara Alemania. Sí, sí, leyeron bien: Alemania. A aquellos a quienes pudiera parecerles difícil de creer les invito a consultar la web de Telecinco de España que, a día de hoy, aún publica este dato. Dato que en realidad no debería sorprender a nadie, dado que el deseo de ver a Argentina derrotada emana de dos principios esenciales que históricamente amalgaman y sustentan el sentimiento de españolidad: el odio hacia lo catalán (la catalanofobia) y el menosprecio hacia la periferia, hacia las colonias. Por estas dos razones el triunfo de Alemania sobre los argentinos mataba dos pájaros con una sola piedra, evitando por un lado el entronamiento eterno de Messi, icono del barcelonismo, y por el otro, poniendo a los sudacas en su sitio.

Las noticias sobre el proceso independentista en Cataluña que llegan a América Latina, y al resto del mundo, acostumbran a ser escasas e incompletas, siempre filtradas por las agencias de información y por los corresponsales de prensa de cada medio de cada país que en todos los casos operan desde Madrid, donde es prácticamente imposible encontrar voces favorables a la causa catalana. Es justamente en esta ciudad, la capital, donde el nacionalismo español genera un estado de opinión monocolor, valiéndose de un todopoderoso aparato mediático. Además tiene a su disposición todas las herramientas de las que dispone un Estado, herramientas que se vuelven armas y que el mismo Estado utiliza a discreción para ejercer presión a nivel económico, social y cultural no solo dentro de sus propias fronteras, sino también a escala internacional, consiguiendo así que la voz del más débil no se oiga o que siempre llegue distorsionada y en clave negativa. De este modo la derecha y el centro izquierda español, unidos siempre en un frente común contra cualquier movimiento que surja de abajo hacia arriba, han conseguido imponer la creencia generalizada de que las aspiraciones independentistas catalanas son un invento de las élites burguesas que, para conseguir más poder, manipulan los sentimientos de la gente, cuando en realidad son las bases populares, hastiadas de las humillaciones y abusos de la metrópoli, las que han llevado a esa burguesía a situarse en un territorio en el que no se siente cómoda, obligándola a abandonar la tradicional política del pacto con el poder central de Madrid.

Desde Cataluña esta situación de incomprensión se vive con tristeza, dado que de los 22 países que se independizaron de España ninguno pidió volver a los brazos de la Madre Patria (por algo será) y, sin embargo, a la hora de apoyar el independentismo catalán, desde Latinoamérica, en general, se impone la opción fácil, la de alinearse con el opresor, en una actitud cómoda y hasta servil que sin duda debe estar provocando que San Martín y Bolivar se retuerzan en sus tumbas, por no mencionar a mi abuelo.

Fue el catalán Blas Parera quien compuso la melodía del Himno Nacional Argentino que entonaron los jugadores y los miles de argentinos en el Maracaná mientras la mayor parte de los españoles deseaban la victoria de Alemania, justamente de Alemania (sobran comentarios). Abre los ojos América Latina y únete en el espíritu y en la acción a la causa catalana, que es la tuya. Que no te confundan. Liberarte de este mismo opresor costó la sangre de tus antepasados. Ahora son otros tiempos y los catalanes solo piden votar. Y los libres del mundo responden: “Salud”.

 

Mariela Alende O’Connell
Directora del CAEAC
Centro Alternativo de Exposición de Artistas Contemporáneos
www.lamanchadecolores.com

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