La posición del gobierno chileno de desconocer a la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) en el caso de la demanda boliviana por una salida soberana al mar encontró eco y malestar en el país del altiplano, desde el indio humilde al más avezado de los políticos.
Poco después de que la presidenta Michelle Bachelet, en una alocución transmitida por la cadena nacional de televisión y radio, adelantara que su gobierno objetaría la competencia de la Corte de La Haya en el litigio con Bolivia, las reacciones en esta capital no se hicieron esperar.
El presidente Evo Morales calificó como contradictoria la posición chilena, poco tiempo después de que el referido tribunal resolvió un diferendo entre Santiago y Perú, por la jurisdicción de aguas en el Océano Pacífico.
“Quiero manifestar con firmeza que Bolivia rechaza la pretensión del gobierno de Chile de desconocer la competencia de la CIJ para resolver esta causa. El gobierno de Chile sostiene que es respetuoso del derecho internacional y de la vigencia de los tratados pero no fue esa misma actitud la que invocó para invadir militarmente nuestro territorio ocuparlo y enclaustrar a Bolivia”, recalcó.
El jefe de Estado recordó que tanto Bolivia como Chile suscribieron el Pacto de Bogotá de 1948, el cual reconoce la competencia de la referida Corte, y advirtió que resulta contradictorio que desconozca ahora su jurisdicción en este tipo de temas.
“Resulta contradictorio entonces que el gobierno de Chile se proclame como un país respetuoso del derecho y de los tratados, pero simultáneamente rechace la competencia del principal órgano de administración de justicia en materia internacional para resolver las diferencias que se producen entre Estados”, enfatizó.
Para Morales es aún más contradictorio que el gobierno de Chile repudie a la misma Corte que resolvió la disputa que sostuvo con Perú por límites marítimos, diferencia que surgió como resultado de la Guerra del Pacífico(1879), que afectó a países a los cuales consideró vecinos y hermanos.
Mientras, la diputada por el Movimiento Al Socialismo, Marianela Paco, consideró, en declaraciones exclusivas a Prensa Latina, que Chile tiene miedo de un juez imparcial y ratificó que, ante estas posiciones, Bolivia debe seguir apostando por la vía jurídica ante la Corte Internacional.
No se puede desprender así -Chile- de la competencia de La Haya, porque estaba reconocida su autoridad, y en este caso será difícil deshacerse de esa autoridad, de las potestades del referido tribunal para dirimir conflictos internacionales, enfatizó la legisladora.
Al mismo tiempo, el expresidente y delegado para la demanda marítima, Carlos Mesa, aseguró que esa acción solo evidencia que el gobierno chileno no se atreve a encarar la demanda presentada por Bolivia.
“La excepción de incompetencia presentada por Chile no nos preocupa. La argumentación de Bolivia es sólida”, destacó el otrora mandatario en su cuenta de Twitter, en referencia a la demanda interpuesta por su país el año anterior ante la CIJ, con la intención de que el referido tribunal obligue a Santiago a renegociar el Tratado de 1904.
Chile invadió Bolivia el 14 de febrero de 1879 y le arrebató 120 mil kilómetros cuadrados de territorio y 400 kilómetros de costas al Océano Pacífico, un cuarto de siglo antes de que las partes firmaran el pacto de marras, que priva a La Paz de una salida soberana al mar.
Desde entonces, muchos gobiernos bolivianos intentaron renegociar el acuerdo, incluso, el presidente Evo Morales enarboló como ejemplo el Tratado entre Estados Unidos y Panamá, mediante el cual este último entregaba el canal a perpetuidad a Washington y después fue renegociado.
La posición asumida por el gobierno chileno enfría aún más las ya tensas relaciones entre ambos países y se abre un paréntesis sobre lo que pueda ocurrir en los próximos meses, a partir de la posición de Santiago y la insistencia boliviana de resolver el conflicto en los tribunales.